El expediente
cambió de manos hasta que un juez puso fin a la suspensión en unas
pocas horas. Hubo cinco derrames desde 2011, que la empresa ocultó y
que ni siquiera está claro por qué ocurrieron.
El juez Pablo
Oritja ya había anunciado que se tomaría vacaciones a partir de
este lunes, justo antes de tener que tomar una decisión. El
expediente recayó en la jueza Silvia Beatriz Rodríguez, quien no
tardó en pedir licencia por enfermedad. Y llegó, finalmente, al
juez Hugo Quiroga, que ayer mismo dejó trascender que iba a poner
fin a la suspensión de la mina Veladero, de Barrick Gold, donde en
los últimos años se produjeron cinco derrames de solución cianurada. Unas pocas horas le bastaron al magistrado para leer todas
sus fojas y los informes de la empresa y la Fiscalía (que dictaminó
a favor de la compañía), interiorizarse en el caso y tomar una
decisión, que se conoció antes del mediodía: el proyecto puede
volver a operar.
Algunos
ambientalistas empezaron a vociferar por lo bajo que el juez Quiroga
le debía su nombramiento al ex gobernador José Luis Gioja, un
acérrimo defensor de Barrick Gold. Pero antes de que se escuchara la
primera crítica en voz alta, Barrick Gold emitió un comunicado en
el que anunció el reinicio de sus operaciones, suspendidas desde el
15 de septiembre.
La empresa
insistió en la nota con su versión del nuevo derrame, que ocultó a
las autoridades provinciales. Ese mismo día, el pasado 8 de
septiembre, había dos inspectores de la Policía Minera en Veladero,
pero no fueron notificados. Recién lo hizo cuatro días después, en
los que la empresa tuvo tiempo de sobra de modificar la "escena
del crimen".
De acuerdo a ese
relato oficial, el accidente ocurrió en el valle de lixiviación
(que es donde se separa la roca del mineral), cuando un trozo de
hielo se rompió y dañó una tubería que transportaba "solución
de proceso". Ese líquido tiene agua con cianuro y decenas de metales pesados altamente tóxicos, cancerígenos y contaminantes.
Según Barrick Gold, la solución "provocó que material saliera
del valle", que supuestamente está impermeabilizado. El
"supuestamente" se debe a que más de un ex empleado de la
minera lo niega.
Ese "material",
según Barrick Gold, estaba compuesto de "mineral triturado y
saturado con la solución de proceso". En otras palabras, era la
roca que había sido rociada con el agua cianurada. Pero hay dos
cosas que no encajan en esta versión. Primero, Barrick Gold nunca
aclaró dónde estaba ese "material". Y segundo, la minera
jamás explicó cómo es que la solución empujó a las rocas, pero
sólo las rocas superaron las paredes del valle de lixiviación y la
solución quedó en su interior. ¿Acaso fue un milagro?
A esas "paredes"
se las denomina "bermas". Desde hace un año, la Policía
Minera venía exigiéndole a Barrick Gold que levantara su altura,
pero la empresa eligió ahorrarse algunos millones, en una decisión
que le costó el cargo al gerente de operaciones, Rick Baker, que ni
siquiera había revalidado su título en Argentina, por lo que no
podía trabajar. La empresa nunca acató las órdenes del gobierno provincial y el accidente terminó con los metales pesados en
contacto con la tierra. Hasta hoy, no se sabe el resultado de los
análisis de esos sedimentos. Sólo se informó en público que no se
contaminaron los cursos de agua.
Frente a esto,
los dichos del ministro de Minería, Alberto Hensel, parecieron una
confesión brutal: prometió "de ahora en adelante, mirar el
correcto cumplimiento de las condiciones de seguridad". Fue
claro: "de ahora en adelante".
Aunque había
trascendido que desde el gobierno de Sergio Uñac se le iban a pedir
una serie de medidas adicionales a Barrick Gold para seguir operando,
en realidad el juez Oritja sólo les exigió que presenten un plan.
No les pidió que lo ejecuten. Una de esas condiciones es que pongan
cámaras de grabación, que las hay, pero no en la zona del
incidente.
Por eso, nadie sabe a ciencia cierta qué ocurrió. Un trabajador de Barrick Gold le
contó a Infobae que luego del incidente la empresa subió maquinaria
pesada al lugar para ocultar todo rastro del derrame. La mina
funciona como un Estado paralelo que hasta ahora el gobierno de San
Juan no ha podido (o querido) controlar.
En efecto, hay
otra explicación del incidente que dos empleados de la minera que no
se conocen entre sí le dieron a Infobae y que coincide con la
probable causa del derrame del año pasado, de millones de litros de
"solución de proceso", que terminaron en el río
Potrerillos. De acuerdo a esa versión, en el valle de lixiviación
estaban trabajando con maquinaria pesada para prepararse para la
época de deshielo, que se espera intensa. Y uno de esos vehículos
fue el que golpeó el caño.
¿Por qué
incomodaría esa versión? El año pasado, el deshielo aumentó el volumen del dique en el que está la solución cianurada. Según su
declaración de impacto ambiental, el líquido no debe superar los
3926 metros sobre el nivel del mar, lo que ocurrió finalmente el 17
de agosto del año pasado. Ese día Barrick Gold declaró el "código
rojo", pero no frenó su producción. Llegó a estar a uso pocos
metros de colapsar. Por eso, la empresa abrió el 6 de septiembre una
compuerta por la que finalmente entre el 12 y 13 de ese mes se
fugaron los metales pesados que llegaron al río. Lo que había, en
pocas palabras, era una sobreproducción. Todo, para ahorrarse unos
millones.
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Fuente:
Juan Parrilla jparrilla@infobae.com - @jpparrilla, Tres jueces en tres días: la Justicia autorizó que la mina de Barrick Gold siga funcionando, 04/10/16, Infobae. Consultado 04/10/16.
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