por Enrique
Garabetyan
Un
grupo de ONGs pidió ayer en una conferencia de prensa que el
gobierno de Mauricio Macri detenga el proyecto de las represas
Kirchner y Cepernic planeadas por la administración anterior para
ser construidas en el cauce del río Santa Cruz, por un consorcio de
empresas chinas. Directivos de Fundación Vida Silvestre, FARN, Aves
Argentinas y otras organizaciones especializadas en energía y medio
ambiente argumentaron que “estas obras son un mal negocio
ambiental, social y también económico”.
Vale
recordar que, hace apenas tres semanas, Diego Guelar, el embajador
argentino en China, le confirmó a Perfil que “las represas
hidroeléctricas de Santa Cruz comenzarán a construirse antes de fin
de año”.
Según
Pedro Friederich, presidente de la ONG Banco de Bosques, “en
materia ambiental vemos un desacople interno en el Gobierno”. Y
Andrés Napoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y
Recursos Naturales, coincidió en que “las autoridades muestran
contradicciones en su política ambiental. Por un lado promueven las
energías alternativas y un Ministerio de Medio Ambiente. Pero
también afirman que llevarán adelante las represas cuyo proyecto se
renovó y que no tienen un estudio actualizado de impacto ambiental”.
Esta
situación irregular, según los expertos, podría llevar a que la
red de ONGs judicialice su reclamo e impulse acciones legales para
que las obras no se inicien sin antes realizar el nuevo estudio de
impacto.
Entre
las razones ambientales para pedir la revisión Rodrigo Fariña, de
la ONG Aves Argentinas, detalló que “la desembocadura del río
Santa Cruz es un sitio clave para la supervivencia del amenazado macá
tobiano, un ave endémica de nuestro país. Casi la totalidad de los
individuos que quedan (apenas 400 parejas reproductivas) pasan el
invierno en ese sitio”.
Según
los expertos, esta obra tampoco tiene una lógica “energética”.
“En el mundo las grandes represas no se consideran un recurso
renovable. Con la misma inversión se podría obtener un aumento del
74 % de energías sustentables como solar, eólica o biomasa”,
detalló Manuel Jaramillo, director de Conservación y Desarrollo
Sustentable de Fundación Vida Silvestre, y agregó que “las
represas tampoco son un buen negocio si se analiza su perfil
económico. “Hoy sólo el 43 % de la energía que generarían podría
aprovecharse con las redes de alta tensión que existen. Para llegar
al cien por ciento de la futura energía generada se debería
construir una nueva red que tendría un costo superior a los US$ 2
mil millones”.
Fuente:
Enrique Garabetyan, Santa Cruz: piden frenar las represas por daño ambiental, 24/09/16, Perfil. Consultado 26/09/16.
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