Cedió. En el sector inferior derecho se ve el lugar por donde ingresa el agua. Foto FM Dale! de Venado Tuerto |
Un experto de la UNR analiza la situación del espejo de agua y dice: "Si se hubiera empezado a actuar hace 40 años, hoy estaríamos mejor".
por Jorgelina
Hiba
Las imágenes que
muestran la situación desesperante que atraviesa Melincué no son
nuevas, y podrían haberse evitado o al menos mitigado de no haber
mediado acciones humanas que empeoraron el escenario natural de la
laguna. Eso opina Eduardo Peralta, director del Instituto de
Fisiografia y Geología de la facultad de Ciencias Exactas,
Ingeniería y Agrimensura de la UNR, quien señaló que a la hora de
buscar razones para la tragedia social y ambiental que padece esa
zona del sur provincial hay que mirar para dos lados: las causas
naturales pero también las antrópicas, o sea las generadas por el
hombre.
Las lluvias
mayores a los promedios históricos y el cambio en el uso del suelo
por deforestación e introducción de otras formas de producción
agrícola, más la demora en la ejecución de algunas herramientas
normativas que pueden ayudar como la ley provincial 11.634 sobre
humedales -sancionada en 1999 pero sin reglamentación al día de
hoy- ayudan a entender por qué las inundaciones de Melincué se
repiten como tragedia anunciada desde hace años y, lejos de
evitarse, empeoran.
Estas
modificaciones del entorno contribuyeron a alterar lo que el
especialista denomina el ciclo hidrológico del agua, que va desde la
cantidad de lluvia caída hasta lo que se "evapotranspira"
(vuelve a la atmósfera) y absorbe antes de llegar a llenar ese
enorme fuentón que es Melincué.
"No hacemos
un adecuado manejo del agua, cuando hay abundancia la evacuamos con
bombeo y después vienen años de sequía que afectan también",
sintetizó el experto, quien detalló que la cuenca tiene 70 mil
hectáreas con forma de palangana, donde lo que llueve arriba siempre
termina más abajo.
El problema es
que el tránsito del agua hacia la laguna ya casi no tiene
obstáculos, por lo que es mucho más veloz que hace años. Esto se
explica -según argumentó- por el desplazamiento de un modelo
agrícola que permitía mayores niveles de absorción y que incluía
pastizales y montes de árboles.
"Hoy todo
eso no existe y ya no hay obstáculos para que la lluvia descienda
hacia la laguna. Se ha interrumpido el ciclo del agua donde una parte
se precipita, otra se infiltra y otra se evapotranspira y ahora toda
la lluvia va rápidamente hacia el mismo lugar", subrayó
Peralta.
Historia
El escenario
natural de Melincué siempre estuvo relacionado con excesos hídricos.
Basta detenerse en la enumeración de las crecidas: las del siglo
XIX, y ya en el siglo pasado, a partir de 1932, las de 1941, 1965, y
1975/76, cuando se cortó el camino al balneario y el hotel quedó en
parte bajo agua. "El período del `74 L `83 fue de una gran
cantidad de agua", recordó el experto.
Más tarde hubo
otra crecida importante, entre 1993 y 1994, que cortó la ruta 90, y
otra en 2003 que volvió a cortar los caminos poco antes de la
construcción del casino y la estación de bombeo.
Después, bajo la
gobernación de Carlos Reutemann, se decidió construir la obra de
bombeo, que siempre fue "un paliativo" pero que sirvió
para evacuar el agua.
Peralta indicó
que ese año la facultad implementó una metodología de reporte
técnico donde se describía la situación y se sugerían qué
medidas tomar en el corto, mediano y largo plazo: "La idea era
mirar hacia adelante para evitar este tipo de situaciones",
recordó.
Ese plan de
manejo sustentable incluía medidas estructurales o duras -esto es,
obras-, y otras no estructurales o blandas, como fomentar la
participación comunitaria, regular el uso del territorio, incluir
programas de forestación, controlar los desequilibrios en los
ecosistemas y estudiar los suelos y el sedimento de la laguna. La
sordera política y la lógica cortoplacista de los negocios
agropecuarios jugaron en contra.
Otra de las
razones que deben ser evaluadas es el régimen pluvial: "Las
lluvias en esa zona siempre fueron de alrededor de 900 milímetros
por año, pero ahora estamos por encima de esos valores".
Propuestas
Según el
especialista, desde el principio se supo que la estación de bombeo
era un paliativo que no podía ser considerado como la solución al
problema hidrológico de la región.
Desde su visión,
es fundamental un trabajo conjunto de las nueve comunas que conforman
la cuenca: Melincué, Elortondo, Chapuy, Carmen, Santa Isabel,
Hughes, Labordeboy, Carreras y Miguel Torres. "El comité de
cuenca es una buena herramienta así como el plan estratégico del
humedal provincial del año 99, pero le falta la reglamentación".
También mencionó
algunos proyectos elaborados por alumnos de Agrimensura de la UNR,
entre los que destacó uno que proponía intervenir un camino de la
zona para poder retener el agua en los campos bajos, utilizarlos como
reservorio y hacer un alteo del camino, una solución "sustentable"
que usaba a su favor la topografía del lugar. También destacó la
importancia de llevar adelante un plan de forestación, ya que los
árboles "trabajan naturalmente" bombeando agua.
"Hay medidas
para ir haciendo pero llevan tiempo. Si hubiéramos arrancado hace 40
años hoy estaríamos mejor, así que alguna vez hay que empezar",
remató.
Fuente:
Jorgelina Hiba, "Lo que pasa en Melincué es por la naturaleza y la acción del hombre", 14/05/17, La Capital. Consultado 15/05/17.
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