Casona. El casco de la estancia Pinas, un mítico lugar en el oeste provincial que forma parte de la historia política y económica de la provincia de Córdoba. Foto: La Voz |
Es Pinas, una propiedad de más de 100 mil hectáreas que perteneció al político Lisandro de la Torre y al millonario Manubens Calvet. El exlegislador radical Alberto Bustos Senesi propuso la idea y desde la Administración de Parques Nacionales dijeron estar “superinteresados”.
por Sergio Carreras
Una vieja
estancia cordobesa tan histórica como deshabitada podría
convertirse en una reserva o parque nacional si tienen éxito las
gestiones ante las autoridades de la Administración de Parques
Nacionales.
Se trata de la
estancia Pinas, gigantesca propiedad de 105.385 hectáreas, que ocupa
una gran parte de la superficie de los departamentos Minas y Pocho,
en el oeste de la provincia de Córdoba.
Dueños famosos
La estancia, que
se extiende hacia los llanos riojanos, fue propiedad del líder
demócrata progresista santafesino Lisandro de la Torre y luego pasó
a manos del hacendado cordobés Juan Feliciano Manubens Calvet.
Desde la muerte
del millonario en 1981, la estancia se encuentra entre los bienes de
una sucesión que la Justicia de Córdoba no termina de resolver y
que es motivo de enormes polémicas y disputas entre numerosos
candidatos a herederos.
Ese enredo
judicial y la explotación poco intensiva han terminado siendo
beneficiosos para la extensión que abarca Pinas, donde recientemente
acaba de ser descubierta una especie animal, el pecarí chaqueño (catagonus wagneri), que jamás había sido detectado en Córdoba.
El biólogo
Ricardo Torres, docente de Diversidad Animal en la Universidad
Nacional de Córdoba, destacó que este mamífero se encuentra en
riesgo de extinción según la Lista Roja de la Unión Internacional
para la Conservación de la Naturaleza, y siempre se lo había visto
en la zona norte de Santiago del Estero.
Se cree que en su
enorme extensión, que representa casi el doble que todo el
departamento cordobés de la Capital y el triple que la del Parque
Nacional Quebrada El Condorito, la estancia Pinas ha permitido el
mantenimiento y desarrollo de numerosas especies de fauna y flora.
Su geografía es
parte de la ecorregión del Chacho Seco e integra las áreas
consideradas de conservación prioritaria por el Proyecto de
Evaluación Ecorregional del Gran Chaco Americano, que llevan
adelante las fundaciones The Nature Conservancy (Estados Unidos),
Vida Silvestre (Argentina) y Wildlife Conservation Society (Bolivia).
El Gran Chaco
Americano es considerado la ecorregión boscosa más grande del
continente luego del Amazonas, y la más grande de América del Sur
en lo referido a bosques secos.
Interés nacional
Un exlegislador
radical por el departamento Pocho, Alberto Bustos Senesi, lleva años
interesando en el tema a dirigentes políticos de diferentes
partidos: “Hablé con Néstor Kirchner, con José Manuel de la
Sota, con el gobernador Juan Schiaretti, a todos les pareció una
excelente idea, falta que empecemos a ponerla en práctica”.
Bustos Senesi
resalta que la estancia Pinas está ubicada sobre los departamentos
más pobres de Córdoba, con muy bajos índices de desarrollo y que
llevan décadas expulsando habitantes. “Un parque nacional en el
Chaco Seco es muy necesario para proteger la diversidad natural
argentina y también sería un elemento para el desarrollo de la
región”.
Desde la
Administración de Parques Nacionales dijeron a este diario que ven
como “superinteresante” el proyecto de convertir en reserva o
parque la estancia y se manifestaron “totalmente abiertos a
comenzar a trabajar con esta propuesta, porque se trata de un tipo de
ecosistema que no está muy representado en el actual esquema de
parques nacionales argentinos”.
Señalaron que el
proyecto aún no ha sido iniciado formalmente y solicitaron la
participación de las autoridades cordobesas del área para empezar a
delinear el emprendimiento. No fue posible conseguir la opinión de
alguna autoridad del Ministerio de Agua y Ambiente provincial.
La exsenadora
nacional por Córdoba Norma Morandini, quien participó en la
creación de las reservas naturales Bamba (18 mil hectáreas en la
zona de La Calera) y Ascochinga (3.500 hectáreas), señaló que la
iniciativa de la estancia Pinas se acomoda perfectamente a la
intención expresada por el nuevo ministro de Ambiente y Desarrollo
Sustentable, Sergio Bergman, tendiente a la apertura de nuevos
parques nacionales en diversos puntos del país.
“Una decisión
política”
“El campo está
bajo administración judicial desde hace 35 años. Es cuestión de
que el Estado, provincial o nacional, tome la decisión de ir para
adelante”, dice Bustos Senesi.
Cómo nace un
parque nacional
La Administración
de Parques Nacionales explicó que, para que surja un nuevo parque,
debe haber un mecanismo de doble validación parlamentaria.
Este sistema
articula el trabajo de las legislaturas provinciales con el Congreso
de la Nación, y se da participación a las comunidades locales que
existen en las cercanías. del parque.
En el caso de la
estancia Pinas, la Unicameral de Córdoba debería sancionar una ley
que ceda la jurisdicción ambiental al Estado nacional, que la
aceptaría a través de una ley del Congreso de la Nación.
En ese proceso
intervienen, por supuesto, especialistas, representantes de
organizaciones no gubernamentales, ambientalistas, etcétera, que
ofrecen sus puntos de vista sobre la iniciativa.
En paralelo al
trabajo legislativo, se deben realizar una serie de estudios
científicos y relevamiento en el lugar que ayuden a diseñar el plan
de manejo que se pondrá en marcha una vez creado el nuevo parque. El
paso siguiente es determinar una estrategia integral de
administración y asignar recursos específicos del presupuesto
nacional para asignar personal técnico y planificar obras de
infraestructura.
Argentina tiene
muy pocos parques nacionales en la región del Chaco Seco.
Documentos para descargar
Gráfico Ubicación (75.19 KB)
Un gran
latifundio, escenario de curas, próceres y bandidos
El proyectado
parque se uniría con la reserva Chancaní y revalorizaría el
histórico camino de Los Túneles.
Las 105 mil
hectáreas de la estancia Pinas se extienden al oeste de la Sierra de
Guasapampa, en el seco oeste cordobés, frente a la cual se encuentra
el casco principal.
Muchas veces se
ha afirmado que se trata del mayor latifundio argentino que no está
atravesado por camino alguno.
Buena parte de la historia de la estancia está contada en el libro sobre Lisandro de la Torre llamado El solitario de Pinas , escrito por Raúl Larra (2000).
En el libro se
menciona que la zona fue escenario de montoneras y bandidos hasta que
se hizo cargo del campo el sacerdote Juan Felipe Singuney. Este
religioso construyó un oratorio en 1838, que luego de su muerte fue
abandonado y del que hoy quedan las ruinas.
Lisandro de la
Torre, quien décadas después sería el prócer del Partido
Demócrata Progresista a partir de su desempeño como senador
nacional, compró la estancia en 1908 con un crédito a largo plazo
del Banco Español.
Pagó 970 mil
pesos, a 12 pesos por hectárea, un precio mayor al del resto de los
campos de la zona. Recién en 1917 se hizo cargo personalmente del
lugar, al que siempre añoraba volver, lo que no siempre le permitía
su agitada vida política.
De la Torre
siempre estuvo ilusionado con sembrar y producir ganado en la
estancia, pero nunca pudo ganarle la pelea a la sequía, pese a sus
muchos intentos por hacer funcionar el campo. Llegó a tener 12 mil
cabezas de ganado, pero siempre le faltaron aguadas y no tuvo éxito
con los pozos que abrió buscando agua.
Por eso terminó
abriendo un obraje que casi hizo desaparecer los quebrachos colorados
de la zona, enviándolos hacia Buenos Aires a través de una
extensión de vía férrea que consiguió hacer pasar por el centro
de la estancia. Esto le ganó el mote de “el Leñador de Pinas”.
Luego del
suicidio de De la Torre en su departamento porteño en 1939, el campo
fue comprado al año siguiente, en un remate, por Juan Feliciano
Manubens Calvet, quien además de hacendado también fue político.
Dos veces se
desempeñó como intendente de la ciudad de Villa Dolores y fue
diputado provincial. Anexó campos cercanos y sumó la estancia a su
importante emporio agropecuario.
En ese campo,
Manubens Calvet vivió primero con Margarita Woodhouse, su pareja por
más de 40 años, y cuando esta se mudó a Villa Dolores por motivos
de salud, mantuvo una relación paralela con Luisa Vera, mujer con la
que terminaron imputados por reducción a la servidumbre de los
peones que trabajaban en la estancia.
En la actualidad,
un sector de Pinas está dedicado a la actividad agropecuaria, y su
administración, aunque en los papeles figura bajo la responsabilidad
de la Justicia de Córdoba, en los hechos se mantiene a cargo de
algunos sobrinos nietos de Manubens Calvet, encabezados por el
abogado Reginaldo Manubens Calvet.
Fuentes:
Sergio Carreras, Un parque nacional en una histórica estancia de Córdoba, 18/07/16, La Voz del Interior.
Un gran latifundio, escenario de curas, próceres y bandidos, 18/07/16, La Voz del Interior.
No hay comentarios:
Publicar un comentario