Campo de silos con combustible nuclear gastado de la Central Nuclear Embalse. Foto: Autoridad Regulatoria Nuclear. |
por
Raquel Montón
El
gran talón de Aquiles, los residuos radiactivos, que según los
defensores de la energía nuclear Sólo se producen pequeñas
cantidades de residuos radiactivos que son perfectamente manejables.
Argumentos
Estos
son los argumentos utilizados, el primero es que el problema se
resolverá solo porque los residuos nucleares eventualmente perderán
su radiactividad; el segundo es que varios países están trabajando
en una solución que implica poner los residuos radiactivos bajo
tierra (almacenamiento geológico en profundidad); en tercer lugar es
que pueden reciclarse; y en algunos casos añaden que los reactores
de IV generación permitirán solventar este problema, aunque este
último argumento ya fue explicado en el segundo artículo de esta
serie (1). De cualquier manera las afirmaciones anteriores son, en el
mejor de los casos, simples y pueden llevar a engaño.
Los
principales puntos sin resolver relativos al asunto del
almacenamiento geológico en profundidad tienen que ver con los
plazos de tiempo necesarios para evitar de forma segura que los
residuos nucleares se propaguen al medio ambiente, incluidos los
posibles impactos radiológicos sobre la futura sociedad humana,
porque mientras la estabilidad de las naciones se mide en años,
décadas o siglos en el futuro, la viabilidad de esos estados en
términos de miles de años es absolutamente incierta.
Miles
de años para perder la radiación
En
primer lugar es cierto que los isótopos radiactivos pierden su
radiación con el tiempo, pero para muchos elementos radiactivos del
combustible nuclear gastado de las centrales nucleares, se necesitan
de cientos de miles a millones de años. El plutonio-239, por
ejemplo, es extremadamente radiotóxico (la inhalación de solo 7
microgramos causa cáncer de pulmón) y tarda aproximadamente un
cuarto de millón de años antes de que pierda su radioactividad. El
yodo-129 es un emisor beta con una vida media de 15 millones de años.
Aparentemente es mucha la paciencia la que parecen tener algunas de
las personas que defienden este argumento.
Almacenamiento
geológico
Respecto
de las opciones de gestión a largo plazo para los residuos
nucleares, es verdad también que muchos países las están
estudiando, sin embargo, hasta ahora no ha habido un diseño
operativo de emplazamiento final. La opción del almacenamiento
geológico en profundidad está siendo considerado actualmente por la
mayoría de los países, incluida España, como la «mejor opción
disponible», pero según el IPCC «No existe una disposición final
geológica de los desechos de alto nivel de las centrales nucleares
comerciales actualmente en operación, pero Finlandia y Suecia son
los más avanzados en el desarrollo de instalaciones de disposición
geológica para la disposición directa del combustible gastado
(Posiva Oy, 2011, 2012; SKB, 2011). En Finlandia, la construcción de
la instalación de eliminación geológica está en progreso y la
eliminación final del combustible gastado comenzará a principios de
2020 (Posiva Oy, 2012) ” (2).
No
existe, por lo tanto, un depósito subterráneo para residuos de alta
actividad y de larga vida en ningún lugar del mundo que esté
actualmente operativo (3). A día de hoy ningún país del mundo
dispone de un repositorio subterráneo viable, seguro y sostenible a
largo plazo. Incluso en Suecia y Finlandia, donde las iniciativas por
parte de la industria nuclear son más avanzadas, sigue habiendo
numerosas cuestiones sin resolver sobre las justificaciones
científicas para la disposición, así como obstáculos para la
realización de estos proyectos debido fundamentalmente a cuestiones
de aceptación política, legal y pública.
Los
principales puntos sin resolver relativos al asunto del
almacenamiento geológico en profundidad tienen que ver con los
plazos de tiempo necesarios para evitar de forma segura que los
residuos nucleares se propaguen al medio ambiente, incluidos los
posibles impactos radiológicos sobre la futura sociedad humana,
porque mientras la estabilidad de las naciones se mide en años,
décadas o siglos en el futuro, la viabilidad de esos estados en
términos de miles de años es absolutamente incierta.
Tampoco
es posible hoy en día garantizar la integridad geológica,
incluyendo pozos de disposición y emplazamientos impermeables; o
cómo garantizar y llevar a cabo el mantenimiento futuro en
instalaciones de residuos nucleares subterráneas que puedan haber
quedado obsoletas. Se desconoce científicamente cómo evolucionarán
los residuos y sus sistemas de contenedores con el paso de los
siglos. Y no es posible garantizar la financiación, dado que los
costes siguen siendo estimaciones y los plazos sobrepasan la
viabilidad comercial de la actual producción de los residuos
nucleares. Ninguna de estas ni otras cuestiones están resueltas.
Los
residuos radiactivos no se reciclan
En
tercer lugar es un mito que los residuos nucleares pueden ser
reciclados. Las barras de combustible nuclear gastadas pueden
reprocesarse. Esta es una práctica en la que una pequeña proporción
de las sustancias radiactivas, en particular el uranio y el plutonio
que aún se pueden usar, se separan del combustible nuclear gastado
por procesos químicos.
Un
ejemplo de este proceso es lo que se ha hecho con los residuos que
quedaron del reciclaje del combustible de Vandellós I tras el
accidente de 1989, Francia se quedó con el uranio (un 95 % del
combustible gastado) y el plutonio (1 %), pero el resto de los
desechos fisibles (un 4 % mezclado con vidrio) deberán volver a
España. Es decir el proceso no evita residuos radiactivos
secundarios, y el uranio y el plutonio recuperados pueden convertirse
en combustible nuclear y reutilizarse en una planta de energía
nuclear (combustible nuclear MOX). Pero eso es todo lo que se puede
reutilizar, porque las barras de combustible MOX utilizadas ya no son
«reciclables» y son aún más problemáticas en términos de
gestión de residuos que las barras de combustible gastado comunes.
Continúan produciendo calor mucho más tiempo que el combustible de
uranio convencional y tienen un mayor flujo de neutrones.
En
el siguiente capítulo, la energía nuclear es favorable para cumplir
con los objetivos climáticos.
Raquel Montón, responsable de las campañas de Energía Nuclear y Movilidad en Greenpeace
- Los mitos energéticos del eco-modernismo (2 de 9). Las nuevas tecnologías nucleares producirán plantas de energía nuclear seguras y sin residuos nucleares.
- Página 532 de Energy Systems – IPCC. https://www.ipcc.ch/site/assets/uploads/2018/02/ipcc_wg3_ar5_chapter7.pdf
- “THE GLOBAL CRISIS OF NUCLEAR WASTE” Greenpeace Francia, 2019 https://cdn.greenpeace.fr/site/uploads/2019/01/REPORT_NUCLEAR_WASTE_CRISIS_ENG_BD-2.pdf?_ga=2.45833828.1391374059.1565778172-116067067.1560434429 Documento de síntesis (en castellano) https://es.greenpeace.org/es/wp-content/uploads/sites/3/2019/01/DOCUMENTO-DE-SINTESIS.pdf
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Fuente:
Raquel Montón, Los mitos energéticos del eco-modernismo (4 de 9), 25 noviembre 2019, EnergyNews.
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