En el año 1910 se reunió una comisión de biólogos y
naturistas, entre los que se hallaban Ángel Gallardo, Eduardo Holmberg, Miguel
Lillo, Juan Domínguez, Cristóbal Hucker, con el fin de asesorar al gobierno
para la elección de la flor nacional.
Los hombres de ciencia establecieron que la Pasionaria o
"Mburucuyá" era la de mayores atributos, pero no tuvo respaldo legal,
por lo que quedó relegada en el olvido.
En el año 1928,
a iniciativa de la revista nacional de la industria
lechera y ganadera, con una participación de ocho mil consultados se determinó
que la magnolia fuese la elegida como flor nacional, la que fue desaprobada por
el Dr. Martín Jurado, director del Museo de Historia Natural, a raíz de que el
mismo no era árbol autóctono.
Dos años después, a instancias del Diario La Razón , con la participación
de más de veinte mil personas, se realizó una nueva encuesta, confrontando en
votos con el lapacho y jacarandá, obteniendo el seibo una apreciable
diferencia. El matutino publicó el resultado expresando "nuestro
propósito ha sido ampliamente logrado, no sólo por la participación voluntaria
de los maestros y de los niños, sino porque la flor elegida es también criolla,
silvestre, porque luce su corola roja en medio de los bosques naturales y
proyecta sus pétalos como gotas de sangre sobre las aguas de los ríos y arroyos
de la patria...". Como el ombú (en ese entonces designado cómo árbol de la
patria), el hornero, su ave, se proclama hoy a la del seibo como la Flor Simbólica
Argentina.
En el año 1941, representantes del más alto quehacer
científico, atendiendo los antecedentes y la proclama pública, establecen la
elección definitiva del seibo como flor nacional.
El 2 de diciembre de 1942 se establece por decreto
138.974/42 lo siguiente: "Declárese Flor Nacional Argentina a la flor del
seibo": Ramón Castillo, presidente de la Nación.
La popularidad del seibo, también denominado chopo, bucaré y
suinandi, como emblema floral argentino, se difundió en nuestro país y en todo
el mundo.
Entidades gubernamentales, ONGs y escuelas plantaron árboles
del seibo al lado del mástil de la enseña patria, viñetas alegóricas en
billetes de loterías, sellos, y diversos actos patrióticos acrecentaron la
popularidad de la flor.
Como el seibo en la Argentina , todos los países latinoamericanos
tienen una historia adquirida con sus flores nacionales, en el valor de su
veneración, respeto y admiración se identifican las culturas de los pueblos.
Las flores nacionales de los países americanos son: jazmín
(Paraguay), copihue (Chile), cantuta (Bolivia y Perú), ipé (Brasil), flor de
nacar (Venezuela), catleya (Colombia), cafeto (El Salvador), quina (Ecuador),
guaria morada (Costa Rica), heliotropo (Nicaragua), caña de ámbar (Cuba), dalia
(México), caoba (Rep. Dominicana), monja blanca (Guatemala), rosa (Honduras),
orquídea (Panamá), flamboyana (Haití), arce rojo (Canadá), rododendro (EE.UU.),
maga (Puerto Rico).
La sociedad en su conjunto debería replantearse la
importancia de nuestros símbolos nacionales, hoy día olvidados o bien
relegados, debiendo realizar para su recuperación un profundo trabajo de
concientización y difusión a nivel socioeducativo, procurando el reconocimiento
de nuestra flor nacional y que esta fecha patria sea celebrada como cualquier
otra festividad cívica.
por Ezio Mazzarantani
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