Burger King se ha
comprometido a detener la deforestación en 2030, aunque solo sería
“greenwashing”. Según activistas, los proveedores de la carne
que consumimos son responsables de la deforestación en América
Latina.
por Irene Banos Ruiz
Informes
recientes del grupo medioambiental Mighty Earth revelan que los
bosques están siendo talados para producir soja, que se usa
principalmente para alimentar a los animales.
Según Mighty
Earth, Bunge y Cargill, dos de los mayores productores del mundo de
soja, fueron los responsables, de la pérdida de aproximadamente
700.000 hectáreas del bosque del Cerrado de Brasil, en solo cuatro
años. Éstos suministran soja a varias empresas, entre las que se
encuentra Burger King.
El autoproclamado
"rey de las hamburguesas" se comprometió recientemente a
acabar con la deforestación en 2030. Sin embargo, los activistas del
medioambiente dicen que esto no es más que una estratagema de
marketing o "greenwashing” para construir una apariencia de
empresa respetuosa con el medio ambiente.
Todo por un
filete
En algunas
regiones, la carne de res produce dos veces más daño a los bosques
que cualquiera de las tres mayores causas: soja, aceite de palma y
productos madereros, según la Unión de Científicos Preocupados
(UCS, por sus siglas en inglés).
Sin embargo,
incluso comer carne de vacas europeas podría contribuir a la
deforestación en cualquier lugar en el mundo, ya que se talan
árboles para dar paso a la soja.
El Fondo Mundial
para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) estima que los
cultivos de soja cubren un millón de quilómetros cuadrados
alrededor del mundo, que equivaldrían a la superfície total de
Francia, Bélgica, Alemania y los Países Bajos juntos. Hasta el 75
por ciento de la soja mundial se usa para alimentar animales.
Y el perjuicio
medioambiental no es la única consecuencia de la industria de la
soja. Los altos índices de deforestación están vinculados
estrechamente con la violación de derechos humanos.
Según la ONG
Global Witness, Brasil fue el país donde murieron más activistas
medioambientales en 2015. La mayoría de los asesinados estaban
luchando contra el despeje de bosques.
Cero para Burger
King; Mc Donald's tampoco es buena
Burger King se
posicionó públicamente sobre su trabajo para abordar este problema.
Sin embargo, los conservacionistas dicen que el objetivo de la
empresa de 2030 es ridículo y poco ambicioso.
"El
compromiso de Burger King de detener la deforestación en 2030 es
simplemente absurdo e inaceptable”, dijo a DW, Lars Lovold,
director de la Rainforest Foundation de Noruega.
El activista de
campañas de Rescate de Bosques Tropicales Mathias Rittgerott dice
que es un movimiento diseñado para impulsar las ventas en lugar de
proteger los bosques. Burger King quiere intentar atrapar a su mayor
competidor, McDonald's que ha actuado para mejorar su imagen
medioambiental. "Burger King sintió la presión de otras
empresas y quiere salir de la lista negra”, dijo Rittgerott a DW.
Un estudio de UCS
de 2016 le dio un puntaje de cero sobre 100 en sus esfuerzos para
afrontar la deforestación, argumentando que no implementó ninguna
política o práctica para acabar con la deforestación a lo largo de
su cadena de suministro.
De 13 empresas
evaluadas, ninguna fue calificada como "buena”. McDonald's fue
la segunda con 48 puntos sobre 100.
Alemania, un
importante importador de soja
Alemania es uno
de los mayores productores de carne de Europa y, según Mighty Earth,
uno de los principales importadores de la soja sudamericana.
Cargill y Bunge
juegan un papel importantes en varias cadenas de abastecimiento
alemanas.
Burger King
presume que el 100 por ciento de la ternera usada en sus restaurantes
alemanes proviene de reses alemanas o austríacas. Sin embargo, no
dice de dónde proviene el pienso de esos animales.
De hecho, muy
pocos productores y minoristas alemanes pueden descartar que su carne
esté vinculada con la pérdida de bosques tropicales, según
Greenpeace.
Eva Müller,
director de política forestal y recursos de la Organización de
Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), dice
que esto dificulta que las empresas sean responsables. "Esto
complica que los impactos de la deforestación a menudo pueden solo
ser atribuidos indirectamente a las prácticas empresariales de las
compañías”, dijo Müller.
El cambio es
posible
No obstante, hay
maneras de luchar contra la deforestación y seguir disfrutando de
una jugosa hamburguesa de ternera.
La "Moratoria
de la Soja", con la que los productores, incluyendo el proveedor
de Burger King Cargill, se comprometieron a no comprar soja de
tierras deforestadas en el Amazonas redujo la tala allí.
Sin embargo,
Bunge y Cargill han rechazado extender dicha moratoria más allá de
la Amazonia brasileña, a áreas donde se produce la mayor parte de
la deforestación.
Más de la mitad
de la vegetación natural de la sabana brasileña, el Cerrado, ya ha
sido desmatada, en comparación con el 25 por ciento del Amazonas.
Y hay tierra
disponible sin cortar árboles. En América Latina ya hay alrededor
de cerca de 200 millones de hectáreas de bosques y tierras
deforestadas, una área equivalente a 15 veces al tamaño de
Inglaterra, que podría desarrollarse de manera productiva , dice
Mighty Earth. "Es completamente posible un cambio rápido”,
dijo Lovold. "Sin embargo, hay una falta de voluntad”.
El poder lo tiene
el consumidor
Para provocar el
cambio, los activistas dicen que los consumidores deben golpear a las
empresas responsables de la deforestación donde más les duele:
negándose a comprar sus productos.
"Los
consumidores son los que tienen el poder de cambiar la situación”,
dijo Rittgerot. " Por lo tanto, la concientización pública es
esencial”.
Lucia Von
Reusner, directora de campañas para Mighty Earht, apunta que la
moratoria de la soja fue, en gran medida, el resultado de la demanda
de los consumidores. La presión de la sociedad civil forzó al
sector privado a responder, el cual motivó al gobierno a actuar.
Para ello, los
consumidores necesitan primero saber adónde van a parar los
productos de las tierras deforestadas. "Con las complejas
cadenas internacionales de suministro, la transparencia es clave para
calibrar los impactos medioambientales y sociales”, dijo Müller.
Fuente:
Irene Banos Ruiz, "Consumo de carne fomenta la deforestación en América Latina", 13/07/17, Deutsche Welle.
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