El bloque de hielo, como 10 veces la ciudad de Madrid, pende de un hilo en la Antártida.
por Manuel Ansede
Un enorme bloque
de hielo está a punto de desgajarse de la barrera Larsen C, en la
Antártida occidental, al sur del continente americano. El fragmento
resultante, de unos 6.000 kilómetros cuadrados de superficie, como
10 veces la urbe de Madrid o cuatro veces la Ciudad de México, sería
“uno de los mayores icebergs jamás registrados”, según la
Agencia Espacial Europea (ESA).
“Será, con
seguridad, uno de los 10 mayores icebergs, aunque solo disponemos de
unas pocas décadas de observaciones”, explica el glaciólogo
Adrian Luckman, de la Universidad de Swansea, en Reino Unido. El
científico lidera el proyecto Midas, una misión británica para
investigar los efectos del calentamiento global en Larsen C. En los
últimos meses, Luckman ha asistido al imparable avance de la grieta
en la barrera de hielo. “Llevo semanas esperando el desgajamiento,
pero estos procesos son muy difíciles de predecir. Puede que todavía
tarde unos días más”, señala.
La grieta en
Larsen C mide ya 200 kilómetros de longitud y su final está a tan
solo cinco kilómetros del océano. Si finalmente se desprende, el
iceberg, de 190 metros de espesor y 1.155 kilómetros cúbicos de
hielo, podría suponer “un peligro para el tráfico marítimo”,
según la ESA. En diciembre de 2015, el desplazamiento de un iceberg
de un tamaño similar alrededor de la banquisa de Brunt generó
alarma en la base científica Halley, del British Antarctic Survey de
Reino Unido.
“En cuanto a
este iceberg de Larsen C, no estamos seguros de lo que va a ocurrir.
De hecho, podrían desprenderse varios bloques o dividirse poco
después de desgajarse. Sea entero o en fragmentos, las corrientes
oceánicas podrían arrastrarlo hacia el norte, llegando incluso
hasta las islas Malvinas. Así que podría poner en riesgo el paso de
los barcos por el Pasaje de Drake”, hipotetiza en un comunicado de
la ESA la investigadora Anna Hogg, de la Universidad de Leeds.
La agencia
europea vigila la barrera con la misión Cryosat, un satélite capaz
de detectar cambios de dos milímetros en las capas de hielo
antárticas. El artefacto, lanzado en 2010, sobrevuela los polos a
720 kilómetros de altitud. Utiliza un instrumento de radar que
detecta cambios ínfimos en el grosor del hielo mediante señales de
radio que rebotan en la superficie. Un retraso en el eco significa
que el espesor se ha reducido. La ESA estudia los hielos del Ártico
y de la Antártida para comprender los verdaderos efectos del cambio
climático en los polos. En los últimos años, el nivel del mar ha
subido unos tres milímetros al año por el derretimiento de los
hielos, según científicos de la Universidad de Harvard (Estados Unidos).
Sin embargo, el
desgajamiento en Larsen C no tiene por qué estar relacionado con el
calentamiento global. “No tenemos ninguna prueba que apoye un
vínculo con el cambio climático”, reconoce Luckman. “La grieta
ya era una característica bien establecida en la barrera de hielo
Larsen C en la década de 1980, según los datos de satélite”,
subraya.
El
desprendimiento de enormes icebergs es normal en los polos, recuerda
el geólogo Jerónimo López, expresidente del máximo órgano
internacional de la investigación antártica, el SCAR. El récord lo
ostenta B-15, un iceberg de más de 11.000 kilómetros cuadrados que
en el año 2000 se separó de la barrera de hielo de Ross, también
en la Antártida. En el caso de Larsen C, López recuerda que es una
plataforma de hielo flotante, pegada al continente. “El
desprendimiento debilita el frente de la barrera, su muro de
contención. Y se puede acelerar el empuje de los glaciares que están
detrás. Ese hielo sí que está sobre el continente y puede aumentar
el nivel del mar si se derrite. Ahí está la relevancia de este
fenómeno”, alerta López.
Fuente:
Manuel Ansede, Uno de los mayores icebergs de la historia está a punto de desgajarse, 07/07/17, El País. Consultado 07/07/17.
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