La organización ecologista Greenpeace insiste en que el transporte de este tipo de armas acarrea “amenazas reales, que causan incluso más dolor que otras guerras que se están produciendo en el mundo”.
Un submarino de
propulsión nuclear británico se encuentra en el puerto de Gibraltar
tras chocar contra un buque mercante en aguas cercanas al Peñón,
aunque la embarcación sólo sufrió daños externos, informó el
Ministerio de Defensa del Reino Unido.
La Royal Navy
(Marina británica) ha empezado una investigación sobre el
incidente, ocurrido el miércoles por la tarde cuando el submarino
“HMS Ambush” sufrió una “colisión” mientras estaba
sumergido cerca de Gibraltar, cuya soberanía reclama España.
El reactor
nuclear del submarino no sufrió daños y ningún miembro de la
tripulación resultó herido, señaló la fuente, y añadió que el
accidente ocurrió ayer a las 13.30 hora local (11.30 GMT).
El ministerio
precisó que el submarino se encontraba en la zona para unos
ejercicios de entrenamiento y “sufrió algún daño externo pero
ningún miembro de la embarcación resultó herido en el incidente,
aunque se ha iniciado una inmediata investigación”, precisó el
comunicado divulgado por Defensa.
El submarino, en
poder de la Royal Navy desde 2013, “entró” en Gibraltar para ser
sometido a una inspección y “no hay preocupaciones asociadas”
con el choque, resaltó la nota.
España pide
explicaciones
El Gobierno ha
pedido aclaraciones al Reino Unido por la situación en que se
encuentra el submarino tras el accidente.
Fuentes del
Ministerio de Exteriores han confirmado a Efe que las autoridades
españolas tenían conocimiento de la presencia del submarino y que,
de acuerdo con informaciones británicas, el accidente “no reviste
gravedad”.
No obstante, el
Ejecutivo ha solicitado las aclaraciones oportunas sobre lo ocurrido
a las autoridades del Reino Unido.
Abandono de las
armas nucleares
La organización
ecologista Greenpeace ha reclamado el abandono de la industria
armamentística nuclear para evitar accidentes como el que en la
tarde de ayer implicó a un submarino nuclear británico y un buque
mercante en aguas cercanas al Peñón de Gibraltar.
Según Raquel
Montón, responsable de la campaña antinuclear de la organización,
“no podemos garantizar la ausencia de accidentes en el mundo, pero
tampoco nos lleva a nada estar armado hasta los dientes”.
“Estamos en
una lucha fratricida que no tiene sentido estratégico ni militar ni
económico”, ha señalado la experta de Greenpeace, para quien el
futuro de la industria nuclear “no está en las armas ni en la
energía eléctrica”, sino en su uso en campos como el de la salud.
Una zona de alto
riesgo
Raquel Montón ha
explicado que la situación en Gibraltar, como en otras zonas de
elevado tráfico marítimo, es complicada y está llena de riesgos, y
“cuando le ponemos el apellido nuclear, el peligro es con
mayúsculas”.
Y “no se trata
de un perjuicio para España o Gibraltar, sino para todos, para la
fauna, para la flora, para la biodiversidad en general”, ha añadido
la experta, quien ha alertado de que “pese a que las consecuencias
son tan a largo plazo que no sea posible medir y analizar de manera
inmediata”, no se puede negar una afección.
Amenaza real
El transporte de
este tipo de armas puede acarrear “amenazas reales, que causan
incluso más dolor que otras guerras que se están produciendo en el
mundo”, ha insistido la activista de Greenpeace, y “con nombrar
el cambio climático ya lo digo todo”.
No obstante, ha
reconocido que la situación en el mar “es complicada, y si se
trata de un lugar fronterizo más aún, y si el tema tiene que ver
con lo nuclear la complicación se multiplica por cuatro”.
“El tratado de
no proliferación nuclear se firmó hace mucho tiempo y no logramos
implementarlo”, se ha lamentado; “crucemos los dedos para que el
accidente de ayer haya sido de verdad chapa y pintura”.
La entrada en
Gibraltar del “Ambush” revive la sombra del “Tireless”
La entrada en el
puerto de Gibraltar del submarino británico de propulsión nuclear
""HMS Ambush", tras sufrir una colisión, ha hecho
revivir la crisis del "Tireless", que sufrió una avería
en el año 2000 que le obligó a permanecer en un muelle gibraltareño
durante un año.
Según el
Ministerio de Defensa del Reino Unido, el submarino chocó con un
buque mercante en aguas próximas al Peñón pero sólo ha sufrido
daños externos, y el reactor nuclear no ha registrado daños, ni
tampoco ningún miembro de la tripulación, aunque la Marina
británica ha abierto una investigación para aclarar lo ocurrido.
El suceso se ha
registrado quince años después de que el submarino nuclear
“Trireless” abandonara el puerto de Gibraltar, donde permaneció
durante un año, mientras se reparó la avería que sufrió en el
circuito de refrigeración del reactor cuando navegada por el
Mediterráneo.
La avería se
detectó el 12 de mayo del año 2000 y siete días después atracó
en uno de los muelles de la colonia británica, y comenzó así un
año de tensiones entre las autoridades españolas y británicas, de
contestación social por la reparación del submarino, de
manifestaciones y protestas y de confrontación política.
La contestación
contra esa parada acabó en el surgimiento de una plataforma social
en la que estuvieron presentes organizaciones políticas, sindicales
y numerosos colectivos sociales del Campo de Gibraltar y en la
celebración de varias manifestaciones multitudinarias contra la
permanencia del submarino.
Entre las
actitudes más beligerantes y contrarias a la reparación del buque
en Gibraltar destacó la de la Junta de Andalucía, que llegó a
interponer una denuncia ante el peligro que para la población y para
la zona podía suponer esa reparación en la colonia.
El Consejo de
Seguridad Nuclear dijo al principio que los niveles de radiación
dentro y fuera del sumergible se mantenían “normales” y que no
representaban riesgo radiológico para la población de la zona, pero
también que la grieta localizada era mayor de lo que se esperaba.
Los gobiernos de
España y el Reino Unido, presididos por José María Aznar y Tony
Blair, concluyeron que la reparación del aparato en suelo
gibraltareño no conllevaba riesgos para la población, y el primer
ministro británico abrió incluso la posibilidad de que técnicos
españoles accedieran al submarino.
Y varios técnicos
del Consejo de Seguridad Nuclear accedieron al interior del Tireless,
pero no pudieron inspeccionar el reactor nuclear ni el panel de
control debido a restricciones militares impuestas, ni asistir
después a la puesta en marcha del reactor nuclear.
El 1 de mayo de
2001 arrancó ese reactor y seis días después zarpó el Tireless, y
el Reino Unido garantizó a España que no volvería a reparar otro
submarino nuclear en la base gibraltareña.
Fuentes:
Un submarino nuclear británico choca con un buque mercante en Gibraltar, 21/07/16, EFEverde. Consultado 21/07/16.
La entrada en Gibraltar del “Ambush” revive la sombra del “Tireless”, 21/07/16, EFEverde. Consultado 21/07/16.
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