sábado, 1 de junio de 2013

Posición de Greenpeace sobre Dioxitek y su traslado

Greenpeace, junto a otras organizaciones de la sociedad civil, promueve un proyecto de ley en la Legislatura de Córdoba que declara a la provincia como territorio “no nuclear” y prohíbe, entre otras actividades, la “extracción, concentración e industrialización, en todas sus modalidades, de minerales nucleares tales como el uranio y el torio” (Artículo 7) (1). De acuerdo al Artículo 12 del proyecto, Dioxitek sólo podría operar en territorio provincial hasta el vencimiento del convenio, suscripto entre la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) con la Municipalidad de la Ciudad de Córdoba, el 7 de noviembre de 2012 (2).

Dioxitek no debe mudarse, debe dejar de operar dentro del plazo establecido por el convenio. Ni la localidad de Embalse ni la de Río Tercero deben asumir el riesgo que este traslado supone. Córdoba debe asumirse como territorio “no nuclear” y abandonar para siempre las actividades vinculadas a la energía atómica.

Greenpeace refuerza su compromiso con el avance de una matriz energética renovable, limpia y segura, y rechaza que se tome a Embalse como una “zona de sacrificio” nuclear. La CNEA lleva 15 años de fracasos en sus planes de reubicar Dioxitek. Es previsible que recurra a un sitio que pretenden transformar en “sacrificable”, dado que la central nuclear Embalse funciona allí desde hace 29 años, sin Estudio de Impacto Ambiental ni audiencias públicas, como exige la Ley General del Ambiente. El avance de cualquier proyecto que pueda dañar el ambiente que no considere estos dos puntos, es ilegal y susceptible de ser judicializado.

En 2012 la energía atómica aportó sólo el 4,7 % de la electricidad generada en Argentina, mientras que para el año 2016, de acuerdo a lo establecido por la Ley 26.190, las energías renovables deben aportar el 8 %. Esto demuestra la viabilidad de iniciar un plan de abandono de los impactos de todo el ciclo del combustible nuclear, incluido el proceso de producción de dióxido de uranio que se realiza en Dioxitek, así como la minería que esta actividad exige, los residuos radiactivos que genera y los peligros inherentes a la operación de cualquier reactor nuclear.

Greenpeace propone una revolución energética que reemplace los combustibles fósiles y la energía atómica por fuentes limpias, seguras y renovables, como la eólica (3).

  1. Proyecto de Ley “Córdoba No Nuclear” (clic aquí)
  2. Convenio suscripto entre la CNEA y la Municipalidad de Córdoba (clic aquí)
  3. Informe “[r]evolución energética, un futuro energético sustentable para Argentina” (clic aquí

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