El investigador francés, uno de los 20 científicos más citados del mundo en la rama de la ecología, advierte en esta entrevista de que el ritmo de extinción de especies se está acelerando, hasta el punto de que estamos “al borde de una extinción masiva”.
Michel Loreau |
por Manuel Ruiz Rico
Michel Loreau es uno de los principales expertos mundiales en biodiversidad. Dirige en Moulis, en el Pirineo francés, el Centro de Teoría y Modelización de la Biodiversidad del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS). Formado como zoólogo en la Universidad Libre de Bruselas, ha sido profesor de las universidades Pierre y Marie Curie de París y McGill de Montréal (Canadá). A lo largo de su trayectoria ha trabajado en establecer los fundamentos de lo que él denomina la síntesis ecológica, un nuevo paradigma en el que integrar la ecología de los ecosistemas, la ecología de las poblaciones y la ecología evolutiva. Su principal campo de trabajo actual se centra en el rol que desempeña la biodiversidad en el funcionamiento de los ecosistemas. Es uno de los 20 científicos más citados del mundo en la rama de la ecología. El pasado 6 de noviembre, Michel Loreau participó en la Universidad Libre de Bruselas en el simposio Hacia una nueva síntesis ecológica, un evento en el que se conmemoraba el primer centenario del nacimiento del científico belga Paul Duvigneaud (1903-1991), fundador de la llamada ecología urbana.
El último informe del Panel de Cambio Climático de la ONU (IPCC), hecho público en septiembre, advierte de que el cambio climático se está acercando a un punto de no retorno. Usted reitera a menudo que el ritmo de extinción de especies en el planeta es de entre cien a mil veces superior que en el pasado. En cuanto a la diversidad, ¿nos estamos acercando también al punto de no retorno?
Depende de lo que se denomine “punto de no retorno”. Cuando hablamos de biodiversidad, cualquier especie que desaparece es un punto de no retorno en sí mismo puesto que, por definición, una especie extinta ya no puede ser recuperada. Respecto a toda la biodiversidad del planeta, creo que probablemente estemos al principio de una extinción en masa y no veo cómo podremos pararla sobre todo porque no veo que se produzca ningún cambio en los elementos clave que nos están llevando a esa situación. Necesitamos cambiar las políticas muy seriamente. Es cierto que el número de especies perdidas es aún relativamente bajo en sí, si bien es muy alto si se compara con el pasado geológico del planeta. Sin embargo, hemos perdido una fracción importante de esas especies en poco tiempo. En cuanto a que las cosas cambien radicalmente y nos volvamos a encontrar de nuevo con la misma biodiversidad que en épocas anteriores, creo que sí que estamos ante un punto de no retorno.
¿Cuántas especies perdemos actualmente en el planeta?
Es muy difícil de cuantificar porque existen muchas especies que incluso no conocemos. Las que sí controlamos son las especies en peligro de extinción de la lista roja de la UICN [la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza], que en su última evaluación ha cifrado en casi 20.000 las especies amenazadas por la extinción. Esas especies sabemos que probablemente desaparecerán. No se trata, en sí misma, de una cantidad muy importante respecto al global de la biodiversidad, el problema es que se pierden especies a un ritmo entre cien y mil veces más rápido que en el pasado geológico de la Tierra, y existen ya pronósticos para este siglo que hablan de que una pérdida de especies a un ritmo 10.000 veces superior al pasado, y esto sí que serían realmente datos de una extinción masiva. Por lo tanto el problema no es el presente, donde la variedad de especies en aún muy elevada, sino cómo vamos a hacer para evitar el futuro, porque muchas especies se extinguirán si no hacemos nada.
La extinción de una especie sí es algo que la gente puede ver, y concienciarse por ello…
Pero el problema es que es un fenómeno que lleva mucho tiempo, que no sucede de hoy para mañana. La gente no puede observar muchas extinciones. Además, técnicamente es difícil establecer cuándo se va a cruzar la frontera hacia la extinción.
Una solución para conservar la biodiversidad es protegerla. ¿Existen muchas zonas protegidas en el planeta?
El porcentaje de lugares protegidos en la Tierra es del 12,9 %, pero es una protección general. Cuando hablamos de protección específica de la biodiversidad, apenas hay un 5 % de espacios protegidos, lo cual es absolutamente insuficiente. A corto plazo, de hecho, si continuamos con la presión sobre el resto del sistema probablemente perderemos la mitad de las especies de la Tierra, y a largo plazo hay predicciones que hablan de hasta el 95 % de las especies, aunque aún se están debatiendo estas predicciones. Es difícil ofrecer una cifra de cuánto espacio debería protegerse en este sentido porque dependen de factores como la conectividad entre esos espacios, por ejemplo, pero yo diría que haría falta un mínimo de un 20 % y deberían estar repartidos estos territorios por todo el mundo. Desde luego el 5 % actual en la práctica es casi nada porque se trata, además, de espacios muy pequeños y hay muchas especies, sobre todo las más grandes, que necesitan mucho espacio y no podrán sobrevivir en zonas tan reducidas.
¿De qué manera se puede frenar el impacto en la biodiversidad? ¿Es necesario un cambio global en todas las esferas, como la política y la concienciación social?
Cierto, pero promover un cambio de ese tipo es muy difícil porque entra en conflicto con nuestro, llamémoslo modelo, que es mucho más que nuestro modelo social, implica también nuestro modelo filosófico, psicológico y económico, principalmente este último. Nuestra sociedad está basada casi exclusivamente en el crecimiento, producir más y consumir más, aunque el progreso no es necesariamente crecer en cantidad sino en calidad. Sin embargo, ése es el modo en que la sociedad actual está organizada. Por supuesto que si se continúa creciendo por siempre en algún momento alcanzaremos un límite, puesto que el planeta es finito, y yo creo, de hecho, que estamos cerca de ese punto, estamos realmente rozando el límite de la manera en que podemos usar el planeta al servicio de este sistema. Por este motivo, el siglo XXI será crucial. En este siglo pasarán muchas cosas y tendremos que tomar cierto tipo de decisiones.
¿Cuáles deberían ser las fundamentales?
Es necesario otro modelo económico, sin duda. Pero como digo, esto implica no sólo cambios económicos, sino filosóficos. La filosofía occidental es extraordinariamente dominante respecto a la población de Occidente. Incluso en China o en Japón la filosofía tradicional básicamente casi ha desaparecido, no en la mente de las personas pero sí en la práctica. Y la filosofía occidental está basada sobre todo en la separación entre el ser humano y la naturaleza, y, por tanto, en cómo dominarla. No se trata de un pensamiento abstracto sino algo con consecuencias muy prácticas. La filosofía y la economía van de la mano. Conceptualmente no es difícil pensar en otro modo de actuar pero es muy complicado cambiarlo en la práctica debido especialmente a la presión de todo el sistema, que va en una sola dirección, y sin ningún control.
¿Por qué la conservación de la biodiversidad ha generado una conciencia social mucho menor que el cambio climático?
Es más débil que el cambio climático, pero incluso en este caso se observa que apenas nada ha sido hecho aún, así que imagine cómo están las cosas en cuanto a la biodiversidad. La diferencia es que ésta es más difícil de cuantificar y de percibir para el ciudadano de a pie, incluso más que el cambio climático. Éste en ocasiones también es difícil de comprender y percibir, pero siempre hay elementos que puedes observar: cómo cambian las temperaturas, cómo se deshielan algunas zonas, etcétera. Sobre la diversidad, básicamente la gente tiene que creer en los científicos porque hay muchas especies que se pierden que ni siquiera se ven. Piense en lo difícil que es para la población urbana ver cómo desaparecen las especies.
Sin embargo, las encuestas muestran que los científicos gozan de una extraordinaria credibilidad…
Hay gente que cree en los científicos, pero creo que menos que antes, es mi sensación, y creo que es la razón por la que aún sigue habiendo escépticos respecto al fenómeno del cambio climático, porque también sigue habiendo científicos escépticos, claro que muchos de ellos están pagados por las grandes compañías. Pero los ciudadanos observan eso y piensan que todos los investigadores tienen sus intereses particulares, no sólo científicos. Es un gran problema.
¿Son la superpoblación y el cambio climático las dos principales amenazas para la biodiversidad?
Son dos elementos cruciales pero yo no los pondría en el mismo nivel. Respecto a la biodiversidad hay que diferenciar entre factores cercanos y factores óptimos. Los primeros son los que llevan directamente a la extinción de especies. Otros son la destrucción del hábitat, la sobreexplotación, la contaminación y luego el cambio climático, que actualmente no es un elemento conductor principal de la extinción pero se prevé que lo sea en el futuro. Todos estos factores están relacionados con el incremento de la acción humana, la cual es una combinación de la población, el consumo per cápita, la tecnología que usamos para generar lo que consumimos, etcétera. Es una fotografía compleja pero la población no es sólo un factor. Por ejemplo, el consumo por habitante ha aumentado más que la población, y lo ha hecho muy rápido. Esto está relacionado con el sistema económico que, en mi opinión, hay que cambiar.
Para alcanzar un mayor impacto y repercusión social y mediática y, por lo tanto, política, se lanzó un panel intergubernamental sobre biodiversidad, al estilo del IPCC, el año pasado. ¿Cómo está funcionando?
Se han realizado muchos esfuerzos desde 2005 en sacar adelante el IPBES [plataforma intergubernamental en biodiversidad y servicios de los ecosistemas, por su siglas en inglés] y ha tomado varios años ponerlo en marcha. Ahora realmente es cuando ha comenzado a trabajar aunque aún no ha producido mucho material propio. Han sido muchos años porque se han demorado las negociaciones por cuestiones políticas, se ha querido poner en marcha el panel y regularlo como se hizo con el IPCC. Esperamos tener impacto a partir de ahora. Ésa es mi esperanza.
Fuente:
Manuel Ruiz Rico, “Estamos rozando el límite del uso del planeta al servicio de nuestro sistema económico”, 11/11/13, Materia. Consultado 11/11/13.
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