La
empresa brindó a las autoridades nacionales un relato del último
derrame distinto al que dio al público y al gobierno de San Juan.
Una dura resolución del juez Casanello menciona el cierre de la mina
como una posibilidad real.
por
Juan Parrilla
Los
derrames se podrían haber evitado. Y se van a repetir. Es la
conclusión que se cae de madura luego de leer el informe que elaboró
el gobierno nacional sobre la mina Veladero, de Barrick Gold, y es lo
que expresamente dijo que iba a pasar el único perito independiente
que accedió al proyecto. El reporte del Ministerio de Ambiente y
Desarrollo Sustentable, que Infobae consiguió a través de una
fuente con acceso al expediente, es categórico: constató fallas de
seguridad en el valle de lixiviación, que es donde se separa la roca
del oro y la plata a través del uso de una solución con cianuro y
varios metales pesados. Buena parte de esos problemas ya habían sido
advertidos por los expertos. Al escándalo se sumó una dura
resolución del juez federal Sebastián Casanello que menciona el
cierre del yacimiento como una posibilidad real.
Como
ocurrió en las otras ocasiones, el último derrame en Veladero dejó
una estela de dudas y un puñado de certezas. En el Ministerio de
Ambiente se enteraron al otro día por los medios del incidente.
Nadie los notificó. El ministro Sergio Bergman decidió enviar una
comisión de tres técnicos que, un días después, el 30 de marzo,
se presentó en la mina y elaboró un informe en el que "constató
fallas en el sistema de lixiviación". A partir de ese reporte,
el titular de la cartera presentó una demanda en la Justicia Federal
por los sucesivos conflictos ambientales.
Lo
que más llama la atención del informe de la comisión oficial es
que los directivos de Barrick Gold les contaron a las autoridades
nacionales una versión que está lejos de ser el cuento de hadas que
relató la empresa y la descripción que hizo el gobierno de San Juan
en una conferencia de prensa.
El Ejecutivo provincial informó que el 28 de marzo se produjo el
"desacople" de una cañería que derramó durante 15
minutos, entre las 17.15 y las 17.30, "solución rica", que
es la suma de solución cianurada, oro y plata. Pero Barrick Gold le
dijo a la comisión del Ministerio de Ambiente que detectó el evento
a las 17.45. Y que recién a las 18.05 se hizo presente en el lugar
el jefe de procesos para dar inicio a las tareas de contención.
Esa
observación podría parecer un detalle, pero a medida que se avanza
en la lectura del reporte las diferencias con la versión oficial se
acrecientan. Por caso, Infobae había aseverado que horas después
del primer derrame hubo un segundo incidente, lo cual fue "desmentido
tajantemente" por Barrick Gold. Sin embargo, la empresa le
detalló a las autoridades nacionales que "entre las 20.45 y las
21.15 del mismo día se produjo el desacople de otros tres ductos de
la misma franja troncal, ubicados a aproximadamente 150 metros
pendiente abajo del primer desacople, a raíz de la erosión del
sustrato subyacente ocasionada por el flujo de solución rica
proveniente del primer desacople".
Lo
cierto es que a las 22:30 la solución salió del valle de
lixiviación hacia un camino perimetral. El dato es clave, porque
fronteras afuera el suelo no es impermeable. Barrick Gold había
comunicado que la solución "fue contenida dentro del área de
operación". Fue una expresión engañosa. Y las autoridades de
San Juan intentaron instalar la idea de que la zona afectada, un
camino perimetral de unos 300 metros de largo por 10 metros de ancho,
es impermeable, porque tiene una sal de magnesio llamada bischofita,
que se usa como estabilizador de caminos. Pero los ambientalistas
desestimaron la efectividad de ese material y el informe dejó en
claro que la solución penetró el suelo.
En
efecto, los técnicos del Ministerio de Ambiente le pidieron a
Barrick Gold que instale una geomembrana en los caminos perimetrales.
En la zona afectada se realizaron una serie de pruebas con el
detector de fluorescencia de rayos equis que detectaron que "los
suelos superficiales subyacentes presentaban indicios de afectación,
lo que quedó de manifiesto por las concentraciones anómalas de
plata que se detectaron en las mediciones". Lo que aún no está
claro es cuánto penetró la solución y, lo que sería grave, si
llegó a las napas. Barrick Gold habló de 15 mil litros fugados,
pero la empresa tiene probados antecedentes de manipular los cálculos
de sus derrames y disfrazar serios incidentes como problemas
insignificantes.
De
aquí se desprende que la aseveración de Barrick Gold de que no se
afectó el ambiente es, como mínimo, prematura. Eso sí: las tres
mediciones de pH que la comisión realizó en los ríos Potrerillos y
Las Taguas no arrojaron valores anómalos, aunque todavía restan los
resultados de los análisis de metales pesados y cianuro que quedaron
a cargo de la empresa AySA. Hasta hoy hay dudas sobre si la solución
llegó a los cursos de agua, porque (¿casualmente?) el día del
derrame se apagó la cámara que Barrick Gold tiene en su página web
para enfocando la desembocadura de sus canales en el río
Potrerillos.
Entonces,
como se dijo, a las 22.30 el material tóxico y potencialmente
contaminante salió del valle de lixiviación hacia una zona que no
está protegida. Recién en ese momento se notificó a la Gerencia de
Medio Ambiente de la compañía y, media hora más tarde, se avisó
al gobierno sanjuanino, pero ya era demasiado tarde para que una
comisión provincial acceda a la mina, ya que se había desatado una
tormenta. En ese contexto, quince minutos antes de la 1 de la mañana,
según la versión que contó Barrick, habría finalizado la
recolección del material, que estuvo en contacto con la tierra
durante no menos de dos horas. La versión es consistente con la que
dio Infobae al otro día del derrame, cuando advirtió que, lejos del
relato oficial, los empleados habían estado trabajando en el lugar
con trajes especiales hasta bien entrada la madrugada.
En
resumen, la comisión consideró que el valle de lixiviación no es
seguro. Por eso le pidió una batería de medidas de seguridad a la
empresa. Una curiosidad: el "reemplazo de los ductos de
circulación de solución cianurada" que aconsejó debería haber sido realizado después del último derrame, ya que había sido
ordenado por el gobierno de San Juan. De hecho, esta nueva fuga se
produjo en un caño que debería haber sido recambiado. Lo que nadie
explicó aún es por qué las autoridades provinciales no exigieron
el cumplimiento de sus disposiciones. Figurita repetida: el derrame
de septiembre de 2016 se produjo porque Barrick Gold no cumplió con otra medida que el Ministerio de Minería provincial le había
pedido: el levantamiento de las bermas, que son una suerte de pared
de contención, que ahora el Ministerio de Ambiente nacional le
exigió que vuelva a elevar.
El
resto de la veintena de medidas requeridas incluye el traslado de
cañerías al centro del valle de lixiviación, la instalación de
caños auxiliares, la colocación de sistemas de sujeción de los
ductos, la construcción de un sumidero de emergencia de solución
cianurada y el desarrollo de un sistema de monitoreo en tiempo real.
El sistema de lixiviación de la mina que Barrick Gold había
bautizado como la más segura del mundo no tiene controles
automáticos.
No
obstante, la empresa de capitales canadienses ya anunció que
realizará un nuevo valle de lixiviación. Y en este punto es
importante hacer una aclaración. Muchos ambientalistas están
convencidos, desde hace años, que la geomembrana que está bajo el
valle está rota.
Hace
unos años, el ambientalista Fernando Berdugo reveló dos correos
electrónicos de la consultora Ruiz y Asociados, que trabajó en el
proyecto, a la empresa SNC-Lavalin, la firma que encabezó la
construcción de Veladero. El primero, de septiembre de 2004, llama
la atención sobre el tamaño del valle de lixiviación, que se
construyó en 158 hectáreas, y hace hincapié en dos cuestiones: la
presencia de suelos congelados y de "material orgánico",
que no son otra cosa que vegas que fueron rellenadas, lo que
convierte al valle de lixiviación en una zona sumamente inestable,
donde además suelen producirse sismos.
El
otro correo es del 20 de noviembre de 2004 y es mucho más
contundente. Entre otras cosas, certifica que la geomembrana que está
bajo el valle de lixiviación tiene "un número significativo de
agujeros y grietas" y subraya "la presencia de pliegues de
tamaño considerable" que la contratista chilena El Sauce SA
debería haber reparado.
"Otro
problema importante detectado es que el contratista está utilizando
equipo montado sobre orugas para operar directamente sobre la
geomembrana y llevar a cabo la colocación. Esto está causando un
daño considerable en las secciones de geomembrana que ya están en
su lugar. Las especificaciones en este sentido también son muy
claras, y establecen que ningún equipo puede realizar operaciones
directamente sobre el material geosintético. El trabajo sólo se
puede realizar sobre el relleno puesto previamente en su lugar",
destaca el correo. Y se queja por los materiales utilizados. "Tienen
un índice promedio de 9.5 de plasticidad según lo informado por los
diversos informes de laboratorio realizados. Esto es más alto de lo
que se indica en las especificaciones, las cuales establecen que este
material no debe tener ninguna plasticidad", precisa.
Ante
la consulta de Infobae, Barrick Gold no negó que las orugas hayan
roto la geomembrana, pero aseguró que todos los errores durante la
construcción del valle fueron subsanados y hubo una tercera empresa,
Goldier Asociet, que certificó que estaba en condiciones óptimas.
Infobae
pudo hablar con tres ex empleados de la minera y un líder sindical
que coincidieron en que la membrana del valle de lixiviación se
rompió en ese entonces. Una de esas personas intentó denunciarlo en
su momento, pero recibió una golpiza brutal en pleno centro de San
Juan. Desde ese entonces, volvió al anonimato.
La
seguridad de Veladero está íntimamente relacionada a un movimiento
clave que se produjo el viernes en el expediente en el que el juez
federal Sebastián Casanello investiga el incumplimiento de la ley de
glaciares. El magistrado había ordenado que se cree una comisión
que suba a la mina para verificar las condiciones de seguridad. Lo
hizo luego del mayor desastre ambiental de la historia minera
argentina, en septiembre de 2015, cuando millones de litros de agua
con metales pesados y tóxicos contaminaron al menos cinco ríos.
Tiempo después, la Corte Suprema le quitó la competencia y le mandó
la causa a la justicia federal de San Juan, junto a toda la
documentación.
"Desde
ese momento hasta hoy se han producido una seguidilla de eventos de
gravedad, todos vinculados justamente con las condiciones en que la
actividad de la mina Veladero se lleva adelante. El sentido de
aquella inspección era justamente echar luz sobre esos extremos para
poder evaluar responsabilidades y riesgos y en su caso, cerrar la
mina", remarcó Casanello en una dura resolución. Y alegó que
como esos derrames pueden haber afectado las zonas protegidas por la
ley de glaciares "deviene imperioso contar, de modo urgente, con
los resultados" del informe que presentaron los expertos. Uno de
ellos fue el hidrogeólogo Roberto Moran, quien anticipó que iba a
haber más derrames.
"La
producción de eventos contaminantes -no uno, sino varios- obliga a
considerar de modo definitivo su cierre, pues son los hechos en su
más cruda realidad los que demuestran que las medidas de prevención
fracasaron y los pronósticos fueron equivocados", remató el
juez.
En
ese expediente, Casanello citó a una treintena de personas, incluido
este cronista. En las últimas semanas hubo algunos testimonios clave
que complicaron la situación de las autoridades a cargo de la
confección del inventario de glaciares. Se espera que hacia fin de
mes terminen las declaraciones y es posible aventurar que varios
funcionarios serán citados a indagatoria.
Fuente:
Juan Parrilla jparrilla@infobae.com, El gobierno constató fallas de seguridad en el valle en el que Barrick Gold rocía las rocas con cianuro, 09/04/17, Infobae. Consultado 09/04/17.
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