jueves, 6 de julio de 2017

Denuncian que se enfermaron por ser vecinos de plantas cerealeras

Viven un calvario de ruidos y contaminación. Es una familia de Bengolea y otra de Ucacha, que son representadas por el abogado riocuartense José Barizoni. Sufren patologías como asma, estrés e incluso tres personas mayores sufrieron ACV.

Son casos típicos, sobre todo en los pueblos: el avance de la urbanización, por un lado, y el crecimiento de la producción agrícola suelen enfrentar a los vecinos con la industria.

Dos familias, una de Bengolea y otra de Ucacha, denuncian que padecen, a raíz de esa situación, un calvario de ruidos molestos y de contaminación, y aseguran que por esto han contraído un sinnúmero de enfermedades: desde asma bronquial hasta accidentes cerebrovasculares. El abogado riocuartense José Barizoni, que los representa, inició en 2015 dos acciones preventivas ante la Justicia para frenar los daños a la salud de ambas familias. Esperan que salga un fallo en el corto plazo.

Barizoni realizó dos demandas casi idénticas por el caso de José Arnoldo Bussi contra la cooperativa Cotagro, en Bengolea; y en el de Adela Iglesias contra la firma Planta Segura, de la familia Elorza, en Ucacha.

El abogado señala que sus defendidos han tenido -y tienen todavía- numerosos problemas de salud, generados por los ruidos molestos que emiten las máquinas utilizadas en la planta, la emisión de material particulado, el tránsito constante de camiones y la presencia de roedores en el lugar.

En el caso Bussi, la mujer del demandante “sufre tal grado de estrés por los ruidos de la secadora de granos a cualquier hora del día y de la noche, que tiene problemas para dormir, asma bronquial, conjuntivitis y colon irritable”, según enumeró el abogado.

En la otra causa, contra la firma Planta Segura de Ucacha, la demandante vive junto a dos adultos mayores, “y los tres han sufrido ACV, lo cual es un dato muy llamativo”, acotó Barizoni.

Se tramitan desde 2015
Las dos causas se tramitan en el Juzgado de La Carlota y según indicó el abogado, están a punto de resolverse.

La primera que iniciamos es la de José Arnoldo Bussi contra Cotagro, de Bengolea, que ingresó el 19 de febrero de 2015. La segunda es la de Adela Iglesias contra la firma Planta Segura, de la familia Elorza, de Ucacha, generada el 9 de noviembre del mismo año”, puntualizó el abogado que patrocina a los damnificados por la contaminación.

El letrado indicó que lo novedoso de estas dos demandas es que se valieron de una figura introducida por el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, la de acción preventiva.

Con el viejo Código Civil, por lo general se accionaba por daños y perjuicios una vez consumados y, luego de haberlos cuantificado, por lo general se reclamaba una indemnización. A lo sumo, se podía solicitar un amparo para hacer cesar parte de los problemas”, recordó el profesional.

En agosto de 2015 entró en vigencia el nuevo Código Civil y Comercial, que “incluye una herramienta novedosa como la acción preventiva, que entiende que la responsabilidad civil no sólo consiste en reparar el daño, sino también evitarlo”, señaló Barizoni.

No es necesario que exista una acción dolosa o culposa”, agregó el letrado.

Por el contrario, según explicó, el objeto de esta acción es “hacer cesar los daños actuales y prevenir los que puedan seguir ocurriendo en el futuro”.

Falta de celeridad
Más allá de esto, el abogado se quejó de la falta de celeridad de la Justicia, que atribuyó a la escasa experiencia que existe en el manejo del nuevo código.

Este tipo de expedientes deberían ser mucho más expeditivos. El problema es que los jueces no estaban preparados para este tipo de presentaciones, y a un recurso que debe tener un tratamiento expeditivo le dieron tratamiento ordinario”, señaló.

En el mismo sentido, resaltó que “demoraron más de lo que deberían haber tardado”.

Casos típicos
¿Son conflictos que se dan por el crecimiento de los pueblos?

Son dos casos muy similares, porque Bengolea y Ucacha están divididas en dos áreas: una de uso residencial y la otra, industrial. En ambos casos, el problema es que nuestros clientes viven en el límite de las dos zonas, y sus casas está pegada a las plantas cerealeras. Cerealeras que empezaron con un silo, hoy son grandes plantas, con un movimiento infernal de granos y de camiones. Tanto en el caso de Bengolea como en Ucacha, las viviendas de estos vecinos han quedado al lado y realmente viven un calvario.

En otro orden de cosas, Barizoni recordó que, poco tiempo atrás, iniciaron acción preventiva contra la Provincia y la Comuna de Pincen, en representación de la firma Iribarne e Iribarne, para evitar que se reactive uno de los canales aliviadores que ya había inundado uno de lo campos de su propiedad.

Fuente:
Denuncian que se enfermaron por ser vecinos de plantas cerealeras, 04/07/17, El Puntal de Río Cuarto. Consultado 06/07/17.

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