Muchos animales
autóctonos son claves para la polinización de cultivos y la
dispersión de semillas, beneficiosos para el ser humano. Los datos
sobre las especies que la Provincia envió para elaborar el
ordenamiento territorial son escasos e imprecisos, señalan biólogos.
por Lucas Viano
Además de un
paisaje turístico, un bosque también es el hábitat de cientos de
animales. Además de ser hermosos, tiernos y feroces, nuestra fauna
brinda importantes servicios ambientales como la polinización de
cultivos y la dispersión de semillas.
Pero el proyecto
de modificación de la ley de ordenamiento de bosque nativo que está
elaborando la Legislatura contiene datos escasos e insuficientes
sobre el estado de nuestras especies autóctonas.
Para pintar el
mapa del monte autóctono de Córdoba, la Provincia le envió a la
Legislatura una serie de capas de información. Una de ellas es la de
fauna, pero sólo fueron incluidas 11 especies.
“Nueve especies
de la lista son especies que están en peligro a escala
internacional, nacional, y provincial, pero realmente no le encuentro
criterio a la selección de esas especies. También se incluye al
tapetí, un conejo salvaje que sólo llega ocasionalmente a la
provincia”, dijo Ricardo Torres, biólogo y docente de la cátedra
Diversidad Animal II de la Facultad de Ciencias Exactas de la
Universidad Nacional de Córdoba.
Torres explica
que además incluyeron al lagarto de cobre y al zorro colorado, dos
especies típicas de los pastizales de altura de Pampa de Achala. “No
veo porque incluirla en una zonificación de bosques”, aseguró.
Roles clave
La fauna
silvestre juega roles clave en el equilibro de la biomasa vegetal, la
dispersión de semillas y la polinización. “La transformación del
ecosistema generó un escenario de alta fragilidad ambiental, lo cual
implica un riesgo evidente para la supervivencia de la biodiversidad
nativa”, indicó un informe de biólogos de la UNC y ONG
ambientalistas en respuesta a un trabajo de la Confederación de
Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez).
Según Torres, en
los bosques de llanuras del norte y oeste de Córdoba viven 44
especies animales que son dispersores de semillas de plantas; 199 que
son controladores de plagas de insectos; 13 que son polinizadores y
64 que pueden controlar vertebrados perjudiciales para la agricultura
(roedores y palomas) y especies que son vectores o reservorios de
enfermedades que pueden pasar a los seres humanos.
La mitad de los
mamíferos grandes y medianos de la región chaqueña (a la que
pertenece el norte y oeste cordobés) se consideran en peligro de
extinción, vulnerables o casi amenazados.
Uno de los
cambios que se quiere introducir en la ley es permitir la ganadería
en los remanentes de bosque nativo provincial y el uso de rolado de
baja intensidad para eliminar el estrato arbustivo.
El documento de
respuesta a Cartez advierte que hay pocos estudios sobre el impacto
que estas intervenciones traerían sobre la fauna. “Sería
conveniente aplicar el principio precautorio, hasta tanto se cuente
con información detallada que permita evaluar los riesgos de esta
práctica para la supervivencia de las especies silvestres”,
agregó.
“Es muy
importante conservar los tres estratos de bosque nativo. El fachinal
o matorral es donde se observa más cantidad de aves. Un altísimo
porcentaje de las especies autóctonas hacen sus nidos, incuban sus
huevos y crían a sus pichones entre estos arbustos”, comentó
Guillermo Galliano, guía y fotógrafo de aves.
Y ejemplificó
con la mosqueta estriada, una pequeña ave insectívora y migratoria
que nidifica entre los arbustos, al igual que el gallito de collar.
Para el
ornitólogo Guillermo Sferco, del Centro de Zoología Aplicada de la
UNC, hay que tratar de dar continuidad a los ambientes. “Evitar que
las áreas con bosque se encuentren separadas por muchos kilómetros,
ya que se interrumpe la circulación de individuos y comienzan a
aislarse las poblaciones”, explicó.
Y apuntó que el
bosque que se encuentra rodeando a la Mar Chiquita y a las Salinas
Grandes es crítico. Pero también lo es el poco bosque que queda en
el norte y oeste de la provincia. “Es un tema que no se puede
discutir ni debatir en unos pocos días, al menos desde el punto de
vista científico”, aseguró.
Para Galliano el
Estado debe implementar soluciones de desarrollo económico que sean
alternativas a la ganadería y agricultura industriales. “Una
opción es el turismo rural y alternativo o la observación de aves,
que es un auge en todo el mundo”, dijo.
“No es excusa
el que sean muchas especies las que deben tener en cuenta”, dijo
Torres, quien junto con el biólogo Javier Nori realizaron un estudio
sobre las áreas que deberían conservarse en Córdoba para proteger
estas especies y los animales que están en peligro de extinción.
El debate es
sobre dos millones de hectáreas
Las ONG denuncian
que se habilitaría la ganadería en dos millones de hectáreas de
monte autóctono. Los datos científicos más precisos estiman que
existen unos 3,6 millones de hectáreas con bosque nativo. Para las
entidades rurales, Córdoba debería incluir en su OTBN no más de
dos millones de hectáreas. El mapa actual suma cuatro millones de
hectáreas.
Aves que verán
resentido su hábitat con el desmonte
Estas son algunas
de las especies:
Gallito de collar. Nidifica a muy baja altura en arbustos o directamente en el piso.
Arañero cara negro. Esta especie, de no más de 13 centímetros de tamaño, nidifica a pocos centímetros del suelo.
Inambúes. Mal llamadas perdices, hay seis especies de inambúes en Córdoba que nidifican en el suelo de los bosques y pastizales.
Mosqueta estirada. Es una pequeña ave insectívora migratoria. Solo la encontramos en Córdoba en la época estival.
Fuente:
Lucas Viano, La fauna fue excluida de la discusión sobre la nueva ley de bosque, 20/12/16, La Voz del Interior. Consultado 20/12/16.
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