lunes, 14 de abril de 2014

Fallo que evidencia ceguera ambiental

En la ­provincia de Córdoba, los cambios en el uso del suelo han significado la casi total pérdida de los ambientes naturales en la llanura.

por Diego Gurvich

Parece que las lluvias extremadamente anómalas de los últimos meses -que llenaron de agua los lagos y también cubrieron miles de hectáreas en la llanura- han creado una sensación de que la crisis hídrica pasó para no volver. Incluso parece haber llegado a la Justicia, que falló a favor de la instalación de un nuevo megaemprendimiento inmobiliario, que albergará a cinco barrios cerrados y una cancha de golf.

Lo cierto es que esta sensación de que la crisis pasó es ficticia. Estamos viviendo un clima que padece un número cada vez mayor de eventos extremos. Sequías intensas y olas de calor inusuales son seguidas por lluvias históricas. Esto no es, ni más ni menos, lo que los científicos vienen pronosticando que pasará con el cambio climático global.

Estudios recientes muestran que el cambio climático está causando miles de millones de dólares en pérdidas económicas, así como la muerte de miles de personas cada año.

En noviembre de 2013, el tifón Haiyan provocó la muerte de al menos 10 mil personas. Se calcula que por año mueren 140 mil personas por motivos relacionados con el cambio climático. En otras palabras, este período de abundancia hídrica probablemente sea seguido por nuevas sequías, nuevos incendios e inundaciones, de vuelta.

Al cambio climático se suman otros cambios globales, como es el del uso del suelo. En la provincia de Córdoba, los cambios en el uso del suelo han significado la casi total pérdida de los ambientes naturales en la llanura (pastizales de la Pampa húmeda, bosques del es­pinal y bosques chaqueños). El último gran reservorio de ambientes naturales y biodiversidad, las sierras, está cada vez más amenazado por el aumento de urbanizaciones, particularmente barrios cerrados y megaemprendimientos.

Este tipo de urbanizaciones no responden a una necesidad habitacional real de la población y utilizan enormes cantidades de área y de recur­sos. Para que tengamos una idea, los barrios cerrados del Gran Buenos Aires ocupan ya la misma área que toda 
la capital del país, pero albergan sólo a una pequeña fracción de la población.

En las sierras, el reemplazo de bosques y pastizales por urbanizaciones tiene un importante efecto sobre numerosos procesos ecosistémicos y, en particular, el ciclo del agua.

En el actual contexto de cambio climático y de cambios en el uso del suelo, donde se están extinguiendo especies a tasas nunca antes registradas y donde se está perdiendo la capacidad de los ecosistemas de proveernos servicios ecosistémicos esenciales para mantener la vida humana (regulación del clima, provisión de agua potable en calidad y cantidad, regulación ante eventos extremos, depuración de contaminantes, etcétera), la decisión de la Justicia de Córdoba al fallar a favor del grupo empresario es todo un despropósito.

Desde hace ya varios años, numerosos investigadores de la Universidad Nacional de Córdoba y de la de Río Cuarto, así como organizaciones no gubernamentales de carácter ambiental, venimos alertando a la dirigencia política y a la sociedad civil acerca de la delicada situación ambiental que atraviesa la provincia y hemos dado pautas e información de lo que se debería hacer.

En particular, nos hemos centrado en la importancia de las sierras como reservorios de ambientes naturales y como la principal fuente de agua que abastece a la población.

La Provincia tiene la posibilidad de tomar conciencia real de lo que pasa en el mundo y en nuestra región, y tomar medidas que beneficien a la sociedad en su conjunto, en vez de seguir beneficiando a grupos económicos, cuyo único objetivo es el lucro a corto plazo.

Diego Gurvich es biólogo, investigador del Conicet y la UNC e integrante del Foro Ambiental Córdoba
Fuente:
Diego Gurvich, Fallo que evidencia ceguera ambiental, 13/04/14, La Voz del Interior. Consultado 14/04/14.

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