Las obras a cielo abierto permitieron a productores del sudeste cordobés quedar a salvo de las inundaciones.
por Alejandro Rollán
Gustavo Ricciardi y Rubén Theiler tienen sus campos separados por una distancia de menos de 30 kilómetros y en plena cosecha gruesa tienen realidades diferentes.
En su establecimiento ubicado al sudeste de Bell Ville, Gustavo perdió 100 hectáreas de maíz y de soja y en otra explotación de 130 hectáreas situada entre Bell Ville y Monte Leña tiene 70 hectáreas que no podrá cosechar. Las inundaciones que soporta esta zona del este del departamento Unión son las razones del elevado perjuicio.
Mientras tanto, Rubén pudo cosechar sin inconvenientes sus lotes con granos gruesos situados al norte de Justiniano Posse, con buenos rendimientos. Esta vez, los 560 milímetros de lluvias que cayeron en lo que va del año no fueron inconvenientes para la producción agrícola. La canalización a cielo abierto que tiene la zona desde hace más de tres años ha permitido evacuar los excesos hídricos de las cuencas del río Ctalamochita y del arroyo Saladillo.
En 2010, Theiler soportó una inundación que, según admite, le había quitado las ganas de seguir produciendo.
La diferencia, no tener agua
“Habíamos comenzado a percibir años atrás problemas de napas en los bajos y una lluvia de 300 milímetros en 2010 terminó por magnificar el problema. El agua se movía desde Monte Buey hasta Justiniano Posse, de este hacia el oeste. Fue cuando comenzamos en forma privada con un grupo de productores a tramitar permisos para ejecutar canales en la zona”, recuerda Rubén, flamante presidente del consorcio canalero que abarca las localidades de Justiniano Posse, Monte Buey y Saladillo. “Hace un mes que hicimos nuestra asamblea constitutiva y por iniciativa del gobernador De la Sota ya estamos tramitando la personería jurídica”, sostuvo Theiler.
Sobre una superficie de 126 mil hectáreas con los mejores suelos productivos del país, el consorcio conformado por siete productores sigue trabajando por mejorar la zona.
“Hoy vemos que donde se canalizó, los campos son otros. Primero, las obras comenzaron en los campos más afectados, los próximos al río. Los productores de Monte Buey fueron los pioneros, porque eran los más perjudicados. Hay que destacar la solidaridad de los productores para otorgar los permisos de paso y así poder hacer los canales”, afirmó Theiler.
La canalización en la zona se extiende al norte de Justiniano Posse y también hay algo al sur de Monte Buey. Un canal de 27 kilómetros pasa por la zona de San Marcos y otro con una longitud de 60 kilómetros une tres cuencas hasta llegar al río. “Es para remarcar la gestión que realizó Fabricio Motta, actual funcionario del Ministerio de Desarrollo Social, quien como oriundo de Monte Buey se interesó para que el consorcio estuviera en marcha”, destacó el productor.
La inversión para ejecutar un canal es importante. El movimiento de un metro cúbico de tierra tiene un costo de 20 pesos. La tarea comienza con la elaboración de un proyecto, a cargo de un ingeniero civil, la obtención del permiso de paso de todos los productores involucrados en la traza del canal, la aprobación por parte de la Provincia y, finalmente, la ejecución. “Podemos decir que lo más sencillo es la tarea de las retroexcavadoras”, ilustró Theiler.
Agua y manejo agronómico
Si bien la acumulación de lluvias en tan poco tiempo es una de las principales causas que provocaron las últimas inundaciones en la región, los productores identifican además deficiencias en el manejo agronómico que dificultan el consumo de agua.
Una rotación agrícola deficitaria en gramíneas ha contribuido a que las napas se hicieran más superficiales.
“Tengo que hacer mi propia autocrítica. Hace tres años que no hago trigo, debido a la falta de previsibilidad comercial que tiene el cultivo, y eso se ve en los suelos. Tener durante el invierno los lotes desnudos hace que 400 milímetros permanezcan en las napas. Lo que comenzó como una pequeña laguna hoy ocupa 100 hectáreas”, admitió Gustavo Ricciardi, quien además de productor es presidente de la regional 11 de la Asociación de Consorcios Camineros y del consorcio Cuatro Caminos, ubicado al sur de Bell Ville.
Por su parte, los campos que Theiler tiene canalizados no se inundaron. “Cuesta recuperarlos, porque quedan salitrosos pero mejoran con la inclusión de gramíneas. La mayoría de los lotes inundados van a gramíneas de invierno, ya por segunda campaña consecutiva”, destacó el productor.
Sin salida
Para unir los 15 kilómetros que unen el campo donde vive y la localidad de Bell Ville, Ricciardi llegó a recorrer hasta 70 kilómetros. “Estamos cercados”, confiesa el productor.
De los 200 kilómetros de caminos rurales que integran la red del consorcio Cuatro Caminos, más de 20 kilómetros están intransitables y la mayoría presenta cunetas anegadas que dificultan su tránsito. Diez de los 18 consorcios de la regional están seriamente afectados.
“Es fundamental que los consorcios camineros y canaleros trabajen juntos. Cuando el canal libera los caminos ahí recién hay que comenzar a repararlos”, expresó el productor.
El ancho de los caminos rurales en esta parte del sudeste provincial también se ha convertido en una dificultad para el mantenimiento de la red secundaria y terciaria. “Hay caminos que tiene 100 años y que están a un metro por debajo del nivel de los campos; no hay formas de arreglarlos. Para eso, el productor que ha recuperado sus campos por acción del canal debe entender la necesidad de contribuir con la cesión de tierra para ensanchar los caminos”, sugirió Ricciardi.
Al sur de Bell Ville, la ejecución de un nuevo canal que conducirá hacia el Ctalamochita las aguas que baja desde Villa María, Ballesteros y Morrison genera esperanzas de mejorar las condiciones de la zona.
Ayuda para los caminos de la región
Lo que resta por definir es la forma en que vendrán los fondos: para pagar certificados, una vez realizadas las obras; o para comprar materiales previo a la reparación.
El estado de emergencia que atraviesan los caminos afectados por las inundaciones en el sudeste de la provincia requiere de ayudas específicas. “En los próximos días, la Provincia va a definir la forma en que va a aportar 3,4 millones de pesos para los consorcios que integran la regional 11 de los consorcios camineros”, explicó Gustavo Ricciardi, presidente de la regional y del consorcio Cuatro Caminos.
Lo que resta por definir es la forma en que vendrán los fondos: para pagar certificados, una vez realizadas las obras; o para comprar materiales previo a la reparación.
Un inspector y el técnico de la regional serán los encargados de evaluar el estado de los caminos para definir los montos a repartir. “Se van a priorizar aquellos consorcios que tienen más urgencias”, adelantó Ricciardi.
En Bell Ville, vecinos piden más apoyo tras los daños
En Bell Ville, el intendente Nelson Ipérico recibió ayer a vecinos que se vienen movilizando por los daños de las inundaciones.
La ciudad fue la más perjudicada por la crecida del río Ctalamochita, que mantuvo su asedio durante tres semanas. El río bajó ya notoriamente y ya no compromete a la ciudad, pero hay vecinos que vienen reclamando por los daños sufridos. Incluso han formado grupos asesorados por abogados.
El municipio apuntó que ha relevado 1.143 viviendas. Esa tarea continúa. No detalló qué porcentaje tiene daños por el agua. La idea es gestionar luego ayuda económica de Provincia y Nación para esos casos.
Mientras, áreas rurales de La Carlota, Ucacha, Isla Verde y Monte Maíz, en el sudeste, y de El Fortín y Freyre, en el este, siguen con problemas.
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Hay 170 mil hectáreas afectadas por el aguaFuentes:
Los canales alivian la presión sobre los mejores suelos agrícolas, 25/04/14, La Voz del Interior. Consultado 25/04/14.
Ayuda para los caminos de la región, 25/04/14, La Voz del Interior. Consultado 25/04/14.
En Bell Ville, vecinos piden más apoyo tras los daños, 25/04/14, La Voz del Interior. Consultado 25/04/14.
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