Danilo Fantini
transita hacia una agricultura que hace de la diversidad natural su
aliada.
por Leonardo
Rossi
Las experiencias
agroecológicas en Colonia Caroya han ganado visibilidad los últimos
años. La práctica de este sistema en el vivero municipal, mediante
algunos ensayos de maíz por ejemplo, y la utilización de esa tierra
por parte de productoras de la colectividad boliviana que venden en
la Feria del Camino Real muestran casos de una agricultura que
transita hacia modelos más sanos. Danilo Fantini es otro puntal de
este ideario que busca abrirse camino en Caroya. Desde sus ocho
hectáreas demuestra que se pueden producir frutas y verduras, criar
animales de granja, por fuera de los cánones dominantes que invitan
a la aplicación masiva de plaguicidas.
Inicio y
transición
Fue por aquellos
turbulentos años de crisis económica (2001/2002), donde se
replicaba la frase ‘la única salida está en el aeropuerto’, que
Danilo hizo un cambio rotundo en su vida. Formado como ingeniero
civil y con la tentación de abandonar todo e irse del país, decidió
repensar su actividad laboral, su vida. Recrearse. Inicialmente tomó
la decisión de “generar una actividad que nos permitiera
quedarnos”. Con ese objetivo, retornó a las raíces del pueblo: la
chacra.
Inicialmente, por
2003, se lanzó a la producción de frutas no tan tradicionales para
la zona. El arándano y el kiwi exigieron gran esfuerzo y poco
rédito. La cosa iba por lo clásico: la uva. Así lo entendió, poco
a poco empezó a aprender los secretos del cultivo. “Fue clave
ingresar a un grupo de ‘Cambio Rural’ del INTA (Instituto
Nacional de Tecnología Agropecuaria) porque nos permitía aprender
de otras experiencias, compararnos e ir mejorando”, recuerda. Por
esa época, Danilo siquiera había escuchado hablar de agroecología.
“Usaba todos los paquetes tradicionales con químicos de síntesis”.
En 2010, gracias
a la agrónoma Daniela Mansilla, Danilo y otros productores
conocieron técnicos de Mendoza que hablaban de “manejo
agroecológico de frutales, de hacer policultivos, de potenciar la
fauna benéfica, y de controlar malezas de forma natural”. Una
revolución en la chacra. El productor ya observaba que “el uso de
agroquímicos que hacíamos para que nos sirviera en nuestra
producción, era el mismo que hacían en otros cultivos como la soja
y nos volvía víctimas” a causa de la deriva que afectaba las
vides.
Danilo estudió,
ensayó, y poco a poco transitó el camino agroecológico. “Un día
pude dejar de usar el glifosato para sacar yuyos”, apunta. No
obstante aclara que la transición no es un camino simple, más bien
“es lento, se avanza, se retrocede”.
Y no es poco lo
que ha avanzado. Actualmente, la chacra presenta una rica diversidad
de producciones. Manzanas, duraznos, ciruelas, tunas, damascos, uvas,
huevos, y carnes de pollo y cordero surgen de estas ocho hectáreas.
La reciente incorporación de los ovinos al terreno fue justamente
como parte de la complementariedad natural que propone la
agroecología. “Me controlan las malezas y me aportan fertilidad al
suelo”, explica.
Un camino de ida
La producción en
terreno que realiza Danilo deriva en vinos caseros, dulces, y frutas
frescas que son comercializadas de forma directa en la Feria del
Camino Real y en la Feria Agroecológica de Córdoba. La agroecología
justamente propone evitar el recorrido de grandes distancias del
alimento, reduciendo el uso de combustibles y alentando los productos
de estación. Aquí una de las tantas diferencias con los productos
orgánicos, que se certifican, tienen un alto precio de mercado, y
forman parte del comercio global.
“A la hora de
vender no tengo que andar dando rodeos, porque estoy muy tranquilo de
lo que ofrezco, que es sano, que es lo que consume mi familia”,
comparte pleno. Hoy en día Danilo se apresta alcanzar un grado total
de no aplicación de plaguicidas sintéticos. “Hace tiempo que ya
lo logramos en los frutales y este año haremos lo propio en la vid”.
Para este productor “ya no hay vuelta atrás, este modelo cierra
por todos lados”.
“La
agroecología me permitió darle coherencia productiva a mi
pensamiento, de que es necesario acceder a alimentos sanos”, remata
sin duda alguna.
Fuente:
Leonardo Rossi, Danilo Fantini: “La agroecología nos permite ofrecer alimentos sanos”, 16/10/16, Semanario primer Día. Consultado 19/10/16.
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