Así lo indican investigaciones de científicos de la UNC. Una es muy tóxica,
pero está presente en un volumen muy bajo. Aclaran que no hay riesgos para la
potabilización del agua.
Un grupo de científicos de la Universidad Nacional
de Córdoba detectó dos toxinas producidas por las algas que se acumulan en el
lago San Roque, cuya presencia hasta ahora se desconocía. Las dos se observan
en muy baja escala, lejos del importante volumen generado por las algas
tradicionales que desde hace años representan el problema mayor del embalse.
Un trabajo publicado este año por integrantes del
Departamento de Bioquímica Clínica de la
UNC determinó la presencia en el agua de una neurotoxina,
conocida como anatoxina-a que desprenden las cianobacterias (algas) de la
especie anabaena. El estudio halló en el 38 % de los análisis la
presencia de esta toxina, desde niveles casi no detectables hasta 6,6
nanogramos por litro. “Esta cantidad está mil veces por debajo del límite para
aguas potables, establecido por Nueva Zelanda, único país del mundo que
reglamentó en torno a esta toxina”, describe el informe.
Es la primera vez que se reporta, al menos en una
publicación científica, su presencia en Sudamérica.
Los muestreos se hicieron entre 2006 y 2007 y las
conclusiones del trabajo fueron publicadas en junio de este año en la revista
especializada Water, air and soil pollution, por los investigadores cordobeses
Daniel Wunderlin, Marcia Ruiz, Lucas Galanti, Ana Ruibal, María Inés Rodríguez
y Valeria Amé. El trabajo se hizo en colaboración entre la UNC y el Instituto Nacional
del Agua.
“Por su composición química, se convierte en un alcaloide
neurotóxico que si llega al cerebro produce parálisis y muerte rápida, en
cualquier tipo de animal, incluido mamíferos”, describe el informe sobre los
riesgos que representa, en proporciones mucho mayores a las detectadas en este
lago.
Se degrada. Valeria Amé, doctora en Ciencias Químicas e
integrante del grupo investigador, explicó a La Voz del Interior que la anatoxina-a puede ser de
alto riesgo para su ingestión, si alguien la consume en forma directa del lago,
pero que no representa problemas en procesos de potabilización. “Se degrada muy
rápido en el ambiente, mucho más que las microcistinas que son las toxinas de
las algas más habituales del lago. El riesgo puede ser en la exposición
recreativa en el lago, pero en el caso de que haya proporciones mucho más
elevadas que las actuales. A los procesos de potabilización ya no llega, porque
se degrada, y además se elimina con los tratamientos”, señaló Amé.
La conclusión es que hoy su presencia no representa un
riesgo, aunque merecería que se estudie y controle su evolución. “Nadie se va a
morir por tomar un poco de agua en el lago”, explicitó a su vez Daniel
Wunderlin, otro miembro del equipo, a la revista de difusión de la UNC. “Pero una vez
detectadas, hay que hacer un seguimiento, para ver si aumentan”, acotó.
Su presencia, aunque inicial, enciende una luz de alerta para
la vida silvestre y las especies acuáticas de ese ecosistema.
El informe cita que, en el mundo, hay antecedentes de
muertes de humanos o animales por haber ingerido aguas con alta concentración
de anatoxina-a.
La otra. Amé apuntó que desde entonces no se hicieron nuevos
relevamientos sobre la evolución de esa anatoxina-a en el lago, aunque precisó
que en 2011, para otra investigación, se detectó la presencia de otro tipo de
toxina producida por algas, la nodularina, que tampoco había sido nunca reportada
para este embalse. En ese caso, Amé citó que también se encuentra en muy bajas
dosis, lejos de los límites aconsejables para la potabilización del agua, y que
su toxicidad es similar a la de las más masivas microcistinas, y muy por debajo
de las anotoxinas-a.
El detalle es que una y otra ahora se detectan, cuando hasta
años atrás no parecían estar presentes.
La que más hay. En el trabajo se expone también que en el 71
% de las muestras recogidas, tanto en agua como en peces del San
Roque, se comprobó “una importante presencia” de las microcistinas (las toxinas
producidas por el alga más habitual del lago). A diferencias de las dos nuevas
halladas, “las cantidades detectadas de microcistinas sí superan largamente el
límite establecido, de un microgramo por litro para aguas potables”, se
describe.
Para Córdoba. Para la potabilización del agua que de este
lago que provee a la ciudad de Córdoba, la empresa Aguas Cordobesas genera
procedimientos que eliminan esas presencias.
Sobran los diagnósticos y las advertencias
por Fernando Colautti
Sobran los diagnósticos que explican que las algas en los
lagos proliferan ante el exceso de nutrientes, sobre todo de fósforo y
nitrógeno. Se sabe que el sobrante de algas es el principal síntoma de esa
enfermedad llamada eutrofización, que alude al proceso de envejecimiento y
deterioro ecológico de los embalses.
Este nuevo estudio de científicos cordobeses que halló dos
toxinas de algas hasta ahora desconocidas para el San Roque coincide, en sus
conclusiones, con investigaciones anteriores respecto de que para este lago,
ese aporte de nutrientes puede tener varias fuentes (cenizas de incendios
serranos, desechos, deriva de agroquímicos), pero que “el factor central está
dado por el muy bajo porcentaje de tratamiento de líquidos cloacales” en las
localidades de esta cuenca hídrica.
Carlos Paz tiene hoy sólo el 30 % de sus usuarios
conectados a cloacas. La ciudad de la cuenca con más cobertura de ese servicio
(La Falda ) roza
el 60 %. Una decena de localidades ubicadas sobre los afluentes de
este embalse no tienen ni un metro de redes.
Sorprende, porque Córdoba tiene numerosas ciudades, en zonas
ambientalmente menos sensibles, con cloacas desde hace décadas y que cubren hoy
entre el 70 y el 95 % de sus poblaciones.
El San Roque es el lago más degradado de Córdoba. También es
la principal fuente de agua potable para la Capital y la postal del principal destino
turístico de la provincia.
Los diagnósticos sobran. Las advertencias se acumulan. Lo
que faltan son acciones; entre ellas, avanzar de una vez con las cloacas que no
están.
Fuentes:
Detectan dos nuevas toxinas de algas en el lago San Roque, 05/07/13, La Voz del Interior. Consultado 05/07/13.
Fernando Colautti, Sobran los diagnósticos y las advertencias, 05/07/13, La Voz del Interior. Consultado 05/07/13.
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