A los
inconvenientes por las lluvias, se suman la falta de obras hídricas
y las canalizaciones clandestinas. Por el cierre de 7 tambos se
perderán $ 3,5 millones mensuales. Advierten que no se podrá sacar
la cosecha.
por Patricia
Rossia
Con
registros de lluvias que superan los 400 milímetros en menos de una
semana y un acumulado de más de 700 mm en lo que va del corriente
año, el sur cordobés vuelve a tener miles de hectáreas sembradas
sepultadas bajo agua y una decena de tambos terminaron por cerrar y
liquidar las vacas ante la imposibilidad de mantener los animales o
de sacar la producción.
Este
crítico panorama es multicausal: por un lado, un clima que se ha
empecinado con la región sur, con lluvias que superan todo
pronóstico, las obras hídricas nunca concretadas, el conflicto
interprovincial para dar una salida ordenada al agua; y por otro
lado, las canalizaciones clandestinas realizadas por los propios
vecinos que sufren la inundación y que terminan aplicando la ley del
“sálvese quien pueda” y derivan la masa hídrica que corre sin
control.
Sólo
en la zona rural que rodea Serrano hay alrededor de 15.000 hectáreas
bajo agua, cuyos cultivos difícilmente puedan ser recuperados. Pero
el impacto más fuerte se siente en la producción láctea con el
cierre de siete tambos que, en promedio, eran la fuente laboral de 4
a 6 familias por cada explotación, las que hoy se quedan sin su
ingreso mensual.
En
cifras más precisas, un tambo de 30 mil litros generaba alrededor de
medio millón de pesos mensuales que se inyectaba a la economía de
los pueblos, que ahora ya no lo tendrán. Multiplicado ese número
por los siete tambos cerrados, la pérdida económica mensual es de
alrededor 3,5 millones de pesos aproximadamente. “Y esto es sólo
el principio. Los problemas serán más graves aún si no se puede
sacar la cosecha. Acá esto no da para más”, señaló un productor
que el pasado viernes reclamó a funcionarios provinciales en Serrano
hagan las obras prometidas y cierren los numerosos canales
clandestinos.
Sector
más complicado
Del
Campillo, Serrano, Pincen e Italó son los sectores más
comprometidos por la inundación. Gran cantidad de agua baja desde la
zona rural siguiendo la pendiente del terreno. Según señalan los
productores, dichos excesos deben salir hacia la provincia de Buenos
Aires, pero la falta de un trabajo conjunto interprovincial genera
resistencia por parte de los habitantes de poblaciones limítrofes,
que apuntan a Córdoba como la responsable de sus inundaciones.
Hace
desde las inundaciones de los 90 que los gobiernos hablan de acuerdos
interprovinciales para ejecutar obras conjuntas y dar una respuesta
definitiva al problema, pero hasta el momento todo ha quedado en
buenas intenciones. De las reuniones entre funcionarios de distintas
provincias sólo surge la “necesidad” de obras, pero sigue
faltando la decisión política para ejecutarlas.
En
territorio cordobés, el gobierno asiste al sur con maquinarias y
material para paliar en parte la crisis.
Tanto
en Pincen como en Del Campillo, la problemática se extiende a la
zona urbana donde los vecinos conviven con el agua de la napa y las
calles anegadas aún cuando no llueve. En la primera población,
además, está en serio riesgo la comunicación con la ruta 26,
puesto que, a pesar de haberse taponado las alcantarillas, el agua
sigue ganando la calzada del trazado provincial. En el lugar hay
permanente vigilia de autoridades comunales para evitar que los
productores liberen las alcantarillas, en una puja que los enfrenta
desde hace más de una semana por el manejo de los excesos hídricos.
Aldo
Martín, vecino de la zona rural de Ranqueles y miembro del Consorcio
Caminero, manifestó que los caminos están intransitables. “Nosotros
estamos llegando en camioneta, pero estamos haciendo un tramo de 300
metros sobre la vía para poder llegar a la ruta 26, el acceso al
pueblo es imposible”. Al tiempo que agregó: “Esto es difícil
asumirlo. Como productor también estoy afectado, tengo entre 40 y 50
centímetros de agua en la soja y eso no lo podés sacar”.
700
milímetros en 3 meses
Marcela
Género es agente del Inta Zonal del Roca. Respecto de la situación
en el sur cordobés dijo: “Es crítica. Viendo los registros, ya
tenemos los milímetros que llueve en un año en estos primeros
meses. El caso más significativo es en la zona de Italó con 700
milímetros. Venimos ya de una situación complicada en el 2016 y en
nuestros suelos se junta la napa alta con las precipitaciones y no
hay posibilidad de escurrimiento alguno. Lamentablemente no es un
panorama que se modifique en el corto plazo y no hay muchas
posibilidades de mejora”, sentenció.
Y
agregó: “Es penoso para nuestra zona porque es una cosecha
histórica. Los cultivos están muy buenos, pero ante la falta de
piso en lotes y en los caminos será imposible trabajar. Queda una
zona que está mejor, que es de Huinca, la ruta 35 hacia el oeste,
pero en general está muy complicado”.
Así
las cosas, mientras por un lado el clima no da tregua, los
productores insisten en que para terminar definitivamente con las
inundaciones deben afrontarse trabajos integrales sobre cuencas que
comprendan acuerdos interprovinciales que, a la vista de la actual
situación, están lejos de lograrse.
Fuente:
Patricia Rossia, En el sur, el agua sepulta miles de hectáreas y siguen cerrando tambos, 09/04/17, El Puntal de Río Cuarto. Consultado 11/04/17.
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