miércoles, 17 de julio de 2013

La soberanía está perforada

por Lea Ross

El kirchnerismo se vuelve tan líquido como el petróleo. Y su liquidez se luce cada vez más acelerado. Así, lo que podría ser como un cuento de terror para aquellos que se movilizaron por la recuperación de la soberanía hidrocarburífera, debería de ser una película de terror para ellos. Y sin embargo, el silencio es el resguardo más seguro para la felicidad.

En el día martes, luego de recibir un aval por parte de la Suprema Corte de Justicia (incluyendo la firma del propio Ricardo Lorenzetti, que según parece su extensa trayectoria por escribir y dictar clases sobre resguardo ambiental quedó medio empantanado), se decretó una de las mayores aberraciones en materia de soberanía. Comparable con el emprendimiento de Pascua Lama, hoy estancada por la justicia chilena, y que en la práctica, este proyecto de la Barrick Gold generaría uno de los mayores puntos centrales de despojo en el continente latinoamericano. Algo así como “las minas de Potosí” del siglo XXI.

La supuestamente nacional y popular YPF y la corporación Chevron, uno de los pilares para mantener a la familia de los Rockefeller dentro del capitalismo, sellaron el acuerdo para la explotación de la reserva neuquina de Vaca Muerta. Las perforadoras ya se encuentran en la zona norte de la misma y, durante la primera fase, se extraerán 10 mil barriles diarios de petróleo en 100 pozos. Y en la segunda parte, se alarga: 1500 pozos para extraer 50.000 barriles de petróleo y gas. Esto se realizaría en 2017.

“Vaca Muerta es un activo de clase mundial y se ajusta perfectamente a nuestro sólido porfolio de recursos no convencionales” dijo John Watson, presidente de la Chevron, según la página web de YPF. “Este acuerdo es, también, una demostración de confianza por parte de una gran empresa internacional”, señaló Miguel Galuccio, CEO de YPF.

John Watson fue quien realizó los esfuerzos en el año 2000 para la compra de Chevron a la empresa Texaco. Esta misma fue declarada culpable de ser la responsable de uno de los mayores ataques al medio ambiente, realizada en Latinoamérica, en los últimos años. Durante décadas en la selva de Ecuador, se arrojaron 650 mil barriles de petróleo en los arroyos y tierras de la región selvática, como así también miles de litros de agua que habían sido utilizados para la extracción del crudo, provocando la degradación de la fertilidad de los suelos. Al tratarse de un área de 2 millones de hectáreas, centenares de campesinos e indígenas perdieron sus modos de vida. Como así también sus propias vidas, producto del cáncer. Por todo eso, la justicia ecuatoriana ordenó a Texaco la indemnización de 19 mil millones de dólares. Al tratarse de una cifra sideral, tanto la justicia norteamericana como la ecuatoriana otorgaron un aval para que sea la Chevron en general la encargada de pagar lo faltante. Esto provocó un freno en los intentos por avanzar en Vaca Muerta. Hasta que llegó la resolución de la Suprema Corte de la Argentina.

El ex galán de los spots de Repsol, Miguel Galuccio, es una sustancia vomitiva tanto desde lo verbal como desde lo visual. Su apoyo, tanto desde lo discursivo como desde un apretón de manos congelados por la cámara, con los principales referentes de la multinacional lo aleja con alevosía a la imagen teórica de Enrique Mosconi, uno de los pocos que se enfrentó a las petroleras de los Rockefeller, que en aquel entonces era la Standard Oil.

El petróleo es el monopolio del capitalismo por excelencia, expresaba Galeano en las Venas Abiertas. Y más aun con el novedoso método del fracking. Impulsado por el compañero de fórmula de la primera gestión de George W. Bush, “Dick” Cheney, se logró impulsar la extracción de hidrocarburos no convencionales, mediante una laguna legal para evitar la aplicación de algunos artículos de la preservación del agua en Estados Unidos. Por algo será.

El fracking ha sido, y lo sigue siendo, polemizado y prohibido en distintos puntos del planeta tanto en el territorio norteamericano como europeo. No es de extrañar que las multinacionales quieran su aplicación en nuestro continente.

Y más aun cuando se trata de tantos beneficios a nivel nacional. El decreto presidencial 929 de “Promoción de Inversión para Explotación de Hidrocarburos” trata de una serie de beneficios para el despojo. En su artículo 6, establece el beneficio de la libre comercialización del 20 % de los hidrocarburos del país hacia el exterior, sin ningún freno de retención, ni alícuota, con completa disponibilidad del uso de divisas. Por si esto fuera poco, en su artículo 9, las provincias podrán agregar más beneficios si así lo quisieran.

En estos momentos, uno de los pozos se encuentra tomado por una comunidad mapuche. “Porque estamos cansados/as de pedir que nos informen y nos consulten sobre los avances dentro de nuestras comunidades ya que seremos los/as principales afectados/as, hoy estamos ocupando instalaciones de Chevron que están ubicadas dentro de la comunidad mapuce Campos Maripe” señalaron en un comunicado. La medida de protesta está siendo impulsada por la Confederación Mapuce de Neuquén.

Durante el acto por los 400 años de la Universidad Nacional de Córdoba, la presidenta Cristina Fernández abdujo a la figura de Deodoro Roca como un ejemplo a seguir. Deodoro fue una de los intelectuales de nuestro país, junto con Mosconi, que denunciaba al “leviatán” del Standard Oil como parte de la estratagema del “imperialismo invisible”. Hoy, de la misma familia de los Rockefeller, la Chevron apunta sus manos con sangre a la primera fase del operativo: una superficie de tan solo 20 kilómetros cuadrados. Como un chiste de pésimo gusto, esa área se llama General Enrique Mosconi. Más que un chiste, una metáfora: allí se perforarán los primeros 100 pozos.

Fuente:
Lea Ross, La soberanía está perforada, 17/07/13, ECOS Córdoba.

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