jueves, 20 de septiembre de 2012

Polémico maíz para combatir "supermalezas" en Estados Unidos

Expansión de malezas resistentes en EE.UU.

Una compañía farmacéutica en Estados Unidos introducirá una polémica variedad de maíz genéticamente modificado para ayudar a los agricultores de ese país a combatir malezas resistentes.

por Matt McGrath

La empresa, Dow Agrosciences, dijo que utilizará una sustancia química que fue uno de los componentes del llamado Agente Naranja, el producto defoliante usado por el gobierno estadounidense durante la guerra de Vietnam.

La compañía asegura que el nuevo cultivo es necesario debido a las llamadas "supermalezas" que afectan actualmente a más de siete millones de hectáreas de cultivos en territorio estadounidense. Dow asegura que su producto es seguro y sostenible.

Para Jeremy Leech, un agricultor que cultiva maíz y soya cerca de Humboldt, Nebraska, las malezas resistentes son una constante amenaza a su granja y su familia.

El año pasado Leech gastó unos US$ 7.500 en productos químicos para defender sus cultivos.

Pero los herbicidas no lograron eliminar a las gigantes ambrosías (Ambrosia spp.), un tipo de arbusto. Y lo que es peor aún, estas plantas producen enormes cantidades de polen, por lo que agravan el asma de su hija de ocho años.

"Cuando las ambrosías liberan polen, mi hija tiene dificultades para respirar. En una granja a los niños les gusta jugar al aire libre todo el tiempo y cuando los niveles de polen son muy altos ella se ahoga", dijo Leech.

Revolución agrícola
Miles de agricultores en Estados Unidos enfrentan ahora problemas similares con malezas resistentes a poderosos herbicidas. Los científicos señalan que esto se debe al éxito de los cultivos genéticamente modificados que fueron introducidos a mediados de la década de los 90.

La compañía Monsanto se transformó en líder mundial en este campo gracias a la venta de los llamados maíz y soya Roundup-ready. Estos cultivos fueron genéticamente modificados (GM) para no ser afectados por el herbicida glifosato, un producto químico vendido por Monsanto con el nombre Roundup.

Los agricultores sólo necesitaban fumigar una vez sus campos con Roundup para matar todas las malezas y dejar sus cultivos intactos. Los productores rurales rápidamente adoptaron la nueva tecnología porque les permitía reducir costos en forma significativa.

"Roundup era el producto que se suponía iba a lograr maravillas", dijo Van Leech, el padre de Jeremy.

Y lo hizo durante los primeros años. Todo el mundo podía obtener cosechas limpias de malezas. "Pero en los últimos años las tierras se ven así", dijo Van Leech, apuntando a un campo con malezas tan altas que cubren totalmente los cultivos.

Para ver cuán serio puede ser el problema de las malezas, viajé a una parcela experimental cultivada cerca de David City por el profesor Stevan Knezevic de la Universidad de Nebraska.

En uno de los campos de maíz nos vimos rodeados de plantas altas y erguidas. Pero no se veía ninguna mazorca. Los tallos que nos rodeaban eran de ambrosías gigantes, una de las doce malezas que han adquirido resistencia a Roundup.

Estas "malezas monstruo" se han vuelto tan poderosas que sobreviven incluso a fumigaciones con 24 veces la dosis recomendada de Roundaup.

Las malezas roban la luz y la vida a los cultivos. Sólo una maleza resistente por 10 metros cuadrados puede reducir el rendimiento de los cultivos en un 50 %.

"Durante los últimos 15 años yo he venido diciendo que si continuábamos usando Roundup tendríamos un problema. Ahora tenemos un problema", dijo el profesor Knezevic.

"La razón por la que enfrentamos esta situación ahora es que no administramos bien la tecnología".

Fumigaciones combinadas
Reconociendo la escala del problema, la industria de la biotecnología cree que la solución está en nuevos cultivos GM más efectivos.

Dow Agrosciences busca ahora aprobación de las autoridades estadounidenses para un sistema de control de malezas llamado Enlist.

En lugar de un cultivo resistente a un herbicida, la idea es modificar genéticamente cultivos para que sean resistentes a dos.

Dow dice que se trata de una solución más efectiva porque permite a los agricultores combinar sus fumigaciones en un sistema más sostenible.

Pero lo que está generando controversia es que estos cultivos han sido modificados para ser resistentes a una sustancia química denominada 2,4-D. Este potente herbicida fue desarrollado por investigadores británicos durante la Segunda Guerra Mundial y fue un componente del Agente Naranja, el defoliante utilizado extensamente por el ejército de Estados Unidos durante la guerra de Vietnam.

2,4-D es actualmente usado como un herbicida en la agricultura, pero en cantidades y ocasiones limitadas debido a que es altamente tóxico. Los nuevos cultivos GM ampliaran las opciones de los agricultores para recurrir al 2,4-D.

Si bien fue uno de los ingredientes del Agente Naranja, el 2,4-D no fue vinculado causalmente a los efectos devastadores en la salud sufridos por muchos vietnamitas expuestos al desfoliante.

El profesor Dallas Peterson de la Universidad de Kansas, quien ha cooperado con Dow en los últimos años, dice que el 2,4-D funciona bien en combinaciones con otros productos.

"Es un viejo herbicida, uno de los herbicidas sintéticos más antiguos. Lo hemos usado durante más de 50 años en muchas situaciones diferentes y no hemos tenido hasta el momento muchos casos de resistencia", dijo Peterson.

Vuelta al futuro
La agencia de protección ambiental de Estados Unidos, Environmental Protection Agency, dice que el uso de 2,4-D es seguro en la agricultura. Se espera que en breve el Departamento de Agricultura conceda la aprobación final para plantar el nuevo maíz GM en la primavera entrante.

Pero algunos científicos expresaron preocupación de que si no se enseña a usar el nuevo producto GM en forma apropiada, los problemas de resistencia aparecerán tarde o temprano.

El nuevo cultivo "ciertamente ayudará con el problema de las malezas resistentes. Es una nueva forma de acción", señaló el profesor Peterson.

"Pero no es la solución mágica y si utilizamos esta tecnología en forma demasiado extensa, eventualmente tendremos resistencia".

En su granja del suroeste de Nebraska, Jeremy Leech está limpiando cuidadosamente su cosechadora para asegurar que no está transportando semillas de malezas resistentes de un campo a otro. Leech es escéptico de que sólo un nuevo cultivo GM sea la solución a sus problemas.

"Para mí, es una solución a corto plazo. Creo que el 2,4-D funcionará bien, pero lo que temo es qué sucederá en cuatro o cinco años si seguimos utilizando este producto. Creo que tendremos los mismos problemas que tenemos ahora con Roundup", dijo Leech.

Lo que está emergiendo de Dow y otras compañías de biotecnología en este campo es la creciente aceptación de que un mayor entrenamiento de los agricultores y un enfoque más amplio del manejo de malezas son aspectos cruciales para el éxito de sus productos.

"Si cultivamos maíz Roundup-ready y lo rotamos con soya Roundup-ready la biodiversidad sufre", dijo el profesor Knezevic.

"Estamos hablando sólo de dos cultivos y del mismo producto químico. Necesitamos más biodiversidad si el enfoque biotecnológico espera tener éxito, algo similar a lo que hacen los agricultores orgánicos que rotan más sus cultivos".

Irónicamente, el futuro de los cultivos GM bien podría depender de reincorporar algunas de las prácticas más antiguas que la nueva tecnología amenazó con remplazar.

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