martes, 12 de enero de 2016

Sierras Chicas / El vecindario está podrido


A pocas más de un mes de cumplirse un año del 15F, otro temporal, con 150 milímetro de lluvia caída en la cuenca Río Ceballos-Saldán, dejó una víctima fatal, nuevos daños materiales, evacuaciones y, por sobre todas las cosas, profundo malestar y bronca en los sierraschiquenses.

Justo en el arranque de 2016, justo cuando la gente enciende en su imaginario llamas de esperanza por un año en paz, justo en el momento en que se planifican los descansos. Justo ahí se precipitó otra tormenta que dejó al descubierto todo lo (mal) hecho desde el fatídico 15 de febrero a la fecha.

Un joven arrastrado por la corriente hasta perder su vida, un plan de viviendas que se inunda en el predio de una vieja cantera de Río Ceballos, otros planes que aún están en construcción en Villa Allende, Mendiolaza y Unquillo, un barrio entero (El Perchel de Mendiolaza) pidiendo ser relocalizado, troncos, ramas y mugre de todo calibre que volvieron a tapar puentes (muchos de ellos aún derrumbados y sin mínimas señales de cuándo se reconstruirán), alertas que no funcionaron en todas las localidades afectadas en la inundación anterior, sirenas que en Río Ceballos y Unquillo nunca fueron activadas, y una sola obra que apenas ayudó a mitigar, o en todo caso, a escurrir rápidamente el agua: el LEP (limpieza, ensanchamiento y profundización), que sirvió para que el agua descienda a la brevedad.

Cabe destacar que en esta oportunidad cayeron la mitad de milímetros que el 15 F, y las consecuencias volvieron a ser graves, con la añadidura de que el Dique La Quebrada estaba cuatro metros por debajo de su nivel.

Bronca
La explicación que daba Diego Concha era que las sirenas van a sonar cuando la creciente provenga del río, de la cuenca alta, y no producto del agua que baja de las calles o de los otros afluentes como el arroyo Mal Paso.

“Cada intendente podía elegir si las hacía sonar o no, lo cual es una locura total. Eso lo tiene que manejar Defensa Civil de la Provincia, ellos son los que tienen que evaluar no sólo como crece el arroyo a raíz de la cuenca alta, sino que hay que medir las correntías. Por ejemplo, el 15 de febrero el dique aportó un caudal de 140 metros cúbicos por hora y el centro de Rio Ceballos llegó a los 340 porque aportaron las calles, los otros afluentes que no son medidos por los pluviómetros, por eso nosotros decimos que este sistema de alerta no sirve porque solo nos da un factor y no el conjunto de la situación”, contó Gabriela Cuevas, vecina de barrio Loza de Rio Ceballos, y además agregó que “se debe evaluar en función de un sistema de protocolo hacer sonar las sirenas, a través del cual la gente tenga en cuenta que un bocinazo significa tal cosa, dos bocinazos tal otra. En Villa Allende sonaron y había gente que no sabía qué hacer, qué significaban las sirenas. No hay una bajada de información para que el vecino sepa cómo actuar”.

Los vecinos están reclamando desde hace un año (y lo sucedido les vuelve a dar la razón, con el factor “bronca” como agregado) por un sistema de alerta temprana, por obras concretas que den solución de fondo al problema entre las que se encuentran  las 30 lagunas de retardo a lo largo de todo el corredor, marcar la línea de rivera, paralizar el desmonte y los mega emprendimientos que vienen afectando la cuenca desde hace décadas, y la necesidad de un protocolo de actuación de Defensa Civil.

Ayuda oficial
En los primeros días de su gestión el gobernador Juan Schiaretti encaró temas pendientes como el pago de los cheques atrasados a los damnificados por la inundación del 15 de febrero y se comprometió a hacer las obras correspondientes para que no vuelva a repetirse tal catástrofe. Mientras tanto, la región aguarda el envío de los fondos adeudados por Nación del crédito de 540 millones de pesos que, según el propio Gobernador, los enviaría a la brevedad el presidente Mauricio Macri.

Tras las primeras lluvias de 2016, el Gobierno de la Provincia comunicó que pondrá en marcha un Plan Director de Sierras Chicas que corrija la falta de planificación e improvisación en el desarrollo de la urbanización de las ciudades del corredor.  En esta línea, Schiaretti convocó a los ministerios vinculados a la temática y al Instituto de Planificación Metropolitana (IPLAM) para dar forma a una serie de pasos y objetivos que deberán atender junto a intendentes y fuerzas de seguridad.

Los temas contemplados están vinculados al tratamiento de la basura, transporte, red vial, gas natural, cloacas y saneamiento. El tratamiento de estos tópicos implica trabajar sobre cuatro ejes: evitar la desforestación que está sucediendo en Sierras Chicas; verificar si en el lecho de los ríos tienen que ir vados o puentes, ya que si estos últimos no tienen la altura necesaria, terminan siendo diques que cuando se rompen producen inundaciones; delimitar cuál es la línea de rivera del río a partir de la cual no puede haber edificaciones, porque seguramente muchas viviendas se construyeron no respetando esa línea y se debe establecer un programa para que esa familia pueda estar en un lugar seguro; hacer las obras necesarias, cuenca arriba, en función del mapa hídrico que se está terminando de elaborar, para minimizar los efectos de lluvias.

Ya no más
Como ante el avasallamiento de la naturaleza poco se puede hacer, y recuperar el bosque desbastado es una tarea de décadas, lo único que nos queda como sociedad, vecinos y ciudadanos de Sierras Chicas que amamos nuestro lugar, es exigir a las autoridades obras de fondo en vez de paliativos, acciones honestas y concretas en vez de demagógicos  cheques que no resuelven nada, pero por sobre todas las cosas, y sin desconocer la capacidad de los técnicos y profesionales abocados a solucionar el tremendo problema de la cuenca Río Ceballos-Saldán, es que “nos” escuchen a quienes habitamos estos lares y que desde el más craso sentido común algún loable aporte podemos hacer para evitar ser arrastrados una vez más por la corriente, entrar en complejos cuadros psicóticos o en inestimables ataques de ira.

El ánimo y el espíritu de las víctimas de las inundaciones no está para soportar otro temporal, ni mucho menos las obras mal hechas, inconclusas a esta altura del tiempo. Necesitamos que la dirigencia se ponga a la altura del conflicto y lo resuelva con capacidad e inteligencia, junto al vecindario de Sierras chicas, urgentemente, pero bien.

Fuente:
launionregional.com.ar

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