por Juan Parrilla
Con los votos de
cuatro de sus cinco ministros, la Corte Suprema frenó un desmonte en
Jujuy por las groseras irregularidades que detectó en el estudio de
impacto ambiental y la falta de audiencia pública.
El conflicto gira
en torno a la empresa CRAM SA, que fue autorizada a desmontar 1470
hectáreas, a partir de dos resoluciones, en la finca La Gran
Largada, ubicada en la localidad de Palma Sola, departamento Santa
Bárbara. La prensa local ha atribuido la firma a la familia Macedo,
que entre sus filas tiene a un ex embajador en Bolivia y un ex
Secretario General de la Gobernación.
Argentina es uno
de los diez países que más desmontaron en los últimos 25 años: se
arrasaron 7,6 millones de hectáreas de bosques nativos, lo que
equivale a la superficie de Entre Ríos. Aunque 1470 hectáreas
podrían parecer una cantidad menor, se trata de un ejemplo entre
cientos y cientos de casos en todo el norte del país en los que los
permisos de desmonte se otorgan prácticamente con los ojos cerrados.
Lo cierto es que
contra las resoluciones de la Dirección Provincial de Políticas
Ambientales y Recursos Naturales de Jujuy se presentó un recurso de
amparo para anular ambas disposiciones, lo que fue concedido en
primera instancia, pero luego rechazado por el Tribunal de Justicia.
Este último fallo ahora fue revocado por la Corte Suprema, que
confirmó la nulidad de las dos resoluciones.
La sentencia del
máximo tribunal se basó en tres cuestiones y en la aplicación del
principio precautorio en materia ambiental. En primer lugar, la Corte
Suprema detectó una serie de irregularidades en el procedimiento de
evaluación de impacto ambiental, que derivó en un informe con
algunas observaciones que no fueron tenidas en cuenta al conceder el
permiso.
Por ejemplo, en
el informe se menciona un bañado que no figura en el plano
presentado, la existencia de sectores colinados con pendientes
superiores al 9 %, la necesidad de proponer medidas de mitigación y
el peligro de erosión, entre otras cosas.
En segundo lugar,
se autorizó a desmontar 1470 hectáreas, pese a que el informe de
impacto ambiental había sido hecho sobre 1200 hectáreas y en la
causa se comprobó que sólo se fiscalizaron 600 hectáreas, es
decir, que ni siquiera se inspeccionó la mitad del terreno.
Por último, la
Corte Suprema subrayó que no hubo audiencias públicas, sino que
apenas se publicó una de las dos resoluciones en el Boletín Oficial
provincial.
El conflicto de
las familias de Palma Sola es más amplio e incluye, también, su
pretensión de frenar las pulverizaciones con agroquímicos, entre
otras cuestiones. Hubo, en el medio, peleas y hasta detenciones de
campesinos. La decisión de la Corte Suprema les dio la razón en una
de esas aristas, luego de una década de reclamos.
Fuente:
Juan Parrilla jparrilla@infobae.com, La Corte Suprema frenó un desmonte en Jujuy por las groseras irregularidades del proceso, 05/09/17, Infobae. Consultado 08/09/17.
No hay comentarios:
Publicar un comentario