Lo interpretan como un llamado de la naturaleza a actuar. La delegación del Estado de Filipinas protagonizó la sesión de apertura de la Cumbre de Cambio Climático COP19, cuando su representante se declaró en huelga de hambre para pedir una decisión trascendente. En su discurso, dejó en claro que su país sufrió la muerte de más de diez mil personas por el tifón Haiyan, que habría aumentado su poder destructivo por causa del calentamiento global.
"Nos negamos a aceptar que nuestra vida transcurra en un huir de las tormentas monzónicas, poner a recaudo a nuestras familias, sufrir destrucción y necesidad y tener que contar a nuestros muertos", así se manifestó Yeb Sano, jefe de la delegación filipina. El tono de sus palabras puede entenderse también porque la situación lo afecta de modo personal: incluso familiares suyos se encuentran desaparecidos. Además, según contó, "estuve recogiendo cadáveres con mis propias manos".
Por ello tomó la decisión que se convirtió en el dato destacado de la COP19, que se realiza desde el lunes en Varsovia: "En solidaridad con mis compatriotas, que luchan para encontrar alimentos, voy a comenzar un ayuno voluntario por el clima". Ya su intevención había sido destacada el año pasado, en la COP18 de Doha. Allí había dicho, en referencia a otras tormentas tropicales: "Mientras negociamos aquí, mientras dudamos, la lista de muertos está creciendo". Este año la situación empeoró.
El tifón bautizado "Haiyan" dejó a su paso más de diez mil muertos y dejó en una situación crítica a otras miles de personas. Filipinas es uno de los dos países que más sufre la temporada de tifones, que son un fenómeno común en el sudeste asiático. Aunque no puede establecerse una relación directa en términos científicos, la sospecha es que el cambio climático ya está incidiendo en la generación de eventos más frecuentes y extremos. Haiyan alcanzó un nivel de fuerza 5 en la escala.
En septiembre, el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, la máxima autoridad científica sobre este tema, comenzó con la publicación de su V Informe de Evaluación. Allí se refuerza la conclusión del Informe anterior, del año 2007, en que asegura la responsabilidad humana en este ciclo de cambio climático, a causa de la emisión de gases de efecto invernadero. Allí se destaca: "El calentamiento del océano es un factor dominante en el incremento de la energía almacenada en el sistema climático".
Justamente, en la dinámica de formación de los tifones tropicales, interviene las altas temperaturas océanicas, que deben superar los 26 grados en los primeros 50 metros de profundidad, junto con una alta humedad. La calidez es una característica de esta zona del Océano Pacífico, que pueden incrementarse por el fenómeno global descripto. Así las cosas, según algunos modelos climáticos, en este siglo el porcentaje de ciclones más violentos se incrementará entre un 2 y un 11 %.
Desde la Organización Metereológica Mundial, señalaron que "si bien la relación entre el cambio climático y la frecuencia de los ciclones tropicales era una cuestión que requería mucha investigación, se preveía que su impacto fuera más intenso". Su Secretario General, Michel Jarraud, agregó otro dato: "la subida del nivel del mar hace que las poblaciones costeras sean cada vez más vulnerables a las mareas de tempestad. Es algo que hemos visto con consecuencias trágicas en Filipinas”.
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