Las
sucesivas crecidas desnudaron el enterramiento de residuos de esta
ciudad. El municipio espera fondos y obras del Gobierno nacional para
solucionar el problema.
Jesús
María. Cuando se emplazó el predio para la disposición final de
los residuos de Jesús María (ciudad ubicada 48 kilómetros al
noreste de la Capital cordobesa) hace más de 20 años, nunca se
pensó que el río iría socavando las márgenes hasta meterse en el
terreno y quedar a metros del sitio de disposición.
La
situación empeoró durante el verano de 2010, cuando una crecida
arrancó un pedazo del basural y arrastró residuos cuenca abajo.
La
historia se repitió en 2013, pero fueron las más alevosas crecidas
de 2015 las que encendieron las luces de alarma por riesgos de
contaminación.
Hoy,
a lo largo de unos 700 metros del frente norte del basural, los
residuos están al descubierto y forman parte de las nuevas márgenes
del río Jesús María.
Como
problema anexo, se suma que las aguas del tratamiento de líquidos
cloacales ya no caen en márgenes firmes y van bordeando y tocando
los residuos que están a la vista. Así, el agua servida que estaba
descontaminada podría contaminarse de nuevo.
Con
la inminente temporada estival, la preocupación sigue siendo que una
crecida importante vuelva a meterse al basural y arrastre aguas abajo
todos los residuos que están al descubierto.
Los
propietarios de la primera estancia que colinda con el predio
manifestaron su preocupación. Ya fueron contaminados en el pasado
con basura que se desplazó hasta extensiones de sus campos de
siembra.
“Sobre
esta situación venimos haciendo denuncias desde hace casi una década
en Ambiente, Recursos Hídricos y en la Defensoría del Pueblo de la
Nación”, señaló Eduardo Márquez, uno de los propietarios de la
estancia San Javier.
Para
el estanciero, la solución no es la vía judicial: “Nunca lo
llevamos al terreno judicial porque nos interesa que el problema se
resuelva, antes que polemizar”.
“La
basura -advirtió Márquez- está en el lecho del río. Una
pequeña crecida la desplazará aguas abajo. Llevamos muchos meses
desde las inundaciones y no vemos que se haya hecho nada para
resolver ese problema”.
Recursos
Según
la secretaria de Desarrollo Urbano municipal, Mariana Kinen, la
construcción de gaviones para protección de las costas del basural
se incluiría dentro del presupuesto 2017.
Hasta
ahora, todos los esfuerzos se concentraron en las protecciones sobre
los tramos urbanos destruidos por la última gran crecida, donde
corría riesgo la población.
A
mediados de julio pasado, el municipio firmó con el Gobierno de la
Nación un convenio marco para el ingreso en el “programa de
ciudades sustentables”.
Según
el cálculo local, resolver los problemas ambientales en materia de
residuos y cloacas demandarían unos 90 millones de pesos, que
escapan al presupuesto municipal.
Hugo
Cagliero, secretario de Servicios Públicos y Ambiente, reconoció el
déficit sobre el basural: “Es un foco muy puntual en el frente
norte, porque todo el resto se fue saneando”.
“Cuando
hagamos el engavionado vamos a dejar una línea sana, sin residuos y
forestada, antes de llegar adonde está la fosa de enterramiento”,
agregó el funcionario provincial.
Pero
para ver eso, primero deberán verse los desembolsos de la Nación.
Fuente:
El río Jesús María, afectado por el basural, 12/09/16, La Voz del Interior. Consultado 13/09/16.
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