Los reclamos iniciales fueron acallados con el tiempo. Foto: Guillermo Zamora publicada en la revista Proceso |
El accidente en la planta nuclear rusa del que se cumplieron 31 años tuvo consecuencias inesperadas a miles de kilómetros de distancia. El increíble drama provocado por leche contaminada que fue ocultado por las autoridades.
por Juliana
Fregoso
El 21 de marzo de
1986, cuando nació Maribel Torres Delgado, el doctor le dijo a su
padre que sería una belleza por haber nacido el día de la
Primavera, pero su vida terminó a la edad de 13 años como parte de
uno de los capítulos más misteriosos e inexplicables de la historia
de México: la importación de miles de toneladas de leche en polvo
desde Irlanda contaminada por la nube radioactiva generada por el
accidente nuclear en la planta rusa de Chernobyl, en 1986.
La nube
radiactiva viajó por todo el norte de Europa hasta llegar a la
República de Irlanda, el país al que México compraba leche en
polvo desde los años setenta.
Después del
accidente nuclear, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió
una alerta para que se suspendieran las compras de alimentos a países
afectados por los restos tóxicos. Sin embargo, México adquirió de
Irlanda 40.000 toneladas de leche en polvo y una cantidad importante
de mantequilla que fueron distribuidas en el país entre 1987 y 1988
por la Comisión Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo), un
organismo gubernamental desaparecido en 1999, que tenía la función
de hacer llegar a las clases populares alimentos básicos a precios
bajos.
La leche,
comprada al Irish Dairy Board, llegó al puerto de Veracruz en tres
barcos de bandera chipriota: el Adventure, que llegó el 13 de junio
de 1987; El Tenacious, que arribó el 17 de junio y el Rumija, el 1
de noviembre del mismo años, que entre su cargamento también traía
mantequilla.
En este ese
tiempo, la Conasupo también controlaba el mercado de leche por lo
que el polvo pudo haber sido vendido a más de 30 empresas, entre
ellas grandes trasnacionales como Nestlé, Anderson Clayton y Kraft
Food entre otras.
Maribel fue
alimentada durante su infancia con la leche que su papá compraba en
los centros de distribución de Conasupo, en el municipio de
Cuautitlán Izcalli, en el Estado de México. Ingeniero de profesión,
Teodoro Torres Goldaraz tuvo la oportunidad de conocer los centros
donde se procesaba el lácteo, por lo que nunca le pareció una mala
opción para alimentar a su familia. Más tarde se daría cuenta que
había sido un error.
"Me acuerdo
que era un grupo de 10 niños que estaban en el Hospital Infantil de
México -en la capital de país- enfermos de cáncer, eran nueve
niñas y un niño que venía de Durango. A mi hija le detectaron
osteosarcoma -un cáncer en los huesos- a los 10 años, que después
se le fue pasando a los pulmones y a otros órganos", recordó
Teodoro González a Infobae.
Su hija murió a
los 15 años, pero vivió los últimos años de su vida en ese
hospital. La familia se aisló por completo para dedicarse a la
atención de la menor, incluso con el paso del tiempo se fue acabando
el dinero. Convivían poco con la familia de los otros niños
enfermos por lo que desconocían cuál era su situación.
Fue hasta que
murió Maribel cuando Teodoro empezó a platicar con los familiares
de los otros niños y encontró cosas en común: todos habían nacido
el mismo año o posterior a su hija, pero también todos habían sido
alimentados con leche de la Conasupo.
"Cuando nos
dimos cuenta de eso, porque se había hecho un escándalo muy grande
con lo de la leche, tratamos de avanzar, de denunciar pero es una
lucha contra el poder y no pudimos hacer nada y hasta ahora no se ha
hecho nada en concreto. Sabemos porque casi todo indica que fue por
ese consumo que se enfermaron los niños, pero no teníamos ni
tenemos los recursos para hacer una investigación científica porque
todo se nos fue en pagar el tratamiento de los niños. A mí cada vez
que me hacían un examen socioeconómico para ver cuánto era lo que
podía pagar al hospital salía con menos posibilidades económicas,
no quedé en la indigencia porque me quedó esta casa", relató.
Su familia se
desintegró tras la muerte de su hija. Su esposa lo abandonó, sus
otros hijos crecieron y se fueron y él ahora vive solo en una
caserón en Cuautitlán Izcalli. El recuerdo de Maribel es lo único
que no lo abandona. En su cuarto hay fotos de ella por todas partes.
"En vida fue un sol", la recuerda, y ahora que no está, el
verla le ilumina todos los días.
La historia
incómoda
Tratar de hallar
información sobre este caso en Mexico es casi imposible. Por
tratarse de hechos que sucedieron hace tres décadas, cuando aún no
estaba sistematizada la información y había un gran caos por el
gran terremoto de 1985, la documentación está perdida, fue
destruida o escondida en algún archivo muerto.
Infobae trató de
indagar sobre el tema en oficinas que deberían tener información
como el Ministerio de Salud, pero la respuesta fue que no se sabía
nada del tema. En las oficinas de Salud de la capital mexicana
también se preguntó si existía algo sobre los afectados, pero la
respuesta fue la misma.
En la Universidad
Nacional Autónoma de México (UNAM), la principal institución de
Educación Superior del país y una de las más importantes de
América Latina, un empleado de la oficina de Comunicación señaló
que el tema era "un mito urbano".
Se desconoce
cuántos son los afectados, dónde están y cuales fueron las
consecuencias, porque nunca se deslindaron responsabilidades ni se
llegó a fondo en las investigaciones. El último esfuerzo se hizo en
noviembre de 1995, cuando el Congreso aprobó la creación de una
comisión que investigara ocho puntos relacionados con la paraestatal
Conasupo, entre ellos el tema de la leche contaminada. Pero apenas 11
meses después se cerró el caso y se archivó la investigación.
"No hubo
nadie que no hubiera tomado al menos un vasito porque toda la leche
se distribuía por medio de Conasupo", expresó en charla con
Infobae Guillermo Zamora, autor del libro Caso Conasupo: La leche
radioactiva, el crimen más atroz contra el pueblo mexicano, el único
que se escribió sobre el tema y que fue publicado en 1997.
Zamora asegura
que con Enrique Peña Nieto son ya seis los presidentes que deben a
los mexicanos una explicación sobre este tema que involucra
corrupción, abuso de poder, "y una ambición desmedida de esta
gente por hacerse rica".
Documentó que
"la incidencia de cáncer infantil aumentó 300 % en la década
que va de 1987 a 1997, al punto que se calcula que la afectación
anual es de unos 900 niños, de los cuales el 30 % muere".
En ese tiempo,
Raúl Salinas de Gortari, hermano del ex presidente Carlos Salinas -al que se responsabiliza del "Efecto Tequila" de
mediados de los 90- era funcionario de Conasupo, donde ocupó
diferentes cargos.
Entre otros, se
desempeñó como gerente general de Sistema de Distribuidoras
Conasupo, S.A. de C.V. (Diconsa) y fue durante su administración que
el país adquirió al Irish Dairy Board la leche contaminada.
"Cuando
empezamos a investigar y a ver lo que decían algunos periódicos nos
dimos cuenta que todos hablaban del hermano del presidente Salinas -Carlos Salinas de Gortari fue jefe de Ejecutivo de 1988 a 1994.
Sabemos que estuvieron coludidas las autoridades de primer nivel,
empezando con el hermano del presidente Salinas. Nosotros nos
concentramos solo en los casos del Hospital Infantil, pero debe haber
habido más en otros hospitales que atienden a niños con cáncer",
expresó Torres Goldaraz.
Raúl Salinas de
Gortari fue detenido en marzo de 1995, bajo cargos de asesinato -por
la muerte de su ex cuñado, Francisco Ruiz Massieu, otro político
mexicano, y enriquecimiento ilícito-, pero nunca se le fincaron
cargos por el caso de la leche contaminada. Salió libre en 2005 y en
2013 el Estado mexicano le restituyo los bienes que le había
decomisado porque la Fiscalía no logró acreditar su procedencia
ilícita.
"Esta es una
historia del pasado que no podemos dejar pasar aunque hay algunos que
han estado empecinados en ello. No se ha podido contar completa,
siempre hay algo mas, se ha impedido llegar hasta el final, cuando se
quiere hacer más investigación, siempre hay obstáculos",
expresó Zamora.
Aseguró que las
autoridades federales de ese entonces intentaron fabricarle
acusaciones por involucrar en sus investigaciones al hermano del ex
presidente. En su libro describió cómo distintas personas que
descubrieron el caso, entre ellos marinos y científicos, fueron
sometidos a juicios, algunos enviados a prisiones militares y otros
ya no pudieron seguir desarrollando sus profesiones.
Una de estas
personas es el físico Miguel Ángel Valdovinos, quien en 1986 era
jefe del laboratorio de la planta Nucleoeléctrica de Laguna Verde,
en el estado de Veracruz.
Los barcos que
traían la leche llegaron cargados de miles de bultos de 25
kilogramos. Era costumbre que cuando llegaba mercancía se diera el
llamado "robo hormiga" -el robar pequeñas cantidades de
mercancía para venderlas baratas en el mercado negro. El 18 de abril
de 1987 el vicealmirante Manuel Rodríguez Gordillo, entonces un
marino de 53 años, recibió un reporte en el que señalaba que un
gran número de elementos del cuerpo de infantería padecía males
estomacales.
Cuando cuestionó
al responsable de la cocina, afirmó que los alimentos que se
compraban eran de la mejor calidad, incluso la leche, la cual confesó
que había comprado a los estibadores -los cargadores del puerto-
de lo que sacaban de robo hormiga.
El vicealmirante
sospechó del lácteo por ser un alimento muy sensible, por lo que
mandó unas muestras a Valdovinos para que las analizará.
En su informe
concluyó que la leche contenía grandes cantidades de estroncio 90 -un componente importante de los residuos nucleares- y cesio 137 -un isótopo radioactivo, "en una cantidad superior en 10
veces al máximo tolerable por el organismo humano. Ambos son
elementos atómicos considerados como altamente cancerígenos",
explicó, y sobre la leche recomendó que debía prohibirse a los
lactantes y a mujeres embarazadas.
Curiosamente la
leche no había sido la responsable de la enfermedad de los marinos,
pero el análisis ayudó a comprobar su contaminación.
La contaminación
radiactiva por cesio 137 y estroncio 137 producen malformaciones,
daños hepáticos y en los huesos, lo que refuerza la hipótesis de
Teodoro Torres de que su hija enfermó por el consumo de leche
contaminada.
"Esta
historia nos ha afectado a todos, pero todo lo borraron y contra
nosotros hubo una represión atroz", expresó el físico a
Infobae.
Recordó que
cuando tuvo el informe lo envió al vicealmirate, quien a su vez lo
remitió a la Secretaría de Marina, pero en ese momento la leche ya
estaba por ser hidratada para su comercialización. El informe se
envió a los ministerios de Salud y de Comercio ante la insistencia
de Rodríguez Gordillo de que ante la gravedad del asunto era
necesario hacer algo.
Sin embargo,
según Zamora y Valdovinos, los resultados de análisis
desaparecieron de los archivos de la Marina y de Laguna Verde.
Al vicealmirante,
confirmaron los dos, se le fabricaron cargos como asociación para
cometer el delito de rebelión y traición a la Patria, entre otros.
Fue sometido a juicio ante la justicia militar, pero logró un amparo
de autoridades federales.
"A mí me
mandaron a Tlaxcoaque -un centro de tortura que operó el capital
mexicana- por eso y por otras cosas", dijo el físico.
Doble engaño
El 16 de marzo de
1988 las autoridades mexicanas anunciaron que la leche se había
regresado a Irlanda a través del buque Pheasant, de bandera
Chipriota, pero según señala Zamora, la leche habría sido
desembarcada en el puerto de Tampico, en México, por lo que nunca
salió de país.
"Así se
quedaron las cosas. Esto pasará la historia y quedará en la
conciencia de cada una de esas autoridades que en aras de tener más
dinero autorizaron la entrada de esa leche, en esas conciencias
estará el hecho de que fallecieron algunos niños que no tenían que
haber muerto, porque si no hubieran tenido ese afán de
enriquecimiento, no se compra la leche, pero llegaron barcos llenos
de toneladas", lamentó el padre de Maribel, para quien estos
días son especialmente tristes, porque hace un mes su hija hubiera
cumplido 31 años.
Fuente:
La trágica historia silenciada de los niños muertos en México por Chernobyl, 30/04/17, Infobae.
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