La aprobación del megaproyecto Hidroaysén, que busca construir 5 represas en la Patagonia chilena para abastecer de energía a gran parte del país, desató diversas reacciones y generó protestas callejeras en las principales ciudades.
Doce funcionarios regionales del gobierno de Sebastián Piñera integraron la Comisión de Evaluación Ambiental (CEA) y escucharon en Coyhaique, ubicado a unos 1.700 kilómetros al sur de Santiago, las presentaciones de la empresa y los detractores.
El dictamen fue claro, con 11 votos a favor y uno en contra. Pero los opositores agrupados en organizaciones ambientalistas como Patagonia sin Represas, Greenpeace o la fundación Terram no quedaron conformes, y acusan presiones desde el palacio de La Moneda.
El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, señaló horas antes de la votación que "para el país sería bueno" que el proyecto se aprobara. Esta expresión evidencia la postura del gobierno, según dijo a BBC Mundo Flavia Liberona, directora ejecutiva de Terram.
"Quien habla ayer es el ministro Hinzpeter diciendo que el proyecto es necesario para el país, y él es el jefe de todos los intendentes de Chile, y quien decide la comisión que evalúa ayer es la intendenta", planteó, recalcando que "hay un lobby evidente".
Las autoridades destacaron el cumplimiento de la ley y la ministra vocera del gobierno, Ena von Baer, aseguró que se trató de "un proceso transparente, que se ha apegado a la institucionalidad ambiental que nosotros tenemos".
El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, señaló horas antes de la votación que "para el país sería bueno" que el proyecto se aprobara. Esta expresión evidencia la postura del gobierno, según dijo a BBC Mundo Flavia Liberona, directora ejecutiva de Terram.
"Quien habla ayer es el ministro Hinzpeter diciendo que el proyecto es necesario para el país, y él es el jefe de todos los intendentes de Chile, y quien decide la comisión que evalúa ayer es la intendenta", planteó, recalcando que "hay un lobby evidente".
Las autoridades destacaron el cumplimiento de la ley y la ministra vocera del gobierno, Ena von Baer, aseguró que se trató de "un proceso transparente, que se ha apegado a la institucionalidad ambiental que nosotros tenemos".
Batalla larga
La decisión de la CEA desató manifestaciones en las principales ciudades del país y la más masiva se registró en Santiago, culminando con 63 detenidos y diversas acusaciones contra la policía por uso excesivo de la fuerza.
Los opositores a Hidroaysén llamaron a una marcha nacional el próximo 21 de mayo, día en que el presidente debe dar su cuenta anual ante el Congreso. Uno de los principales impulsores de la protesta es el senador Antonio Horvath, del partido Renovación Nacional, al que Piñera perteneció hasta antes de asumir.
Es esta respuesta popular la que hace que los ambientalistas y ecologistas no den por perdida la batalla, en especial porque el megaproyecto aún debe enfrentar una segunda etapa clave que es la forma en que desplegará el tendido eléctrico a lo largo de unos 2.300 kilómetros.
"Esto es frustrante, pero aquí se inicia una batalla larga donde creemos que la ciudadanía se va a ir sumando más que restando. Hubo manifestaciones ayer, pero cuando el tendido eléctrico se esté evaluando y la gente vea amenazado su territorio, se va a manifestar aún más", indicó Flavia Liberona.
Ignorancia
La última encuesta al respecto, elaborada por la empresa Ipsos a principios de abril, arrojó que el 61,1 % de los chilenos rechaza el proyecto, frente a un 29,1 % que lo apoya.
Quienes están a favor de estas represas recalcan que son indispensables para el desarrollo futuro del país, como explicó a BBC Mundo Francisco Aguirre, director de la firma Electroconsultores.
"Nosotros nos vamos a quedar sin energía si es que no desarrollamos estos proyectos y muchos otros, al punto que Hidroaysén es la quinta parte de lo que necesitamos cuando esté terminado completamente", afirmó, para subrayar que quienes protestan son "gente ignorante que no sabe a qué está haciendo oposición".
El proyecto fue presentado en 2008 y pretende intervenir los caudalosos ríos Baker y Pascua con 5 centrales que permitirían aportar con 2.750 megawatts al sistema que abastece a gran parte del país. Se trata de una inversión de US$ 3.200 millones, y estaría totalmente operativo en 2025.
Lo que viene
La aprobación del lunes es un primer paso. Si se presentan apelaciones, la palabra final la tendrá un consejo de ministros formado por los titulares de Salud, Medio Ambiente, Agricultura, Economía, Energía y Minería. Y de ahí quedará la vía judicial nacional o internacional.
Ante esto, en Hidroaysén destacan el resultado de la votación pero subrayan que todavía queda una segunda parte con la línea de transmisión, cuyo estudio de impacto ambiental ingresará a tramitación al sistema recién en diciembre de este año.
Ante esto, en Hidroaysén destacan el resultado de la votación pero subrayan que todavía queda una segunda parte con la línea de transmisión, cuyo estudio de impacto ambiental ingresará a tramitación al sistema recién en diciembre de este año.
"No se va a construir nada hasta que no se apruebe la línea de transmisión", sostuvo el presidente ejecutivo del proyecto, Daniel Fernández.
Actualmente hay presentaciones ante la justicia y ante la Contraloría para impedir que la iniciativa se concrete, mientras desde Patagonia sin Represas advirtieron que incluso están dispuestos a recurrir a organismos internacionales.
Otra idea de los opositores fue pedir la intervención directa del presidente Piñera, recordando lo que hizo en agosto de 2010 cuando, a través de un contacto personal, evitó la construcción de la central termoeléctrica Barrancones en la localidad llamada Punta de Choros, reserva natural del pingüino de Humboldt.
Pero esto fue rechazado por el ministro Hinzpeter. "Es simple, Barrancones podría haber arruinado y extinguido Punta de Choros, Hidroaysén no arruina ni extingue la Patagonia", sentenció.
Fuente:
BBC 10/05/2011
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