Medardo Ávila Vázquez es pediatra e integra la organización
dependiente de la
Universidad Nacional de Córdoba. Disertó días atrás en el
Hospital Vidal y en la
Facultad de Medicina de Corrientes. Habló de los casos
registrados en el país y también en Lavalle.
por María José Canteros
Fueron dos los casos de niños muertos por incidencia de
órganos clorados y fosforados que conmocionaron a la población de Lavalle y
generaron la búsqueda de respuestas por parte de organizaciones no
gubernamentales. Se trata del impacto de los agroquímicos en la población que,
según especialistas, desde 2010 han tenido un efecto claro en la salud de
adultos y niños afectados por malformaciones, cáncer, problemas en la
epidermis, entre otras patologías.
El escenario actual cobra gran preocupación en las poblaciones
rurales. La falta de legislación actualizada y de registros médicos es otro
gran escollo para generar un cambio en el sistema productivo y desterrar esta
práctica que hoy toca de cerca a los correntinos.
Medardo Ávila Vázquez es médico pediatra y miembro de la Red Universitaria de Ambiente y Salud- Médicos de Pueblos Fumigados. Llegó a la capital correntina
para disertar sobre este flagelo ante profesionales de la medicina en el
Hospital Vidal y también en la
Facultad de Medicina de la UNNE , y en diálogo exclusivo con época abordó la
falta de sistematización de datos en los centros de salud y las muertes en la
localidad antes enunciada.
¿Por qué la llegada a Corrientes de Médicos de Pueblos
Fumigados?
Venimos a traer la información recopilada en Argentina sobre
lo que está pasando en las poblaciones expuestas a los agroquímicos. Vemos con
mucha preocupación cómo en las provincias del interior, donde las poblaciones
están expuestas a estos venenos, están cobrando características las
enfermedades que rondan lo novedoso, salen de lo habitual y no se veían hace
diez años.
¿Cuáles son las patologías que sobresalen en la actualidad?
Estamos viendo claramente enfermedades como cáncer, que se
han convertido en muchos pueblos como las primeras causales de muerte,
reemplazando las enfermedades cardiovasculares; cuando antes en el campo en la Argentina teníamos una
población bastante sana, sobre todo en la Pampa Húmeda donde no
había enfermedades endémicas como el Chagas. Hoy vemos claramente cómo hay un
aumento de las malformaciones, de los problemas endocrinológicos como
hipertiroidismo, diabetes y el cáncer que es un desastre, porque encontramos
estas manifestaciones en niños y adultos, que a la vez se observan en trabajos
de investigación publicados en los últimos años. Estas investigaciones muestran
cómo el glifosato y otros agroquímicos inducen lesiones moleculares en las
células que generan lo que nosotros estamos viendo en nuestros consultorios.
¿Cuáles son los elementos más urgentes a analizar en nuestra
provincia?
En Corrientes es urgente revisar los registros médicos, por
eso venimos al Hospital y a Facultad de Medicina para traer la experiencia que
venimos recogiendo en otras provincias como Chaco, Córdoba, Santa Fe, Buenos
Aires, para que los correntinos, sobre todo el equipo de salud, estén alerta y
posean elementos para defender la población. Hay concretamente un problema
entre el sistema de producción de los campos que están basados en la
utilización de los venenos y los derechos de la salud de las personas rurales
que se están lesionando a consecuencia de este modelo productivo.
¿Cuál es la discusión que se debe plantear en el modelo
productivo imperante?
Actualmente no sólo la soja y el maíz transgénico utilizan
cantidades muy altas de agroquímicos, también se ha generalizado el uso en
grandes arroceras y en otro tipo de producciones hortícolas, de verduras, donde
ahora se están utilizando estos venenos, que permiten producir grandes
plantaciones.
En ese marco se tendrían que analizar otras técnicas de
control antiplagas e ir aplicando
cultivos de distintos tipos de verduras y plantas para buscar equilibrar las
plagas.
Actualmente, con la propuesta que nos traen las grandes
industrias, vos podés tener 5 o 6 hectáreas de tomates aplicando herbicidas o
insecticidas, pero obviamente estos productos tienen residuos de venenos que
impactan en las poblaciones vecinas. Sufren así un nivel de contaminación que
está modificando su patrón de enfermedades, entonces esto requiere que
discutamos el sistema de producción en el campo y veamos que no podemos seguir
aumentando el consumo o la utilización de estos venenos porque son
perjudiciales. Uno de los problemas consiste en la idea impuesta de que los
productos con glifosato son seguros y que los productos químicos que se usan en
el campo no son tan tóxicos y eso está demostrado que no es así: el glifosato
es bastante tóxico.
En la autopsia de Nicolás Arévalo se determinó la muerte por
incidencia de Endosulfán, ¿qué papel juega este producto en el mercado?
El Endosulfán es el que más se utiliza y está prohibido a
nivel mundial. Argentina aceptó usarlo hasta el año que viene, momento en que
supuestamente vamos a agotar los stock (dice Vázquez irónico) pero también hay
otros productos que se están utilizando muchísimo y teóricamente lo vienen a
reemplazar. Producen muchos daños neurológicos, sobre todo en niños porque
disminuye el coeficiente intelectual, según estudios hechos por dos
universidades norteamericanas.
Hay un debate en torno de la denominación correcta, algunos
prefieren llamarlos agroquímicos y otros agrotóxicos, ¿cuál es la indicada
según su percepción?
Los productos que se usan en el campo son tóxicos, por lo
cual hay que llamarlos agrotóxicos porque son productos para matar. No son
productos para mejorar la vida de nada, son productos para matar las hierbas,
que son los herbicidas, o para matar insectos u hongos y utilizan los
mecanismos biológicos de las plantas que son mecanismos que están codificados
genéticamente por genes y mecanismos que nosotros los humanos tenemos.
Entonces, cuando a las poblaciones humanas las exponemos a esos venenos, por
más de que sean dosis bajas, pero dosis reiteradas, terminan enfermas. Hay que
reconocer que son venenos para matar y que si vamos a producir en el campo
matando el resto de la naturaleza, estamos mal.
¿Cuál es el aporte de la legislación?
Ése es otro problema, no hay una legislación o hay
legislaciones en distintas provincias, que poseen una ley, en general, muy
permisiva, basadas en el consumo de los agrónomos y del campo, no en las
entidades de salud. Además fueron generadas hace muchos años, cuando no existía
esta información que estamos transmitiendo.
Bueno, y desgraciadamente tenemos precios internacionales
muy buenos, que eso sería una ventaja. Jugadores internacionales como las
empresas, que han condicionado, han generado que produzcamos utilizando sus insumos
y las semillas transgénicas principalmente de Monsanto, de Bayer, que poseen
mucho poder económico, mucho poder de influir sobre los gobiernos, políticos, la prensa y sobre las
universidades, para que los científicos repitan sus trabajos, por más de que
estén mal hechos.
En Lavalle se registraron dos niños muertos, casos que están
judicializados, ¿usted qué opina?
Me parece que es una barbaridad lo que está pasado en
Lavalle. No sé cuántos muertos hay que poner sobre la mesa para que las
autoridades tomen medidas.
Existe una ley General del Ambiente en Argentina que
establece la aplicación del principio precautorio si hay sospecha de alguna
actividad que pueda generar un daño en la salud o en el ambiente. La Ley General del
Ambiente y el principio precautorio no se aplican, lo que sí se aplican son el derecho a la propiedad y
a los emprendimientos agrocomerciales de los empresarios; no puede ser que
prevalezcan esos principios antes que el derecho ambiental y los derechos
humanos. Lo de Lavalle demuestra que hay una complicidad en no tomar medidas.
Los niños se tienen que morir para que ahí se cambie el sistema de producción.
Es lamentable.
¿Quién financia el trabajo de Médicos de Pueblos Fumigados?
No tenemos financiamiento, básicamente somos una red de
médicos universitarios asentados en la Facultad de Medicina Córdoba y de medicina de
Rosario, que trabajamos en la inquietud de difundir esta situación para que se
conozca y está destinada a los equipos de salud. Nosotros, antes en la
facultad, no estudiábamos estos temas.
Es más, creíamos hasta el 2010 que los agroquímicos eran
seguros, como decía el Ministerio de Agricultura. Cuando empezamos a escuchar
los reclamos de las poblaciones más pequeñas, que atravesaban situaciones
dolorosísimas, comenzamos nuestro trabajo. Ojalá tuviéramos (se ríe)
financiamiento para ayudar relevamiento epidemiológico.
Fuente:
María José Canteros, Instan a revisar registros médicos debido al impacto de agroquímicos, 09/09/12, diario época.com. Consultado 10/09/12.
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