viernes, 20 de julio de 2012

Cerro Negro y Buenos Aires: el contagio antiminero

Un corte selectivo e informativo de ruta, y la toma de las casas porteñas de las provincias promineras, fueron dos de las acciones que parecen funcionar como punto de inflexión de la resistencia de diversas localidades del país frente al avance de los proyectos de megamiería a cielo abierto. Y todo en un momento en el que el propio Poder Judicial de La Rioja ordenó detener cualquier avance del proyecto de la canadiense Osisko Mining, en cumplimiento de la Ley de Glaciares. En Famatina celebran, pero tanto allí como en otros lugares de resistencia, saben que nunca conviene dormirse en los laureles.

Por eso, distintas asambleas ambientales de todo el país se reunieron el domingo 15 en Cerro Negro, Catamarca, en las intersecciones de las rutas nacionales 40 y 60, para debatir sobre el plan de nacionalización de la lucha contra la megaminería que incluyó, entre otras acciones, la toma pacífica de seis casas provinciales ocurrida el miércoles 18 en Capital Federal. Otra de las decisiones que acordaron fue comenzar un bloqueo selectivo e informativo en Cerro Negro, emulando los que ya existen en Tinogasta, Andalgalá (Catamarca) y Alto Carrizal (La Rioja) como otro punto estratégico que impide el paso de insumos y maquinarias hacia las mineras, particularmente Agua Rica -en Santa María, Catamarca-, proyecto tres veces mayor que Bajo Alumbrera. A su vez, el bloqueo controla el paso a localidades como Chilecito, Famatina, Belén, Susques y Tinogasta.

Porteñitis
Las casas de las provincias de Catamarca, Salta, La Rioja, Jujuy, Mendoza y San Juan de Capital Federal fueron ocupadas pacíficamente este miércoles 18 de julio. Desde las 12 del mediodía distintos grupos de personas intervinieron en las oficinas de estas sedes, explicaron las causas de las respectivas tomas donde se mantuvieron hasta pasadas las 14.30. Uno de los participantes, Hernán Ouviña, relató a lavaca que en la casa de Jujuy había seis personas adentro y unas 70 del lado de afuera. “Esto se replicó en las seis casas ocupadas pacíficamente”, aseguró. También resaltó que, si bien había efectivos policiales en el lugar, la jornada se desarrolló con tranquilidad.

El foco principal fue en la casa de Catamarca, donde pasadas las 13 se realizó una conferencia de prensa. En ella se volvió a recordar la solidaridad con el bloqueo en Cerro Negro y los cortes selectivos que se están llevando a cabo la comunidad de Susques. Lo consideraron “una forma de resguardar la seguridad de quienes están en dichas acciones”.

Cruce con pro mineros
El corte de Cerro Negro se realiza con la confluencia de vecinos de Tinogasta, Andalgalá, Belén, Famatina y otras localidades, que ya la semana pasada viajaron para acampar y trazar la logística de los bloqueos y asambleas. La semana pasada, cuando todavía los acampantes no eran cien, llegó desde no muy lejos una caravana con personas que se manifestaban a favor de la megaminería. Se instalaron frente a los asambleístas, con un despliegue sospechoso: “Instalaron carpas estructurales, estaban muy preparados, lo que demuestra una organización terrible frente al acampe nuestro. Lo entendimos cuando vimos a las camionetas de la municipalidad de Tinogasta acercando distintos insumos y materiales para que puedan instalar ese acampe”, cuenta desde Cerro Negro Darío Moreno, uno de los vecinos de Tinogasta que sufrió más de una represión.

Las fuerzas del desorden
El acampe “pro-minero” duró un día y medio. La noche del viernes 13 “sucedieron amenazas, quisieron asustarnos, tiraron bombas de estruendo a nuestro acampe, hubo cánticos e insultos, tiraron piedras a las camionetas”, cuenta Leonardo Moreno, también de Tinogasta. A pesar de la tensión, las cosas no pasaron a mayores.

El amanecer del sábado explicaría varias cosas. Los asambleístas despertaron rodeados de policías y organizaciones antimotines: “El grupo especial Kuntur, 4 camionetas de infantería, 6 autos de la policía provincial, móviles de la policía de Belén y otros de Tinogasta, y además la caballería”, enumera Leonardo. El despliegue no se entendió hasta pasado el mediodía: “Todo eso se puso en marcha en el momento en que pasó un convoy de camiones que estaban aguardando cerca de Cerro Negro. Cuando pasan esos camiones la patota va hacia la ruta, la caballería la sigue y se acerca el resto de los efectivos para que pasen los camiones. Teníamos en frente el aparto represivo policial y parapolicial”, dice.

Parapoliciales y becados
Darío llama “patota” y grupo “parapolicial” a esa gente que acampó desde el viernes hasta el mediodía del sábado para agredir a los asambleístas y asegurar el paso de camiones hacia las mineras. No los llama (más) “pro-mineros”: “Queremos avanzar sobre la terminología. El debate no es minería sí o minería no, porque no estamos en contra de la actividad minera, sino que se está discutiendo la modalidad que se aplica hoy en Argentina, la megamineria, una minería a gran escala que se hace a cielo abierto, con usos de explosivos para volar la montaña, y de una sopa química”, explica. Las distintas asambleas cordilleranas denuncian que estos grupos, en particular el que acampó en Cerro Negro, “están pagados con fondos de La Alumbrera, pero son conformados por propios vecinos de las localidades. “Sabemos que hay vecinos que han sido obligados porque cobran lo que acá se les dice becas, como si fueran planes sociales, entonces los presionan de manera directa. Otros nos dijeron que los han llevado engañados”, afirma Moreno.

Cómo defenderse
Uno de los temas que tuvo largo desarrollo en la asamblea del domingo 15 fue precisamente el de las agresiones, o alguna posible represión: “Lo que se definió es no responder ante ninguna agresión ya sea por la patota ni por los efectivos policiales”. La teoría es que este tipo de provocaciones se dan con lo que definen como “gente mandada”; la estrategia será entonces “defendernos yéndonos, corriéndonos e intentando que no nos repriman. La idea es no llegar a ningún hecho represivo sino que se produzca el debate. Estamos hartos que el único acercamiento del Estado sea con la represión, entonces no queremos ningún tipo de enfrentamiento sino manifestar pacíficamente lo que consideramos que es justo”.

La asamblea decidió además cambiar el concepto de “acampe” que se estaba manteniendo en Cerro Negro por el de “bloqueo selectivo e informativo”, al igual que los que se mantienen en las localidades de Tinogasta, Andalgalá y Alto Carrizal. ¿Cuál es la diferencia?: “El acampe tenía como función instalar la problemática y generar una presencia de personas de distintos lugares del país; las actividades que hacíamos eran hacia adentro del acampe y también sacábamos comunicados, información, salíamos en los medios pero sin intervenir. El cambio consiste en que llegó un momento en que vimos conveniente y necesario hacer un bloqueo selectivo e informativo, que se trata de pararnos sobre la ruta y no permitir que pase ningún camión que transporte máquinas o insumos que tengan que ver con la minería, y la información que repartimos a todos los que pasan es sobre las megamineras, sobre cómo nos afectan, y sobre el modelo extractivo”, dice Leonardo.

Lo que hay que nacionalizar
Otro tema relevante de los debates tiene que ver con la estrategia de nacionalizar el repudio a la megaminería en el país, más allá del bloqueo estratégico de Cerro Negro y el emprendimiento Agua Rica. La acción de la toma pacífica de seis casas provinciales en Capital Federal tuvo que ver con eso. En estos días hubo además volanteadas en la ciudad de Córdoba y Santa María de Catamarca, una marcha de antorchas en Bariloche, distintas actividades en Puerto Madryn. “El viernes 20 estará saliendo desde el Obelisco una caravana nacional hacia Cerro Negro y Tinogasta”, cuenta Moreno.

Otro anuncio: “Está comenzando un bloqueo informativo y selectivo en Patquia, en La Rioja, a 70 kilómetros de la capital, entre el viernes y el sábado, también por problemas de megamineras en el lugar”. En Cerro Negro también calculan que las movilizaciones alrededor del 36° aniversario de La Noche del Apagón en Libertador General San Martín, Jujuy, se sumarán a los reclamos antimineros.

La idea que complementa este brote de actividades informativas y bloqueos estratégicos es la de iniciar un debate serio respecto a la megaminería que evite las confusiones. Esta nacionalización del conflicto se hace, por un lado, para escapar a la regionalidad que desde hace años tiene atados a los vecinos a la indiferencia de los gobiernos provinciales, y para dar a conocer estas situaciones a todo el país. Lo explica Leonardo Moreno: “Es la primera vez que se hace la experiencia de este tipo, estamos discutiendo qué es el modelo extractivista, y formándonos entre todos”.

El bloqueo en Cerro Negro es por tiempo indeterminado, decidiendo día a día los pasos a seguir en una asamblea que consideran permanente. El grupo estable es de no menos de 150 personas, y una cantidad mucho mayor viajando desde Tinogasta, Famatina, Chilecito, Belén, Andalgalá y tantas otras, hasta Cerro Negro. El futuro dirá qué aprender de esta estrategia.

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