La alerta de
tsunami en la costa del Pacífico ha sido levantada tras haber sido
anunciada a raíz del seísmo.
por Carlos Salinas y Juan José Dalton
Mientras los
nicaragüenses esperaban expectantes las consecuencias que podría
dejar en este vulnerable país el paso del huracán Otto, que tocó
tierra en el litoral del Caribe al mediodía de este jueves (hora
local), un fuerte sismo, de 7,2 en la escala de Richter, alteró más
los ánimos de esta nación centroamericana. El terremoto se ha
sentido también en los países vecinos, sobre todo, en El Salvador.
Las autoridades nicaragüenses han decretado un estado de emergencia
y estuvieron bajo vigilancia de las costas occidentales por una
alerta de tsunami, que fue retirada un par de horas más tarde por el
Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico.
El fuerte sismo
sacudió el país, cuyo epicentro se registró en las costas sur del
Pacífico, con una profundidad de 10,3 kilómetros. La emergencia
nacional se declaró inmediatamente después de este temblor y fue
leída en cadena nacional por la primera dama y vocera del Gobierno,
Rosario Murillo.
El Gobierno ya
había decretado alerta roja en toda la parte sur del territorio
nicaragüense ante la inminente llegada de Otto, un huracán
categoría 2. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos había
subrayado que es un huracán de "alta peligrosidad", aunque
las autoridades nicaragüenses esperan que se degrade en las próximas
horas.
La furia de Otto
entró al país con vientos de 175 kilómetros por hora, causando
fuertes lluvias en la región del Caribe, la más pobre de un país
empobrecido. Las autoridades informaron de que en las horas previas a
la llegada del huracán habían evacuado a más de 10.000 personas a
centros de albergue seguros, además de prohibir la navegación en
las aguas caribeñas. El ojo del huracán entró a Nicaragua por el
sur de las costas del Caribe y lo abandonó sin dejar grandes daños
ni lluvias extraordinarias, según informa la agencia Efe.
Se espera que
Otto se degrade a tormenta tropical o depresión tropical en lo que
resta de la noche, y salga desde Costa Rica al océano Pacífico en
horas de la madrugada. En este país, las fuertes lluvias y ráfagas
de viento han dejado a miles de personas sin electricidad y han
provocado daños en carreteras y la caída de árboles.
Un largo
historial de desastres naturales
El epicentro del
movimiento telúrico fue en Usulután, El Salvador (a 100 kilómetros
de la capital), a las 12.45 (hora local). El terremoto se sintió en
todo el istmo centroamericano: desde Guatemala hasta Costa Rica. Aún
no hay reportes de daños ni de pérdidas humanas.
Se tienen
registradas al menos cinco réplicas de magnitudes 4 y 5 en la zona
del epicentro, escribió en Twitter la ministra salvadoreña de Medio
Ambiente y Recursos Naturales, Lina Pohl. La ministra pidió a la
población que conserve la calma y que no sature las líneas
telefónicas, a menos que llamar sea totalmente necesario.
El Gobierno
también ha ordenado que se desaloje a los habitantes de la zona
costera a menos de un kilómetro de la playa. "Tenemos alerta de
Tsunami, es posible que se genere una ola de tres metros en las
playas del oriente del país", advirtió Pohl. "La
probabilidad de que esto suceda no es alta, pero puede suceder",
matizó.
La historia de
Nicaragua está teñida por el desastre de fenómenos naturales
brutales, que incluyen terremotos, erupciones volcánicas o tsunamis
como el ocurrido en 1992 tras un fuerte terremoto y que dejó al
menos 116 muertos. Los huracanes forman parte de los desastres más
comunes que afectan al país. En la memoria viva está el golpe del
huracán Juana, que azotó el país en 1988; el Mitch, que en octubre
de 1998 dejó 3.800 muertos, destruyó la infraestructura del país y
afectó a más de dos millones de personas. En 2007 Nicaragua recibió
la embestida del huracán Félix, que causó 159 muertos y más de
600.000 damnificados.
Ya en 1988, tras
la devastación el huracán Juana, la líder feminista Sofía
Montenegro había escrito en el entonces oficialista diario
Barricada: "¡Maldito país! ¡Una vez más en ruinas! ¿Cuántas
veces tendremos que reconstruir lo que ha sido destruido?"
En El Salvador,
en enero y febrero de 2001 se registraron los dos últimos terremotos
que ocasionaron graves pérdidas. Los sismos tuvieron una magnitud de
7,7 y 6,6 de la escala de Richter.
En ambos eventos
murieron más de 1.200 personas y se calcularon pérdidas materiales
por 1.603,8 millones de dólares, equivalentes al 12,1 por ciento del
Producto Interno Bruto (PIB) salvadoreño.
Fuente:
Carlos Salinas, Juan José Dalton, Un fuerte terremoto y el huracán Otto sacuden Centroamérica, 25/11/16, El País. Consultado 25/11/16.
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