por Marianne Kuenzle
Hoy, seis días antes de la votación de la Unión Europea para
prohibir un grupo de plaguicidas que son mortales para las abejas, Greenpeace
asiste a la asamblea general que cada año celebra la empresa Syngenta en la
ciudad de Basilea (Suiza). El objetivo es alertar a los accionistas sobre el
papel de esta empresa en la disminución global de las poblaciones de abejas y
pedir a los accionistas que desafíen al presidente de la Junta de Syngenta para
detener la comercialización de estos productos tan dañinos.
Activistas y apicultores se manifiestaron fuera de la
asamblea de accionistas, mientras que representantes de Greenpeace y de la Coordinación Europea
de Apicultura preguntaron a la junta de Syngenta sobre el riesgo al que se
enfrenta la empresa en cuanto a su reputación y riesgos financieros a la vista
de la probable prohibición de algunos de sus productos. Recordemos que el mes
pasado, la Comisión
Europea presentó una propuesta para prohibir tres plaguicidas
muy tóxicos para las abejas y cuyas empresas fabricantes son Syngenta y Bayer.
A pesar de que estudios científicos revisados por pares
afirman que varios factores llevan al descenso de la población de las abejas
(cambio climático, enfermedades, parásitos, monocultivos, pérdida de hábitat y
uso generalizado de plaguicidas), Syngenta sigue tratando de hacernos creer que
las poblaciones de abejas se pueden recuperar si luchamos principalmente contra
uno de los factores: el ácaro Varroa. Según Syngenta, "no hay una
correlación directa entre el uso de los neonicotinoides y la mala salud de las
abejas, y sin embargo sí hay una correlación entre las pérdidas de abejas y la
presencia del ácaro Varroa".
El descenso de las poblaciones de las abejas es un tema
complejo y todos los factores que contribuyen deben ser abordados.
¿Por cuánto tiempo seguirá negando el Sr. Martin Taylor,
presidente de Syngenta, las evidencias científicas que muestran que el
insecticida Tiametoxam, producido por su empresa, está relacionado con la
disminución de abejas a nivel mundial? Así lo afirman estudios científicos y se
está agotando el tiempo para las abejas.
Un primer paso crucial, en estos momentos, es la prohibición
de los plaguicidas tóxicos para las abejas. El 15 de marzo, la mayoría de los
países de la UE
respaldaron una propuesta de la
Comisión para prohibir tres plaguicidas neonicotinoides
(incluyendo tiametoxam de Syngenta y la clotianidina y el imidacloprid de
Bayer). En la votación no se logró alcanzar la mayoría cualificada necesaria,
de manera que el 29 de abril los Estados miembros de la UE , a través de sus
representantes permanentes, votarán por segunda vez esta propuesta en el Comité
de Apelación. Si de nuevo, la votación no alcanzara la mayoría cualificada, la Comisión Europea
tiene el poder de poner en marcha la prohibición.
La prohibición podría entrar en vigor en julio de 2013, una
vez que la propuesta haya sido aceptada por los Estados miembros de la UE o puesta en marcha por la Comisión. La
industria de los plaguicidas está orquestando una campaña de presión muyagresiva, para evitar la prohibición y proteger su beneficios a costa de las
abejas y la polinización. Sin embargo, este comportamiento está en contra de
los intereses a largo plazo de los accionistas de Syngenta y por supuesto, de
todos los seres humanos, ya que nuestra producción de alimentos depende en gran
medida de los servicios de polinización que proporcionan abejas y otros
polinizadores.
Greenpeace pide a los Estados miembros de la UE que voten a favor del
proyecto de la Comisión ,
que es un primer paso para hacer frente a los efectos nocivos de los
plaguicidas en las abejas. Sin embargo, la Comisión también ha de aprobar planes de acción
ambiciosos de ámbito europeo para prohibir todos los plaguicidas que son
perjudiciales para las abejas y otros polinizadores vitales. La Comisión también debe
cambiar la financiación destinada a la agricultura intensiva basada en
productos químicos y promover la agricultura ecológica.
Mientras que las multinacionales agrícolas como Syngenta y
Bayer sólo tienen interés en salvaguardar sus beneficios, sus plaguicidas ponen
a las abejas y a otros polinizadores en grave peligro. Sin abejas y sin la
polinización natural, la producción mundial de alimentos se vería seriamente
dañada.
El último informe de Greenpeace, "El declive de lasabejas”, identifica siete plaguicidas que deberían ser prohibidos por su efecto
tóxico sobre las abejas. La lista incluye el imidacloprid y la clotianidina de
Bayer, el tiametoxam de Syngenta, el fipronil de BASF y el clorpirifos, el cipermetrin
y el deltametrin producidos por otras empresas.
La eliminación de estos productos tóxicos para las abejas es
sólo el primer paso en la protección de las abejas y de la agricultura en
Europa. La única solución a largo plazo es el abandono de la agricultura
intensiva totalmente dependiente de productos químicos y caminar hacia las
prácticas agrícolas ecológicas.
Fuente:
Marianne Kuenzle, Abejas en declive: ¿Hasta cuándo Syngenta negará a la ciencia?, 23/04/13, Greenpeace España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario