Un
equipo de la UNRC viene relevando el suelo y las fallas del terreno
desde hace años. El geólogo Guillermo Sagripanti advirtió sobre la
vulnerabilidad y la falta de protocolos preventivos en las ciudades.
Indicó que en las construcciones edilicias no se tiene en cuenta que
estas sean sismorresistentes.
Sampacho.-
A 83 años del gran terremoto que redujo a escombros a esta localidad
y que alcanzó los 6 grados (Richter) y una intensidad de IX
(Mercalli Modificada), un grupo de geólogos viene trabajando
intensamente sobre los suelos para determinar el riesgo sísmico de
esta zona.
Ayer
a las 9.58 de la mañana y mientras muchos vecinos recordaban un
nuevo aniversario de aquel terremoto, el suelo de Sampa-pacha volvió
a temblar. Acostumbrados a este “desperezar” de la tierra, los
habitantes no se alarman pero sí están atentos.
Aquel
anuncio hace ya 83 años junto a la frecuente sismicidad local de
intraplaca son manifestaciones suficientes para generar un
interrogante sobre la situación del riesgo sísmico en la región.
La
UNRC hace varios años formó un grupo de investigación en
neotectónica y paleosismología, cuyo objetivo es trabajar en
terreno para detectar y alumbrar evidencias de deformaciones y
rupturas preservadas en los materiales del subsuelo generadas por
fuertes terremotos ocurridos hace miles de años.
Al
ser consultado el geólogo Guillermo Sagripanti, quien desde hace
mucho tiempo viene investigando y junto con los alumnos de la
Facultad de Geología prosiguen en la búsqueda de indicios y
antecedentes sobre la peligrosidad de estas regiones, manifestó:
"Esta información se considera la llave para predecir el
comportamiento de estas fallas y la magnitud que podrían alcanzar
los futuros terremotos y a nivel mundial se considera de base para
realizar la planificación urbana de poblaciones emplazadas en zonas
sísmicas".
El
geólogo agregó que esta información se obtiene realizando
excavaciones sobre las fallas geológicas, dentro de las cuales se
identifican y relevan las evidencias cosísmicas o rastros dejados
por antiguos terremotos.
"Esta
investigación nos permite reconstruir el registro prehistórico de
la sismicidad, ya que, si conocemos la actividad sísmica ocurrida en
el pasado, se podrá predecir la actividad futura y también tomar
decisiones, principalmente, sobre la forma de construcción edilicia
segura. Hasta el presente se ha logrado interpretar la ocurrencia de
fuertes terremotos prehistóricos con epicentro en la región, cuya
magnitud habría sido igual o superior a la de los históricos y de
los registrados de forma instrumental".
Disminuir
la vulnerabilidad
Con
relación a la vulnerabilidad sísmica, Sagripanti agregó que, si
bien hace años se había comenzado a tomar conciencia sobre la
necesidad de realizar actividades de prevención sísmica y de
construir de forma más segura, lamentablemente se visualiza que en
la actualidad se ha adquirido nuevamente un "estado de negación
sísmica", tanto por la población como por las sucesivas
autoridades municipales y provinciales.
"Existen
numerosas evidencias que están indicando la vulnerabilidad”,
sostuvo Sagripanti. A modo de ejemplo mencionó el caso de la ciudad
de Río Cuarto, donde en los últimos años se han construido decenas
de edificios, pero se desconoce si en su proyección se tuvo en
cuenta el riesgo de movimientos telúricos y la necesidad de pensar
obras sismorresistentes como existen en otros lugares del país.
Así
también mencionó el profesional que hay instituciones públicas
donde aún las puertas se abren hacia adentro y escuelas que no
tienen un lugar de encuentro, para alumnos y docentes, en caso de un
siniestro o de la ocurrencia de un fenómeno natural como un
terremoto.
Sagripanti
continuó: "Considero que se debería comenzar a trabajar en
forma urgente con el objetivo de disminuir la vulnerabilidad, ya que
es lo único que puede hacer el hombre para mitigar los daños que
pueda generar un potencial terremoto y así reducir el riesgo
sísmico, ya que sería lamentable pasar de un estado de negación
sísmica, sin escalas, a un estado de emergencia y remediación".
Actividad
nula
Corroborando
los dichos del especialista, la localidad de Sampacho confeccionó
una normativa de construcción sismorresistente apoyada con
determinados ejercicios de evacuación, principalmente, en las
escuelas.
Hoy
se observa una relajación en la puesta en práctica de actividades
preventivas, aun cuando existe un órgano de Defensa Civil
debidamente constituido y cuando debería ser una constante la
concientización en un localidad donde el suelo ya manifestó su
vulnerabilidad.
Antecedentes
En
más de un siglo han sucedido eventos telúricos de relevancia que
han afectado a una amplia área de los alrededores de Río Cuarto.
Precisamente esta ciudad fue testigo de un fuerte sismo el 2 de
febrero de 1826 que derrumbó la iglesia construida en adobe (fuente
El Heraldo de Reducción).
El 10
y 11 de junio de 1934 Sampacho sufrió un devastador terremoto que
destruyó el 90% de la población. Sin embargo, no hubo una sola
víctima fatal. El gran milagro fue atribuido por los habitantes a la
protección de la virgen de La Consolata.
En
ese tiempo, la localidad contaba con 5.550 pobladores que huyeron
despavoridos en un éxodo sin igual. Solo quedaron 300 familias y
unas pocas retornaron.
El
sábado 1º de octubre de 1970 a las 17.50 hubo un fuerte terremoto
que dio lugar a 26 réplicas en menos de 24 horas. El epicentro fue
localizado en inmediaciones del Cerro Áspero a solamente 30
kilómetros al oeste de Sampacho.
Otros
sismos de intensidad se registraron en el territorio cordobés el 22
de septiembre de 1908 en Deán Funes con una magnitud de 6,5 y en
Cruz del Eje el 28 de mayo de 1955 con una magnitud de 6,7. También
Villa Giardino sufrió un fuerte remezón el 16 de enero de 1947 con
una magnitud 5,5.
Fuentes:
A 83 años del terremoto de Sampacho, investigan el riesgo sísmico en la zona, 11/06/17, El Puntal de Río Cuarto. Consultado 14/06/17.
Antecedentes, 11/06/17, El Puntal de Río Cuarto. Consultado 14/06/17.
No hay comentarios:
Publicar un comentario