Los Molinos, Embalse, La Viña y La Quebrada están en proceso de eutrofización. En otros más chicos ya se han detectado algas que generan toxinas o malos olores y sabores.
por Lucas Viano
Las extrañas coloraciones verdeazuladas y los olores nauseabundos que emanaban hace unos días del lago San Roque demostraron que su estado de salud es crítico. El deterioro ambiental del lago de Punilla lleva décadas.
La presencia de
materia orgánica aportada por las actividades humanas genera la
proliferación de cianobacterias y de algas.
Este proceso se
llama eutrofización. Los expertos coinciden en que su estado natural
ya es eutrófico, pero que durante el verano alcanza la
hipereutrofización.
Otros cuatro
embalses cordobeses que se utilizan con fines recreativos y para
abastecer de agua potable están camino a transformarse en eutróficos
y por momentos lo están en el verano. Se trata de Los Molinos, La
Viña, La Quebrada y el Embalse del río Tercero.
En tanto, el
Piedras Moras se encuentra mesoeutrófico, una etapa previa, de menor
degradación. Lo mismo sucede con los diques de El Cajón, de La
Falda y de otros menores.
“Desde hace
varios años, el San Roque, como otros cuerpos de agua de la
provincia, está sufriendo un aumento progresivo del proceso de
eutrofización y floraciones de cianobacterias que deterioran la
calidad del agua”, aseguró Claudia Daga, docente e investigadora
de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la
Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Daga explicó que
la eutrofización es un proceso natural. “Pero la contaminación
humana acelera ese proceso. Se trata de un fenómeno que afecta a los
cuerpos de agua de todo el mundo”, sostuvo.
En similar
condición
Con otros colegas
analizaron la presencia de algas o cianobacterias de interés
sanitario en cuatro embalses.
Los cuatro tienen
uno o más microorganismos que generan sustancias tóxicas (a nivel
neurológico y hepático) y que también pueden transmitir malos
olores y sabores al agua.
Algunas especies
analizadas también pueden ocasionar obstrucciones en los mecanismos
de filtrado de las plantas potabilizadoras.
“La mayoría de
los embalses de la provincia han evolucionado de un estado
mesotrófico a eutrófico en la última década y algunos presentan
inclusive una condición hipereutrófica”, aseguró una revisión
científica sobre los recursos hídricos superficiales de Córdoba
realizada en 2014 por investigadores de la UNC, del Instituto
Nacional del Agua y del Conicet.
Ese informe
indica que la eutrofización limita el uso recreativo de los embalses
y provoca dificultades y mayores costos en el proceso de
potabilización.
Cianobacterias
“El incremento
de nutrientes provenientes de vertidos de efluentes cloacales sin
tratar o con escaso tratamiento, el aporte de suelo con contenido de
plaguicidas, fertilizantes y las cenizas provenientes de incendios,
junto con las altas temperaturas, favorecen el desarrollo de las
cianobacterias”, explicó Daga.
Entre ellas, la
más preocupante es Microcystis aeruginosa, que es la que causa los
colores verdeazulados y el mal olor en el lago San Roque.
Daga señaló que
es toxigénica para el ser humano y puede provocar la mortandad de
peces debido a la disminución de oxígeno disuelto en el agua.
Esta especie fue
detectada en casi todos los embalses cordobeses, aunque en diferentes
niveles. Daga descubrió en el San Roque otros seis microorganismos
que pueden generar malos olores y sabores en el agua. En La Quebrada
fueron cinco.
Las floraciones
de cianobacterias son más frecuentes en el verano, incluso hasta
mayo si las temperaturas son altas.
Si coinciden con
una bajante en el cuerpo de agua, las algas pueden llegar a las tomas
de las plantas potabilizadoras.
Daga aclaró que
estas instalaciones cuentan con procesos que eliminan las sustancias
peligrosas y generadoras de olores como la ozonificación y el
carbono activado, tratamientos que encarecen la potabilización del
agua.
Para Daga, los
problemas sanitarios más graves se dan con las poblaciones que aún
consumen agua en forma directa (sin potabilizar) de los diques y con
quienes se bañan en ellos porque puede generar dermatitis.
La solución de
fondo es conocida desde hace tiempo: evitar que los embalses reciban
efluentes cloacales y prevenir los incendios que también aportan
materia orgánica en forma de ceniza, como aspectos centrales.
Fuente:
Lucas Viano, Lagos cordobeses: el riesgo de terminar como el San Roque, 09/04/17, La Voz del Interior. Consultado 09/04/17.
Fundación Campos Largos dique la FLORIDA contaminación con Plomo cadmio y pesticidas
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