miércoles, 19 de marzo de 2014

El desborde del río Jesús María complica a los productores


Unos 2 Km al Este del basural de Jesús María, las aguas cruzan los sembradíos y cortan el Camino a Nintes. Culpan a la Provincia y a la Municipalidad.

Jesús María. “Si metemos una máquina acá, vamos presos”, advierte un productor que transita el Camino a Nintes casi todos los días.

Se refiere al cauce del río Jesús María que, al Este del puente sobre la Ruta 9, es un permanente generador de peligro.

Lo que hace décadas era un río encauzado, hoy es un colchón de sedimentos que -con los años- fue eliminando esa gran huella por donde debiera ir el agua para no causar problemas.

A esto se suma la gran cantidad de residuos que arrastran las a- guas desde el basural de la ciudad y terminan esparcidos en la arena el mismo río o en los campos.

Justamente, al tener tanta arena acumulada a su paso por la Estancia San Javier -donde apareció el cuerpo del remisero Arturo Maturano el 1 de noviembre de 2013-, el río se desborda fácilmente y entra por los sembradíos, tal como ocurrió este fin de semana luego de la creciente ocasionada por las fuertes lluvias en la zona alta de la cuenca.

Una de las consecuencias de esta situación es que el cauce está lleno de botellas de plástico, de bolsas, vidrios, latas y artefactos eléctricos.

Esto ya había sido denunciada en el año 2010, pero tras cada crecida se agrava más.

Incluso, los caminos internos de la Estancia terminan siendo grandes corrientes de agua que desbordan del cauce e inundan varios sectores del campo y hasta algunos tramos del enripiado que conduce a las poblaciones rurales ubicadas el Este de nuestra zona.

A la altura de la curva del camino a Nintes, la laguna que se forma en plena calle es de unos 300 m. Cabe recordar que ya pasaron dos días de la crecida.

Las camionetas 4x4 pasan con sumo cuidado y los vehículos particulares (como la Renault Traffic de la fotografía) cruzan con sus choferes rezando para no quedarse empantanados.

En el lugar se distinguen las huellas de aquella tormenta del 1 de noviembre: todavía hay alambrados derribados por el desborde de las aguas.

¿Y el sentido común?
El Gobierno de la Provincia prohibió hace varios años la extracción de áridos de los ríos. 

Desde entonces, las máquinas no pueden entrar ni siquiera para marcar un cauce.

Eso es lo que piden los productores: que el río tenga su trazado y las orillas limpias.

“Hace 25 años, venía el doble de agua, pero iba por la hondonada sin que se desborde; hoy hay basura, acumulación de arena y el cauce está en un nivel más alto que los propios campos”, dicen los perjudicados.

La medida provincial de no innovar se justificó en la clandestinidad de la extracción de áridos y el vertido de efluentes, situaciones de las que son responsables los municipios y algunos particulares.

Sin embargo, hay circunstancias en las que esa decisión impide el mantenimiento del cauce de un río que provocó varios desastres y es incontrolable en su paso por la zona rural.

Fuente:
El desborde del río Jesús María complica a los productores, 18/03/14, El Despertador. Consultado 19/03/14.

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