Belgica. El 30 de marzo pasado, las últimas toneladas de esta energía sucia fueron
quemadas en la planta de Langerlo, marcando el principio del fin de una intensa
era de carbono.
Después
de Chipre, Luxemburgo, Malta y los países del Báltico, Bélgica es el séptimo
país de la Unión Europea en camino a estar libre del carbón. Casi al mismo
tiempo, Escocia cerró para siempre su última central térmica a carbón y otros
están siguiendo su ejemplo. Esta es una gran noticia, como el acuerdo climático
de París del año pasado que compromete a los países a reducir sus emisiones de
gases de efecto invernadero y a eliminar gradualmente el carbón y otros
combustibles fósiles. El Reino Unido y Austria anunciaron que van a dejar el
carbón para el 2025 -y ya empezaron a reducir su capacidad de carbón-
mientras que Portugal pretende estar libre de carbón para el año 2020.
Hecho
con carbón
Como
es el caso en muchos países europeos, el carbón tiene una larga historia en
Bélgica. Ya en tiempos de los romanos, el carbón estaba siendo explotado en la
parte sur del país, pero no fue hasta la introducción de la máquina de vapor en
la década de 1830 que la minería de carbón realmente despegó. Un largo declive
de la industria llevó al cierre de la última mina belga en 1992, y las plantas
de energía fueron tapiadas una tras otra - hasta que sólo quedó Langerlo.
Aunque
las cosas podrían haber sido de otro modo. En 2009 - tan sólo unos meses antes
de la cumbre del clima de Copenhague - E.ON (empresa del sector energético)
planeó una nueva planta de carbón en el puerto de Amberes, Bélgica. Gracias a
las protestas de Greenpeace y las quejas formales por parte de cientos de
ciudadanos preocupados, el gobierno se negó a entregar los permisos necesarios,
evitando así un desastre climático y para la salud. Desde entonces los días del
carbón en Bélgica estuvieron contados.
Biomasa
a gran escala: ¿cometer el mismo error otra vez?
Langerlo
puede haber quemado su último carbón, pero la planta aún no está acabada. A
principios de 2016, E.ON vendió la planta a German Pellets (uno de los
principales productores de pellets de madera de Europa), con el objetivo de
convertirla a biomasa -y obtener gran cantidad de subsidios: hasta 2 mil
millones de euros durante diez años; a pesar de que la elección de pellets de
madera norteamericanos para una vieja planta de carbón está muy lejos de lo que
se considera energía sostenible. Algunas formas de producción de electricidad
por biomasa conducen a incluso más emisiones de CO2 que el carbón.
Con
esto en mente, Greenpeace pide a la Comisión Europea que se asegure de que la
directiva actualizada de energías renovables, que será lanzada más adelante
este año, sólo permita el apoyo a la producción de energía de biomasa
sostenible y eficiente.
Mientras
tanto, la energía solar y la eólica están fácilmente disponibles a costos cada
vez menores, proporcionando mejores oportunidades de inversión que los
proyectos de biomasa a gran escala destinados a ir a la quiebra en el minuto
que los subsidios dejen de fluir.
Pero
no todo está perdido. Constantes problemas financieros en German Pellets
significan que la conversión a biomasa de Langerlo parece menos segura cada día
que pasa - obligando al gobierno a considerar otras opciones más sostenibles
para alcanzar su objetivo de energía renovable. Por ahora, vamos a celebrar que
otro país va en camino a estar libre de carbón.
Fuente:
Fuente:
Bélgica abandona el carbón, 01/04/16, Greenpeace Argentina.
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