El siguiente
poema fue escrito por Carlos Garibay a raíz de la inundación de la
ciudad de Santa Fe en 2003. El agua llegó a seis cuadras de su
vivienda. Así todo, se sintió movilizado: "Los que no
estuvimos afectados directamente tenemos una obligación adicional.
Te vas enterando de lo que pasa, te queda adentro y de alguna forma
sale".
Empezar de nuevo
Yo tenía miedo a
la obscuridad, hasta que las noches se hicieron largas y sin luz
Yo no resistía
el frío fácilmente, hasta que aprendí a subsistir en ese estado
Yo le tenía
miedo a los muertos, hasta que tuve que dormir en el cementerio
Yo sentía
rechazo por los rosarinos y por los porteños, hasta que me dieron
abrigo y alimento
Yo sentía
rechazo por los judíos, hasta que le dieron medicamentos a mis hijos
Yo lucía
vanidoso mi pullover nuevo, hasta que se lo dí a un niño con
hipotermia
Yo elegía
cuidadosamente la comida, hasta que tuve hambre
Yo desconfiaba de
la tez cobriza, hasta que un brazo fuerte me sacó del agua
Yo creía haber
visto muchas cosas, hasta que vi a mi pueblo deambulando sin rumbo
por las calles
Yo no quería al
perro de mi vecino, hasta que aquella noche lo sentí llorar hasta
ahogarse
Yo no me acordaba
de los ancianos, hasta que tuve que participar en los rescates
Yo no sabía
cocinar, hasta que tuve frente a mí una olla con arroz y niños con
hambre
Yo creía que mi
casa era más importante que las otras, hasta que todas quedaron
cubiertas por las aguas
Yo estaba
orgulloso de mi nombre y apellido, hasta que todos nos transformamos
en seres anónimos
Yo no tenía
buena memoria. Tal vez por eso ahora no recuerde a todos, pero tendré
igual lo que me queda de vida para agradecer a todos
Yo no te conocía,
ahora eres mi hermano
Teníamos un río,
ahora somos parte de él
Es la mañana. Ya
salió el sol y no hace tanto frío. Gracias a Dios
Vamos a empezar
de nuevo
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