El Convenio sobre Diversidad Biológica fue abierto a la
firma en Río de Janeiro, durante la
Cumbre de las Naciones Unidas sobre Ambiente y Desarrollo,
denominada 'La Cumbre
de la Tierra'
y entró en vigor el 29 de diciembre de 1993. La Argentina lo ratificó en
el año 1994, designándose a la Secretaría de Ambiente y
Deasarrollo Sustentable como Autoridad de Aplicación, y actualmente cuenta con
187 países Partes.
Los tres objetivos del Convenio son la conservación de la
diversidad biológica, el uso sostenible de sus componentes y la participación
justa y equitativa de los beneficios derivados del uso de los recursos
genéticos.
Desde su entrada en vigor, se han celebrado siete reuniones
de la Conferencia
de las Partes, durante las cuales los países se reúnen y adoptan decisiones
para la implementación de este importante tratado.
El 11 de septiembre de 2004, entró en vigor el Protocolo de
Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología del Convenio sobre Diversidad
Biológica, un importante instrumento internacional que regula los movimientos
de organismos vivos modificados por medio de la biotecnología, que proporciona
un marco normativo internacional para conciliar las necesidades respectivas de
protección del comercio y del medio ambiente en una industria mundial de rápido
crecimiento: la industria de la biotecnología.
Dentro de la
Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable, el Grupo de
Trabajo sobre Conservación de la Biodiversidad se ocupa de la implementación de
las obligaciones del Convenio sobre Diversidad Biológica en el ámbito nacional.
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