A 5 kilómetros
al sur de esta ciudad, el agua cubre cientos de hectáreas. No hay
caminos por donde circular. Los puesteros de tambos a diario se
lanzan a la odisea de cruzar enormes lagunas empujando un bote y
vestidos con ropa de pescadores para llevar a los chicos al colegio o
ir a comprar mercadería a los pueblos.
por Patricia Rossia
Laboulaye.- La inundación en el sur cordobés no da tregua. El agua sepultó millones de hectáreas, pero más allá de las frías cifras de las pérdidas económicas, en medio surgen las historias de aquellas familias que a diario deben afrontar el desafío de cruzar por lagunas que parecen no tener fin para llegar a la escuela, ir al mercado o arribar a su puesto de trabajo.
A unos 5
kilómetros de Laboulaye están los tambos de don Enzo Iommi. En
estas tierras viven 5 familias de tamberos con hijos en edad escolar.
Pero no hay caminos por donde salir, y la solidaridad de un vecino
que prestó un bote permite ahora a un puñado de chicos poder llegar
todos los días a clases. Sus padres se deben calzar los trajes de
pescadores para arrastrar el pequeño bote tanteando el camino que
hoy, sepultado bajo agua, sólo se diferencia por los límites
marcados por los postes de alambrado sobre los costados.
“Los chicos van
a la escuela rural de Salguero. No hay forma de salir en auto ni
caminando. Gracias a un vecino que prestó una canoa, los padres los
acercan hasta la ruta provincial Nº 4 y allí, otro vecino, que pasa
en un auto y lleva a su hijo, traslada a los chicos de ese matrimonio
hasta el colegio, que está a unos 5 kilómetros”, detalla Daniela
Iommi.
Para los
pequeños, seguramente, es una aventura viajar en bote, pero para sus
padres una gran preocupación. “Los chicos no llevan el delantal
puesto porque lo dejan en la escuela para no ensuciarlo”, agrega
Daniela. Quien destaca el esfuerzo de las familias tamberas que a
diario se aventuran a cruzar por inmensas lagunas para llegar a la
vera de algún camino seco y allí dejar seguros a sus hijos para que
vayan a clases.
“Tuvimos que
comprarles ropa de pescadores a los padres y a los chicos para que
puedan cruzar las lagunas”, agrega.
Sin salida
Los campos que
alquila la familia Iommi están ubicados a unos 7 kilómetros al sur
de Laboulaye, sobre ruta provincial Nº 4. De 470 hectáreas, más de
200 están totalmente sepultadas bajo agua.
“Nos dedicamos
al tambo, pero tuvimos que correr los animales a unas tierras altas
de una loma para poder seguir trabajando. Tenemos seis familias de
tamberos. Donde ellos viven el agua no llegó, salvo el caso de una
de las familias que está cerca de la ruta y que está totalmente
rodeada de agua. Es esta gente que debe sacar los chicos en canoa
para que vayan al colegio”, precisa al Puntal de Río Cuarto Daniela Iommi.
Hasta hace un
mes, en este sector aunque había agua, los empleados podían salir
en sus autos o a pie. Pero hoy nada de eso es posible. “No hay
caminos, es barro solamente. La napa está arriba. Nosotros con
algunos productores estamos tratando de mantener algunos caminos para
sacar la producción, pero si llega a llover no pasamos más”,
asegura la mujer.
En la noche del
martes cayeron en la zona de Laboulaye 10 milímetros y con estos
reflotaron las lagunas en los caminos. “Habría que construir
nuevos caminos por los campos, pero eso es muy costoso porque hay que
hacer un empedrado, y los políticos no van a ayudar. Es la realidad.
Estamos muy preocupados”, dice Daniela Iommi.
Un “acueducto”
para sacar la leche
El tambo de esta
familia aún sigue produciendo. “Vamos a seguir. No sabemos hasta
cuándo. Esperemos que sigamos teniendo algún camino por donde sacar
la producción. Si nos quedamos sin caminos, tendremos que hacer un
sistema de cañería hasta la ruta para mandar la leche”, sostiene
la productora.
Al tiempo que
reconoce que aunque son muchas las dificultades, continúan
trabajando. “Hay otra gente que está mucho peor, que se fundió,
tuvo que cerrar los tambos e irse. Mi papá perdió hectáreas de
soja y maíz, pero pudo sembrar algo en algunas tierras altas. Pero
si vienen de nuevo lluvias fuertes en septiembre y octubre, se va a
perder todo”.
Iommi manifiesta
que “la gente no toma dimensión de lo que se está viviendo.
Espero que se conozca realmente lo que está pasando. Hay muchos que
perdieron todo. Es terrible”, y apunta a los políticos al señalar:
“No están a la altura de las circunstancias. No dan respuestas, y
nosotros no podemos seguir siendo ciudadanos de cuarto”.
Al sur de
Laboulaye y en la cuenca lechera de Serrano son más de 20 los tambos
que cerraron y cientos de puestos laborales que se perdieron.
Fuente:
Patricia Rossia prossia@puntal.com.ar, Laboulaye: son hijos de tamberos y deben ir a la escuela en canoa, 06/07/17, El Puntal de Río Cuarto. Consultado 07/07/17.
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