En Carlos Paz, el
municipio quiere quedarse con la prestación de agua de la
cooperativa local y dispara un conflicto, que no es único. En media
provincia, los servicios básicos están en manos de cooperativas y
se repiten historias de tensiones con intendentes por recursos y
poder.
No podría
explicarse la prestación de servicios públicos en Córdoba sin la
fuerte presencia de las cooperativas. En 205 de las 427 localidades
cordobeses, la energía eléctrica llega por esas entidades, creadas
por sus propios vecinos.
Porque las
empresas provinciales no acercaban sus redes o a las privadas no les
interesaban esos mercados, según los casos, muchas comunidades
fueron creando cooperativas para darse servicios a sí mismas.
Energía, agua y cloacas fueron la razón de muchos de sus orígenes,
pero luego fueron sumando las más diversas actividades: desde
servicios de salud y fúnebres hasta internet y televisión por
cable, pasando por constructoras de obra pública, fábricas de
hormigón o de postes, venta de gas, cementerios, salas de eventos y
varios etcéteras.
Esa fuerte
presencia en ciudades y pueblos les fue dando influencia económica y
política. Las cooperativas de servicios ejercen desde hace décadas
un poder gravitante en sus comunidades. Y en no pocas ocasiones ese
poder entra en disputa o competencia con el de los gobiernos
municipales.
Desde lo
económico, en muchos casos la facturación de las cooperativas
emparda y hasta supera a los presupuestos de sus municipalidades.
Sólo dos
ejemplos, entre muchos posibles, con las dos cooperativas de
servicios más grandes del interior cordobés. La de Río Tercero,
con 50 mil habitantes, facturó 222 millones de pesos en el último
año, mientras el municipio (el séptimo en población en Córdoba)
redondeó un presupuesto anual de 296 millones. Mientras, la Cemdo -con sede en Villa Dolores y prestaciones en 13 pueblos de
Traslasierra- facturó más de 190 millones en el último
ejercicio, frente a un municipio que manejó 175 millones en un año.
Casos para el
repaso
En las últimas
semanas, un conflicto entró fuertemente en escena. En Villa Carlos
Paz, el Gobierno local anunció su intención de municipalizar el
servicio de agua potable, que tiene como concesionaria a la
Cooperativa Integral.
El movimiento
cooperativo provincial, a través de sus dos federaciones (Face y
Fecescor), ha salido a movilizarse en defensa de su asociada
carlospacense.
Pero los casos de
tensión entre cooperativas y municipios suman antecedentes, en
diferentes localidades y épocas.
Un ligero y
parcial repaso permite recordar, por ejemplo, que en 2010 en Alta
Gracia el entonces intendente creó un ente municipal de servicios
públicos que avanzaba sobre la cooperativa de aguas y obras Cosag.
La polémica se cerró cuando el gobierno municipal siguiente dejó
sin efecto la norma.
En Almafuerte,
hace un año, el municipio estuvo a un paso de quedarse con la
prestación de agua potable, ante un conflicto planteado con la
cooperativa por la renovación del contrato de agua. Una década
antes, otra disputa por un crédito tomado para hacer cloacas endeudó
a la ciudad y sin que las redes se ejecutaran.
En Las Varillas,
municipio y cooperativa eléctrica tienen demandas judiciales
cruzadas, aún abiertas, por desacuerdos en torno a los montos
cobrados para alumbrado público.
En Río Tercero,
20 años atrás un gobierno local lanzó la idea de crear una empresa
mixta, para que el municipio pasara a ser socio de la cooperativa, en
todos sus servicios. También hubo disputas legales por la propiedad
de las redes y de las instalaciones de agua y cloacas. Cada
renovación de concesiones y fijación de tarifas supone una ardua
negociación.
Villa de Soto
vio, en varias épocas, duros enfrentamientos entre las conducciones
del municipio y la cooperativa, condimentadas por una evidente
politización.
Cerca, en Cruz
del Eje, fue crítica la relación años atrás por los reclamos del
municipio respecto del servicio de agua.
Al sur, en
Reducción, este año hubo duras discusiones públicas entre el
Gobierno municipal y la conducción de la cooperativa, a cargo de un
exintendente.
En Sierras
Chicas, los mayores conflictos se registran en Río Ceballos y Agua
de Oro. En una, la tensión se sostiene por la discusión de sus
tarifas de agua y telefonía celular. Y en la otra, llevan años las
disputas políticas entre las conducciones de ambas partes, con
acusaciones cruzadas.
Muchas no
La lista de
situaciones de tensión es más extensa.
Sin embargo,
también es real que en muchas localidades la convivencia se da en un
marco de mayor armonía y sin evidenciar competencias. Los conflictos
se dan en ciertos plazos y contextos, y en general parecen depender
de la relación y de la actitud de las conducciones que comparten el
mismo tiempo en ambas partes.
Deán Funes y
Quilino
Denuncias. Las
cooperativas de Deán Funes y de Quilino llevan años de conflictos
internos agudos y denuncias de intromisión de partidos y gobiernos
municipales. Incluso, hay causas judiciales que complican sus
prestaciones. Una por presunta “administración fraudulenta” fue
elevada a juicio contra exdirectivos de la Cooperativa de Deán
Funes. Otra similar tiene imputados a seis exintegrantes de la
conducción de la cooperativa de Quilino, algunos hoy funcionarios de
ese municipio.
Fuerte presencia
Córdoba es una
de las provincias con mayor tradición en el rubro.
205 de los 427
municipios y comunas de Córdoba tienen servicios eléctricos
prestados por cooperativas.
50 localidades
más, con energía prestada por Epec, tienen otros servicios básicos
(agua, cloacas y más) a cargo de cooperativas.
5 Las de más
usuarios son las de Río Tercero, Jesús María-Caroya, Villa
Dolores, Carlos Paz y Deheza.
El conflicto en
Carlos Paz: ¿rumbo a un referéndum?
En Villa Carlos
Paz, el Gobierno local anunció hace 15 días su intención de
municipalizar el servicio de agua potable, que tiene como
concesionaria a la Cooperativa Integral (Coopi) desde hace 53 años.
El anuncio genera un intenso debate en la tercera ciudad más grande
del interior.
En Villa Carlos
Paz, el Gobierno local anunció hace 15 días su intención de
municipalizar el servicio de agua potable, que tiene como
concesionaria a la Cooperativa Integral (Coopi) desde hace 53 años.
El anuncio genera un intenso debate en la tercera ciudad más grande
del interior.
El intendente
Esteban Avilés, sin los votos necesarios para lograr la
municipalización en el Concejo, promueve un referéndum para que
sean los vecinos los que decidan. La Coopi presta además los
servicios de cloacas y de gas, aunque es el de agua el central que la
sostiene.
En Carlos Paz, la
historia de desencuentros lleva al menos dos décadas, aunque fue con
la actual gestión municipal cuando más se agudizó. Al anuncio del
intendente le siguió una fuerte campaña de oposición al proyecto,
motorizada desde la cooperativa.
La Coopi viene
reclamando desde hace ocho años la renovación del contrato de
concesión, ya vencido, y que el municipio le autorice los ajustes
tarifarios que demanda para sostener sus prestaciones. Como el
municipio no avaló esos aumentos, decidió aplicar a los usuarios un
“plus” en las boletas de agua, en concepto de cuota de
capitalización, que el Gobierno municipal rechaza.
El intendente
promete ahora hasta rebajar la tarifa de agua. La Coopi sostiene que
es imposible, si no media un subsidio del propio municipio, y que es
sólo una estrategia política para quedarse con la prestación y
sumar poder y recursos a sus arcas.
Desde el
municipio se apunta, en cambio, a la politización de la conducción
de la cooperativa y a defender el criterio de que la entidad “es
concesionaria y no dueña” de los servicios.
Dos realidades
diferentes, entre las más grandes
En Villa Dolores,
la cooperativa Cemdo ya es regional: suma 22 mil asociados en 13
localidades, con múltiples prestaciones.
En Villa Dolores,
la cooperativa Cemdo ya es regional: suma 22 mil asociados en 13
localidades, con múltiples prestaciones. Hasta hace unos 20 años,
su funcionamiento se mantuvo independiente de la política
partidaria. Pero luego pasó a ser parte de las discusión cotidiana
sobre el poder político. Desde 2007 operó una suerte de alianza
entre dos grupos partidarios (uno kirchnerista, otro delasotista) que
compartían la conducción, en estrecha relación con el gobierno
municipal. Tanto, que el hombre fuerte en la cooperativa entre 2007 y
2015 fue el hijo del en esos años intendente Juan Pereyra.
Actualmente, parece diluirse esa situación, aun tibiamente.
En ese caso no
hubo conflictos de poder, sino más bien, un único poder ejercido en
ambas partes.
Igualmente
poderosa, entre las más grandes de Córdoba, aparece la cooperativa
de servicios que comparten Jesús Maria y Colonia Caroya. Quizá por
estar conformada por consejeros y delegados de ambas ciudades, rara
vez se ha visto involucrada en disputas políticas con los municipios
en los que brinda servicios.
Del seno de la
propia cooperativa tampoco surgieron líderes políticos locales,
pese a que maneja un elevado presupuesto, con alta influencia social
y económica.
Formación y
trampolín
Precisamente, en
muchas localidades se asume a la actividad en cooperativas como
formadora de dirigentes sociales políticos. Desde una perspectiva,
esa situación es vista como una instancia de participación y
capacitación en la conducción de asuntos públicos. Otros advierten
que no se confunda esa posibilidad con la idea de usar a las
instituciones como “trampolín” para hacer política partidaria.
En debate
Desde el
movimiento cooperativo se insiste en que no hay indicador alguno que
demuestre que un servicio puede ser mejor prestado o a menor costo si
pasa de sus manos a un municipio, y menos aún si se compara con
prestaciones a cargo de empresas privadas. Para otros, en todo caso,
es un desafío por demostrar en la práctica y que depende de cada
caso.
Fuentes:
La gran disputa de poder en el interior, 18/08/16, La Voz del Interior. Consultado 18/08/16.
El conflicto en Carlos Paz: ¿rumbo a un referéndum?, 18/08/16, La Voz del Interior. Consultado 18/08/16.
Dos realidades diferentes, entre las más grandes, 18/08/16, La Voz del Interior. Consultado 18/08/16.
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