El periodista e
historiador ecológico, Antonio Elio Brailovsky, sostiene que la
"Pampa Húmeda fue una obra social. No lo hizo un estanciero, no
lo hizo un gaucho, lo hizo la sociedad"; que el descuido por el
medio ambiente aparece en el último tercio del siglo XIX con las
pestes; y que la contaminación como la conocemos hoy se instala en
el país con el "comercio internacional y cuando se levantan los
frigoríficos" en la primeras décadas del Siglo XX.
"Creo que
hay que analizar por etapas el manejo ecológico de la Argentina al
cumplir 200 años de la Independencia. Cada etapa tiene una
particular relación con la naturaleza y la sociedad", dijo a
propósito del aniversario y de los momentos del desarrollo
socioeconómico y político.
Después de la
desaparición de los saladeros, a los que se acusó de causar las
epidemias de cólera (1868) y fiebre amarilla (1871), alrededor de la
primera década del Siglo XX se instalaron los frigoríficos por la
entrada al comercio internacional de carnes y granos. "Ahí
llega la contaminación. No solo contamina el Riachuelo, sino que
también se puebla Avellaneda (en la provincia de Buenos Aires). El
problema allí -señaló Brailovsky- es que el ciento por ciento de
las tierras del partido son inundables".
"Se lo
puebla por una razón económica: hay que mandar allí a los
operarios para que trabajen en la exportación; se transforma en el
patio trasero. Todo lo que hace plata y sucio va allí",
resumió.
El coautor junto
con Dina Foguelman del libro 'Memoria verde' incluye entre los
factores responsables de la contaminación la llegada de los vapores
al puerto de Buenos Aires y a la instalación del tren, cuyo diseño
tiene como vértice la ciudad capital de la Argentina.
Entre la época
de los saladeros del segundo tercio del siglo XIX, cuyos principales
productores fueron Juan Manuel de Rosas sobre el arroyo Maldonado y
Justo José de Urquiza en el arroyo la China, en Entre Ríos, y los
frigoríficos en Avellaneda hubo un tiempo en que en las costas del
Riachuelo se levantaron casas quinta, se organizaron clubes de
remeros y "floreciera un paisaje bellísimo", según el
ambientalista.
"Esto fue
hasta que entramos en el comercio internacional y se levantaron los
frigoríficos", precisó.
Para Brailovsky,
"hemos tenido una industrialización modelo capitalismo salvaje.
Aquí están para ilustrar los cuadros de Quinquela. Hay pinturas del
plástico con el perfil de Avellaneda con cientos de chimeneas
ennegreciendo el cielo o cuadros del Riachuelo manchado,
contaminado".
La referencia al
plástico del porteño barrio La Boca sirve como pie para hacer
referencia a otros puntos de la Nación donde se maltrató el medio
ambiente.
"En Buenos
Aires, así como también en otras capitales del país, estamos
usando las aguas del río como tanque de agua y como inodoro. No
resiste demasiado tiempo más ese uso", reflexionó.
Brailovsky
aseguró que "hay una memoria de Obras Sanitarias de la Nación
durante el gobierno de Juan Perón que dice que la función del
organismo era el control de la contaminación industrial, pero si se
hubiera controlado la contaminación industrial, podía significar un
freno al crecimiento de la industria. Entonces, no lo hicieron",
señaló con desazón.
La vista gorda a
la contaminación no fue un caso aislado. El especialista recordó
que "hubo debates por las cloacas en Rosario, acerca de si los
detritos de la ciudad eran reciclables o se podían tirar al Paraná.
El dictamen técnico fue 'tírenlos al Paraná que el caudal del río
los va a diluir. Este informe es de principio del Siglo XX".
De ahí, que la
síntesis que hace es que "lo que le hace la gente a la
naturaleza tiene que ver con las relaciones de los grupos sociales en
cada etapa histórica".
La visión del
maltrato ecológico incluye al tren. "Los quebrachos de Santiago
del Estero están todos debajo de los rieles del ferrocarril, los que
permitieron llevar al puerto las producciones del interior. En
especial, la producción pampeana. La parte del tronco del quebracho
sirvió para sostener el riel, las ramas para quemar en las calderas
de las máquinas del tren", explicó.
Agregó que el
punto de deforestación del bosque nativo es otro aspecto del
maltrato ambiental. "Algo que me impresionó mucho es que
encontré las licitaciones de compra de leña de los ferrocarriles.
Uno puede ver la deforestación cuando el ferrocarril declaraba
desierta la licitación y decía que 'en esa zona ya no hay más
madera'. Esto fue a finales del Siglo XIX".
Respecto de la
Pampa Húmeda, Brailovsky añadió que la condición feraz del
territorio llegó después de una transformación, que comenzó
cuando el ganado vacuno y caballar se le escapó a Pedro de Mendoza y
se reprodujeron durante casi tres siglos sin enemigos depredadores a
la vista.
Ese ganado abonó
la tierra durante todo ese tiempo y mejoró las condiciones del
suelo. Los gauchos, más tarde, colaboraron con el incendio de los
pastizales, que dieron lugar luego al crecimiento del pasto verde,
como observó el naturalista Darwin a su paso por la región.
"El paso
siguiente, después de la independencia y de los gauchos incendiando
los pajonales, en un suelo abonado, se da el cambio ecológico que
hacia finales del Siglo XIX hace ecológicamente posible la
Generación del '80", el modelo agroexportador de país que
sobrevivió hasta 1930, sintetiza.
Los postes de los
alambrados fueron extraídos de los bosques nativos, los gauchos
incendiaron los pajonales y posibilitaron el verde, el ganado salvaje
abonó la tierra por siglos. Esto lleva a Brailovsky a decir que otro
ambientalista como "Jorge Morelo dice que las zonas de borde
subsidiaron a la Pampa Húmeda. Que se cuidó a la pampa descuidando
otras zonas", sintetizó.
Fuente:
Brailovsky: "La Pampa Húmeda es obra de la sociedad, la contaminación llegó conlos frigoríficos", 05/07/15, Télam.
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