Entidades
ambientalistas presentaron una demanda judicial para que se ordene al
Senasa el nuevo estudio del agrotóxico, recategorizado el año
pasado por la OMS como “probable cancerígeno”. El Senasa ya
había rechazado el pedido.
Cuatro
organizaciones ambientalistas iniciaron una demanda para lograr que
la Justicia ordene al Senasa realizar “análisis de riesgo” de
los 400 herbicidas registrados en el país y que tienen glifosato.
Con la acción, representantes de las asociaciones Médicos de
Pueblos Fumigados, Madres de Ituzaingó Anexo-Línea Fundadora,
Centro de Protección a la Naturaleza y la Federación Sindical de
Profesionales de la Salud de la República Argentina (Fesprosa)
esperan iniciar un camino que termine en la prohibición del uso y la
comercialización en Argentina del agrotóxico que el año pasado fue
recategorizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como
posible cancerígeno.
El pedido de las
entidades es que el Senasa “ponga en funcionamiento -de manera
urgente e inmediata- el procedimiento de ‘análisis de riesgos’
de todos los registros autorizados que contengan ‘glifosato’”.
El procedimiento
de análisis de riesgo está previsto en el Manual de Procedimientos,
Criterios y Alcances para el Registro de Productos Fitosanitarios del
Senasa. Fue instituido para “ayudar a la Autoridad Competente” a
establecer si se debe evaluar la cancelación o la reclasificación
del registro de un producto fitosanitario “cuando los usos
autorizados de ese producto puedan causar efectos adversos, en las
condiciones locales de uso, inaceptables tanto para la salud como
para el ambiente”, señala la Resolución 350/99.
El abogado de
Médicos de Pueblos Fumigados, Darío Avila, detalló que la
presentación del pedido judicial es, en realidad, la continuidad de
acciones empezadas el año pasado. “Presentamos un juicio ordinario
contra el Estado después de haber agotado la vía administrativa,
porque el Senasa nos rechazó una presentación similar que hicimos
el año pasado”. En ese momento, las entidades presentaron “436
publicaciones científicas -nacionales e internacionales, de
universidades públicas y privadas- que dan cuenta del efecto
sanitario y ambiental del glifosato”, explicó el abogado, que
señaló que ese mismo material acompañó la presentación realizada
ante la Justicia Administrativa.
De acuerdo con
Médicos de Pueblos Fumigados, en Argentina cada año se fumigan
28.000 hectáreas con 320 millones de litros de glifosato, por “lo
que 13 millones de personas están en riesgo de ser afectadas” por
el agrotóxico.
Si se abre el
procedimiento por vía judicial, el Senasa deberá informar a las
empresas nacionales e internacionales sean titulares de las
autorizaciones “para que aporten evidencias propias que demuestren
la inocuidad de sus productos”, detalló el abogado. Avila también
señaló que, “una vez que tiene las dos visiones, el Senasa debe
tomar una decisión aceptando o rechazando el pedido de cancelar
todas aquellas autorizaciones que hubiera emitido a favor de
productos que contengan glifosato”.
El 20 de marzo
del año pasado la OMS recategorizó al glifosato como “probable
cancerígeno”, luego del dictamen de la Agencia Internacional para
la Investigación en Cáncer (IARC, por su sigla en inglés), que
depende del organismo. La IARC emitió su dictamen tras el trabajo de
17 expertos de 11 países, tras un año de preparación e
investigación que incluyó “la revisión de la evidencia
científica actualizada disponible”. El 30 de este mes es la fecha
límite para que la Comisión Europea decida si le renueva o no el
permiso de uso por otros 15 años en el bloque de países. La
votación al respecto ya se pospuso en dos oportunidades.
Fuente:
Fuente:
Análisis de riesgos para salvar vidas, 21/06/16, Página/12. Consultado 21/06/16.
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