Marie-Monique Robin y Vandana Shiva en Malvinas Argentinas, Córdoba junio 2016. Foto: Bloqueo a Monsanto en Malvinas Argentinas |
Vandana Shiva, ecofeminista india y ganadora del Nobel Alternativo, escribió a la Corte Suprema. Shiva impulsó el tribunal civil internacional que juzgó a Monsanto y lo consideró culpable de ecocidio. Pidió a la Corte Suprema la suspensión de la Soja Intacta RR2 de la empresa Monsanto, por los graves riesgos que implica.
por Diego
Fernández Romeral
“Es un día
para recordar que somos parte de la Tierra, y que todos tenemos el
deber de cuidarla. Que dos siglos de desarrollo impulsado por
combustibles fósiles está empujando a la humanidad al límite. Y
tenemos que cambiar de rumbo”. Con esta sentencia, la filósofa y
ecofeminista india Vandana Shiva, ganadora del Premio Nobel
Alternativo en 1993, comenzó la carta que se replicó a lo largo del
mundo a partir del Día Mundial del Medio Ambiente, celebrado el 5 de
junio. Pero el rumbo de sus preocupaciones, cuyo foco ahora está
puesto en los problemas ambientales que asolan al planeta, venía de
posarse sobre la Argentina. Unas semanas atrás, Shiva hizo llegar un
escrito judicial a la Corte Suprema de Justicia con el objetivo de
participar en el juicio que la ONG Naturaleza de Derechos inició
contra la corporación Monsanto y el Estado Nacional, mediante el que
se intenta prohibir la liberación y comercialización de la soja
transgénica RR2 en el territorio argentino.
Convertida en una
de las principales referentes mundiales dentro de los movimientos
ecologistas, Vandana Shiva fue una de las promotoras de la
conformación del Tribunal Civil Monsanto que durante el mes de
octubre de 2016 recibió decenas de testimonios de todas parte del
mundo sobre las implicancias en la salud y el ambiente de los
agrotóxicos y órganos genéticamente modificados, y que en abril
pasado declaró a Monsanto culpable del delito de ecocidio en la
Corte Internacional de La Haya. Tras su visita el año pasado a la
Argentina, durante el Festival de Cine Ambiental realizado en la
Ciudad de Buenos Aires, Shiva estableció un vínculo con
organizaciones socioambientales locales que se convirtió en un
puente para que el 22 de Mayo pasado acudiera por escrito ante la
Corte Suprema de Justicia, declarando su interés por “presentarse
en la causa judicial como Amicus Curiae, a fin de dar una opinión a
esta Corte sobre la necesidad de decretar la suspensión de la Soja
Intacta RR2 de la empresa Monsanto Argentina SAIC, que representa un
riesgo de daño grave e irreparable a la agricultura tradicional,
salud humana, ambiente y biodiversidad”.
En ese mismo
escrito, Shiva explica a la Corte Suprema la necesidad de una
audiencia pública previa al tratamiento del caso que acaba de llegar
a sus manos, que permita la opinión de expertos independientes sobre
los Organismos Genéticamente Modificados (OGM). Sin ese paso, para
la filósofa hindú es imposible poder determinar las consecuencias
sociales y los efectos ambientales producidos por los agrotóxicos de
Monsanto, cuya inocuidad alimentaria y ambiental –esgrimida por la
multinacional desde sus comienzos–, nunca fue probada en estudios a
largo plazo. Por otra parte, Shiva señala que el cultivo transgénico
RR2 está preparado para uno solo de los más de diez sub-biomas de
la Argentina, y que se desconocen los efectos que pueda causar en el
resto del territorio.
Luego de recibir
una mención especial en Nueva Dehli por su “vida de servicio a la
Tierra”, durante el Día Mundial del Medio Ambiente, Shiva
participó del funeral de Madhav Dave, el Ministro de Medio Ambiente
Hindú que había recibido amenazas por desaprobar la mostaza
transgénica de Monsanto en la India, y que fue encontrado muerto en
su casa el 18 de mayo. Al llegar a su ciudad natal, Dehradun, Vandana
Shiva atendió a Páginað12 para hablar sobre el complejo escenario
ambiental en el que estamos inmersos.
- ¿Cuáles son
hoy las problemáticas ambientales más graves que enfrenta la
humanidad?
- El problema más
profundo es la continuación de la visión mecanicista del mundo, el
cual ve la naturaleza como algo inerte, como materia prima a ser
explotada, como un vertedero para nuestros desechos. Esta visión del
mundo ganó fuerza con los combustibles fósiles, y se impuso en el
mundo a través del colonialismo, destruyendo las culturas de Bhoomi,
Pachamama, Gaia, las cuales ven a la Tierra como un ser vivo, y a los
seres humanos como parte de la tierra. Las diversas expresiones de la
crisis ecológica –caos climático, erosión de la biodiversidad,
extinción de especies, desaparición y contaminación del agua,
desertificación, contaminación tóxica– están todas relacionadas
con este paradigma mecanicista anquilosado.
- ¿Cuáles son
las expresiones materiales más peligrosas de este paradigma
mecanicista?
- Como científica
ecológica y activista, veo la agricultura industrial como la fuente
más importante de destrucción de la salud del planeta y nuestra
salud. El 75 por ciento de la destrucción del suelo, del agotamiento
del agua, de la erosión de la biodiversidad, están relacionados con
los impactos de los productos químicos en la agricultura. Estos
productos químicos se derivan de los combustibles fósiles, y la
agricultura industrial es responsable de la mitad de los gases de
efecto invernadero que contaminan la atmósfera y causan
inestabilidad climática. Los alimentos de esta agricultura también
son responsables del 75 por ciento de las enfermedades crónicas que
afectan a la humanidad. La fumigación de Roundup en Argentina, en la
soja Roundup Ready, ha llevado a una epidemia de cáncer. Esto era
conocido por Monsanto desde 1984. Sin embargo, mintieron diciendo que
el glifosato Roundup es seguro. Pero tenemos una alternativa probada
en la agroecología del cultivo de alimentos sin venenos. La
agricultura libre ahora se ha convertido en una alternativa para el
medio ambiente y la salud. Y creo que está teniendo lugar un gran
cambio de conciencia.
- ¿Qué
posibilidades se abren para prohibir los cultivos transgénicos luego
de que La Haya condenase a Monsanto por sus crímenes contra el medio
ambiente?
- Creo que se
está volviendo inaceptable para la gente que las corporaciones
criminales y los gobiernos pícaros puedan destruir la tierra sin
ninguna responsabilidad, violando el principio de que el contaminador
debe pagar. Creo que el mundo está cada vez más abierto para
entender el ecocidio como un verdadero crimen contra la naturaleza.
- Hace pocas
semanas, luego de visitar la Argentina en 2016, usted envió a la
Corte Suprema de Justicia un escrito para poder atestiguar contra la
corporación Monsanto, ¿cuáles son sus impresiones sobre la
situación en el país?
- En Argentina e
India, Monsanto está atacando las leyes de patentes que reconocen
que somos parte de la familia de la Tierra, que las plantas y los
animales no son invenciones humanas y por lo tanto no son
patentables. La codicia de Monsanto por recaudar derechos de autor a
través de patentes sobre semillas está llevándola a atacar
nuestras leyes nacionales y la soberanía de semillas
- ¿En qué
países se ha prohibido el uso de cultivos transgénicos?
- La mayor parte
de Europa está libre de OGM, la mayor parte de Asia está libre de
OGM. Aparte del algodón transgénico, India no tiene ningún cultivo
de alimentos transgénicos. Monsanto trató de impulsar una berenjena
transgénica. Se organizaron audiencias públicas en todo el país y
se detuvo. Durante dos años, Monsanto-Bayer ha estado intentando
empujar una mostaza transgénica que hemos detenido hasta ahora. El
Satyagraha (término acuñado por Mahatma Gandhi que se refiere a “la
fuerza de la verdad”) y la no cooperación con el Cartel del Veneno
son nuestras últimas estrategias de organización para tener zonas
libres de OGM y de venenos.
- Los cambios
ambientales, con el calentamiento global en primer lugar, hoy
amenazan con erradicar la vida en el planeta en el corto o mediano
plazo. ¿Cree que es posible revertir esta situación?
- El planeta no
terminará con el calentamiento global. Lo que terminarán son las
condiciones para la vida humana en la tierra. Científicos como
Stephen Hawking dicen que en 100 años estaremos extinguidos, o que
deberemos escapar a otros planetas. Pero hay una tercera opción,
reconocer que somos terrícolas, miembros de la familia de la tierra.
Podemos rejuvenecer este planeta, nuestro hogar, a través de la
agroecología, y crear condiciones para la continuación de la vida
humana y de otros seres vivos en la tierra. La agroecología no es
sólo la solución a la epidemia de veneno y enfermedad. Es la
solución al cambio climático porque a través de las plantas y la
biodiversidad se extrae el exceso de carbono y nitrógeno del aire, y
es devuelto al suelo, como escribí en el libro Soil not Oil.
Quedarse aquí y cuidar de la Tierra también nos permite cuidar
nuestro futuro. Esta es nuestra mejor opción. Es un imperativo
ecológico.
Fuente:
Diego Fernández Romeral, “Empujan a la humanidad al límite”, 03/07/17, Página/12. Consultado 03/07/17.
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