El fuego afectó unas 1.500 hectáreas de
bosque autóctono. Llegó a metros de un barrio poblado, que corrió serios
riesgos.
por Fernando Agüero
Villa Carlos Paz. El día después del incendio que consumió 1.500 hectáreas de
bosques nativos en las lomas que rodean a Villa Carlos Paz, los vecinos del
barrio 400 Viviendas todavía no pueden dejar de hablar de lo que les pasó y de
imaginar lo que pudo haberles sucedido si las llamas lograban ingresar a sus
casas: estuvieron a apenas metros del barrio.
El siniestro, que se inició al mediodía en un descampado
lateral a la capilla del barrio Colinas, estuvo toda la tarde moviéndose a
instancias del viento en un monte virgen que llevaba una década sin quemarse. A
las 18, los bomberos, que se habían ido a sofocar otros focos, regresaron
porque la rotación del viento hizo girar el fuego y amenazó con entrar al
barrio. Los vecinos escucharon las sirenas y el ruido estremecedor de la
vegetación seca quemándose.
“Empezamos a ver a los vecinos corriendo con baldes y los
bomberos comenzaron a gritarnos que dejáramos todo y nos fuéramos de las
casas”, dice Diego Martínez, quien asegura que recordará este domingo como uno
de los días más difíciles de su vida.
Las llamas llegaron a unos cinco metros de su casa que
limita con una pequeña loma que fue atravesada por el fuego. “Encerramos a los
chicos en la casa junto con los perros y empezamos a tirar agua para que las
chispas no generaran más fuego”, relató.
Los vecinos de la cuadra salieron todos a la calle con
cualquier elemento que sirviera para trasladar agua. “Un compañero de trabajo vino
a casa en su auto y se llevó a mis hijas y a una vecinita porque prácticamente
ya no se podía respirar”, agregó Martínez.
El calor sofocante, el humo y la sensación de perderlo todo
envolvieron a los vecinos, que colaboraron palmo a palmo con los bomberos para
frenar el avance del fuego. “Los bomberos nos decían que nos fuéramos pero
decidimos quedarnos a defender lo nuestro. A los chicos los ubicamos en otras
casas, pero casi todos los adultos se quedaron”, añadió.
Unas horas después, el viento volvió a rotar y el frente se
trasladó hacia Cabalango, donde la jefa comunal, Natalia Saya, decidió
desalojar un complejo turístico por precaución.
Salvar lo que se pueda. Héctor Varela vive en una pequeña
casa en un campo vecino al barrio de 400 Viviendas. Durante todo el día, junto
a su familia, estuvo alerta al caprichoso movimiento del frente de fuego. En su
campo tiene caballos, ovejas y animales de granja. Al atardecer se convenció de
que tenía que hacer algo porque se le venía el fuego encima y no había bomberos
en la zona.
“Empezamos a ver que las llamas se acercaban y salimos a
combatirlas”, dijo. Junto a su hijo, Luciano, y dos personas más estuvieron más
de dos horas peleando con remeras mojadas y baldes. “No teníamos otra cosa.
Estuvimos más de dos horas combatiendo las llamas y logramos que el fuego se
fuera para otro lado”, agregó.
Héctor contó que los caballos comenzaron a dar muestras de
desesperación y decidieron liberarlos al campo de un vecino.
Marcelo Zornada, jefe del Plan Provincial de Manejo del
Fuego, confirmó a este diario que el incendio quemó unas 1.500 hectáreas de
monte autóctono. Además del paisaje arruinado, el bosque tardará años en
regresar y las cenizas terminarán afectando el lago San Roque. En el control de
lo que fue el peor incendio de 2013, trabajaron 22 dotaciones de bomberos (unos
200 hombres), dos helicópteros y cuatro aviones hidrantes. Ayer, el día
después, comenzaron a caer algunas gotas de lluvia. “Nos hace mucha falta”,
coincidieron varios vecinos.
Ayer, dos focos
Varios por día. Cada día, en esta época, se generan decenas
de pequeños focos en diferentes zonas de Córdoba que son sofocados por
cuarteles de bomberos antes de que logren expandirse. Hay cuarteles que tienen
una o más salidas diarias por esta causa.
Lluvias. Anoche se registraban lloviznas en la ciudad de
Córdoba y en la zona serrana que contribuirá a atenuar riesgos de nuevos
incendios.
Más información. Infografía.
En video. El incendio del domingo.
Los bomberitos del barrio que ayer controlaban cenizas
Nicolás, Federico y Facundo son amigos y viven en la misma cuadra del barrio 400 Viviendas, de Villa Carlos Paz.
El domingo vieron cómo sus padres se desesperaron por la cercanía de las llamas y ayer, ya con menos riesgos, decidieron colaborar. Con una jarrita y un par de botellas, los tres pibes hicieron varias veces el camino entre la última canilla del barrio y las primeras llamitas que aún quedaban encendidas en la zona donde el fuego devastó el bosque autóctono y pintó todo el paisaje de negro.
“Yo quiero ser bombero”, dijo uno de ellos a este diario, con total seguridad. Los demás lo miraron y asintieron. No hablaron mucho: parecían más interesados en seguir con la tarea que se habían propuesto: terminar con todas las pequeñas brasas, entre las cenizas, que quedaban en los alrededores del barrio, que en la noche del domingo corrió serio peligro de quedar preso de las llamas.
El humo del incendio afectó a toda la ciudad de Carlos Paz, donde se hizo casi de noche en plena tarde. El fenómeno era visible desde muchos kilómetros de distancia.
Sobre la causa que habría originado el fuego, el titular del Plan Provincial de Manejo del Fuego y bombero de Carlos Paz, Marcelo Zornada, señaló que hay una pista que la Policía y la Fiscalía. “Está la investigación en secreto de sumario”, acotó. Una versión que circuló el mismo domingo apuntaba que habría habido niños jugando con fósforos donde se vio el primer fuego. Pero no sería la única pista que se investiga.
Si te interesó esta entrada tal vez te interese:
Voraz incendio en Carlos Paz y en CabalangoFuentes:
Fernando Agüero, El día en que casi se quema Carlos Paz, 13/08/13, La Voz del Interior. Consutado 13/08/13.
Carlos Paz, tras el incendio, 13/08/13, La Voz del Interior. Consutado 13/08/13.
Los bomberitos del barrio que ayer controlaban cenizas, 13/08/13, La Voz del Interior. Consutado 13/08/13.
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