El tributo que
pagan los cordobeses con las facturas de energía sube 33 por ciento.
No aumentaba desde 2010. La mayoría abonará entre 5,60 pesos y 7
pesos por mes. Por año, se recaudarán 90 millones. Dos razones para que las llamas no avancen. El debate sobre el destino de los fondos.
por Fernando
Colautti
El impuesto al
fuego que todos los cordobeses pagan desde 2004 con las facturas de
energía viene con aumento en 2017. El ajuste es del 33 por ciento
para los usuarios residenciales y casi que se duplica para empresas y
grandes consumidores. El tributo es un monto fijo que no se
modificaba desde 2010. En los últimos seis años, la inflación en
Córdoba fue del 309 por ciento.
El aumento fue
aprobado por los legisladores el 28 de diciembre pasado, pero pasó
inadvertido. Nada fue informado hasta ahora, y hay cooperativas
eléctricas del interior que deben aplicarlo y cuarteles de bomberos
que dicen, aun hoy, no conocer la novedad.
El impuesto
recaudará unos 90 millones en 2017. Pero el 10 por ciento, según
dispone la ley 8751 que creó el fondo, se reparte entre los 174
cuarteles de bomberos que suma Córdoba. Son nueve millones de pesos
que gotean a razón de 50 mil pesos anuales para cada destacamento.
El fondo del
fuego, en tanto, se constituye con los 80 millones restantes, que
maneja la Provincia en acuerdo con las federaciones de bomberos. En
los años anteriores fueron casi 60 millones.
Los nuevos
valores
El monto por
pagar depende del tipo de usuario de energía. Los que abonan como
“tarifa social” están exceptuados. Las viviendas con consumos
menores de 240 kW pagarán ahora 0,36 por mes; si el uso está entre
240 y 400 kW, el monto es de 5,60 mensuales, y para los que
sobrepasen los 400 kW el tributo será de 7 pesos por mes. En tanto,
la categoría de comercios y empresas pasa a abonar 12 pesos por mes,
y las industrias calificadas como “grandes consumidores”
tributarán 400 pesos.
Hasta ahora, Epec
cobraba por bimestre. Pero desde este mes facturará sus servicios de
modo mensual, como lo hacen las cooperativas eléctricas del
interior.
Adónde va
El Presupuesto
provincial para 2017 calcula que el Plan de Manejo del Fuego tendrá
recursos este año por 91.693.000 pesos. La cifra es mayor a los 80
millones que recibiría, con el aumento aplicado, por este impuesto.
“Los 11 millones restantes son por lo que quedó de 2016 sin erogar
y que se transfiere a 2017”, señaló Claudio Vignetta, secretario
de Gestión de Riesgo de la Provincia.
Ya en 2016 habían
pasado 30 millones del ejercicio anterior. En los tres últimos años
hubo bajos índices de incendios en Córdoba -en comparación con
los promedios históricos-, lo que implicó que no se generaran
gastos extraordinarios por operativos como los que hicieron falta en
el muy complicado 2013.
Vignetta precisó
que para 2017 ya se acordó con la Federación de Bomberos de
Córdoba, que nuclea a la mayoría de los cuarteles, un aumento en
los recursos que se les brinda. La principal erogación, que se
llevará 45 millones este año, es el aporte de 260 mil pesos a cada
uno de los 174 cuarteles, sin importar su tamaño. En los dos últimos
años ese envío había sido de 170 mil pesos.
La segunda
partida, que implicará unos 26 millones este año, es el pago de esa
especie de remuneración mensual que cobran 324 bomberos, a modo de
“becas de capacitación” y a cambio de que realicen tareas
diarias de vigía y prevención del fuego. Se trata de cinco agentes
de cada uno de los 62 cuarteles ubicados en la “zona de riesgo”
(las Sierras y el noroeste), más 24 coordinadores en toda la
provincia. Cada uno recibirá este año 6.500 pesos por mes como
contraprestación. Durante 2015, ese monto fue de cinco mil pesos y
en 2014 era de 4.250 mensuales.
Entre esos dos
destinos de bomberos, se irán 71 millones de los 80 que nutrirán el
Plan de Fuego en 2017, o de los 91 millones que tendrá en realidad
disponibles.
El resto de los
recursos deberá alcanzar para compra de equipamiento, renovación de
vehículos, mantenimiento de aviones hidrantes, pago de pilotos y del
personal propio del Plan Provincial del Fuego y otros gastos
operativos y administrativos.
Apross, un dilema
Desde que se creó
el fondo del fuego, parte de los recursos se destinaron al pago de la
obra social provincial Apross a aquellos bomberos voluntarios que no
tuvieran cobertura. Desde la Secretaría de Gestión del Riesgo se
indicó que son unos 1.700 (de los casi cinco mil agentes activos),
más casi dos mil familiares. “El gran problema es que Apross pasó
de cobrar 50 pesos a 800 pesos por asociado. En 2015 eran 3.500.000,
pero en 2017 serían 30 millones, que el fondo del fuego no tiene
modo de solventar”, señaló Vignetta.
Por ahora, nadie
habla de quitar ese beneficio a los bomberos. Aunque resta ser
resuelto, se apunta que la Provincia se haría cargo de ese costo con
partidas de Rentas Generales.
Bomberos
Esperando
precisiones. En los cuarteles esperan certezas sobre los cambios por
aplicar. El presidente de un cuartel de bomberos de la zona serrana
señaló ayer a este diario que no tenía aún información sobre
cambios en el impuesto al fuego para 2017. Un jefe de cuartel de otro
destacamento dijo saber, en cambio, que aumentarían el tributo y la
partida para bomberos. No hubo respuestas a la consulta desde la
Federación de Bomberos, que agrupa a la mayoría de los cuarteles.
Dos razones para
que las llamas no avancen
La ley provincial
que creó el Plan del Fuego fue aprobada en 1999 y vence en diciembre
de 2019. El impuesto, en tanto, se agregó en 2004. El impuesto al fuego pega un salto este año.
por Fernando Colautti
Las estadísticas
oficiales muestran que desde que se creó el fondo del fuego, bajó
el promedio anual de superficie quemada en Córdoba, comparado con el
de décadas anteriores.
No debe ser de
otro modo. A los cordobeses nos cabe el derecho de exigir que los
incendios sean cada vez más acotados y controlados. Hay dos razones
de suficiente peso para sostenerlo.
Una es que
aportamos desde hace 12 años un impuesto especial y específico con
esa finalidad, que viene recaudando 60 millones anuales y que en 2017
sumará más de 80 millones.
Corresponde
entonces saber cómo y en qué se gastan esos fondos. Hasta
directivos de cuarteles de bomberos plantean sus dudas y se quejan de
no tener detalles del destino de los recursos.
Si el fondo del
fuego es una caja, que sea de cristal, por transparente. Sería
sencillo hacerlo a través de internet -como se hace en otros
rubros- para exponer de modo abierto, preciso y actualizado cada
gasto, envío o aporte entregado, para que la información no quede
encapsulada entre autoridades y federaciones institucionalizadas.
La ley que creó
el Plan del Fuego prohíbe que los fondos que recauda ese tributo
puedan tener otro destino que no sea el combate de incendios.
Si se
transparenta el gasto, si la caja deja ver su interior, cada cordobés
haría más suyo el Plan del Fuego, lo percibiría como más cercano
y propio. Esa utilidad se percibirá, por ejemplo, cuando en 2019
deba discutirse si continúa o no la ley que lo creó.
La otra razón
clave es que Córdoba está ya al límite, en lo ambiental, como para
seguir haciéndose humo. Ya no tiene margen para continuar perdiendo
bosques y suelos, reduciendo recursos hídricos, dañando paisajes y
potencial turístico, afectando biodiversidad y hasta comprometiendo
propiedades y proyectos de vida.
El debate sobre
el destino de los fondos
Un punto de
discusión frecuente es si se justifica que una de los principales
erogaciones sea el pago mensual a bomberos voluntarios, que se
transforman casi en rentados. El impuesto al fuego pega un salto este año.
La discusión
sobre el modo en que se decide el destino de los fondos del impuesto
al fuego lleva años. Sobre todo, reaparece después de siniestros
que conmueven (como el de 2013) o cuando se registran reclamos de
cuarteles de bomberos por demoras en los aportes provinciales.
Un punto de
discusión frecuente es si se justifica que una de los principales
erogaciones sea el pago mensual a bomberos voluntarios, que se
transforman casi en rentados. La respuesta que se escucha es que si
son voluntarios, no se les puede reclamar que trabajen determinadas
horas por día o semana, como el Plan del Fuego les exige a casi 350
de ellos.
Desde el
ambientalismo, siempre atento al impacto del fuego, Federico Kopta -del Foro Ambiental Córdoba- admitió como “razonable” un
ajuste en el tributo que se paga “porque había quedado muy
atrasado respecto de la inflación”. Pero sugirió que el 10 por
ciento se destine a educación formal. “Si casi todos los focos son
iniciados por negligencia o intención humana, lo que falta es
educación”, dijo. También reclamó un modo “más abierto y
participativo que transparente el destino” de los recursos
recaudados.
Fuentes:
Fernando Colautti, El impuesto al fuego pega un salto este año, 09/02/17, La Voz del Interior. Consultado 10/02/17.
Fernando Colautti, Dos razones para que las llamas no avancen, 09/02/17, La Voz del Interior. Consultado 10/02/17.
El debate sobre el destino de los fondos, 09/02/17, La Voz del Interior. Consultado 10/02/17.
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