Lo señala un informe elaborado por la Cátedra de Biología Evolutiva de la Universidad de Córdoba, donde se resaltan las consecuencias que trae aparejado el derrame de metales pesados y fugas en el mineraloducto que atraviesa Tucumán y vuelca líquidos residuales en el Canal DP2, tributario de la cuenca Salí-Dulce.
La actividad desarrollada por la minera Bajo La Alumbrera no sólo es
objeto de preocupación para las poblaciones catamarqueñas que se ven afectadas
en sus cualidades sanitarias y ecológicas, sino también resultan relevantes los
efectos que produce sobre el propio territorio tucumano, en especial sobre sus
cursos hidrológicos, que a la vez condicionan el equilibrio natural de la
cuenca Salí-Dulce.
Un informe elaborado por el profesor Titular de Biología
Evolutiva (Universidad Nacional de Córdoba), Raúl Montenegro, da cuenta de la
degradación ambiental provocada por el yacimiento en la zona aludida
anteriormente.
El documento se encuentra confeccionado
con argumentos técnicos y fue elevado a rectores de las Universidades
Nacionales, con el objeto de rechazar los fondos provenientes de YMAD
(Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio) donde sus principales socios son la UNT y la provincia de
Catamarca.
Montenegro, quien además fue Premio Nobel Alternativo en
2004 (RLA, Estocolmo, Suecia) advierte que La Alumbrera "no
solamente contamina en Catamarca sino que ha exportado su contaminación a
Tucumán, donde llega el mineraloducto de 316 kilómetros de
largo. Allí el concentrado de mineral es secado, y los líquidos residuales se
vuelcan al canal DP2 que descarga sus aguas en el río Salí y por lo tanto en el
Dique Frontal de Río Hondo en Santiago del Estero".
Antecedentes
Se resalta en el informe que la planta (ubicada en Cruz del
Norte) descarga gran cantidad de residuos sólidos con metales pesados y otras
sustancias tóxicas, además de indicar que otra fuente importante de
contaminación son las roturas y fugas del mineraloducto que transporta pulpa de
concentrados.
Al respecto, vale indicar que Juan González, ex director de
Ambiente de Tucumán, sostuvo que cada hora llegan a esa provincia "más
de 70.000 Kg
de material sólido. Este material sólido, con todos los contaminantes químicos
asociados, se deposita en el fondo del canal DP2 y eventualmente en el dique de
Termas de Río Hondo. Se debe aclarar que en estos sólidos también estarían
incluidos elementos que nunca se han analizado, como tierras raras y
radiactivos", enuncia parte del análisis elaborado.
Los fundamentos esgrimidos por Montenegro para sostener su
estudio, enumeran una serie de hechos suscitados que determinaron un nivel de
gravedad para el ecosistema. Se recuerda, en este sentido, que en 1999 se
produjo un derrame en las cercanías del dique Villa Lola, en Alpachiri, a 14 kilómetros de
Concepción. Además, en septiembre de 2006 un estudio realizado por la CNEA (Comisión Nacional de
Energía Atómica) reveló que el agua de la plaza Abel Peirano, del barrio El
Nevado (Concepción) contenía valores de mercurio ubicados muy por encima de los
límites que establece el Código Alimentario de Argentina para agua potable.
Por otra parte, en agosto de 2007, ante la posibilidad de un
vínculo entre esa contaminación y los restos de concentrado enterrados ocho años
atrás luego de la rotura del mineraloducto en Villa Lola, la Secretaría de Medio
Ambiente tucumana obligó a La
Alumbrera a extraer el material enterrado.
En el caso estricto de esta planta de filtros, el informe
resalta que "produce efectos locales, y extiende sus impactos con
descargas residuales al canal DP2". Siguiendo esta línea, González, quien
denunció ante la
Justicia Federal al yacimiento, indicó que las aguas del
canal DP2 "han sido degradadas en su condición físico-química por el
volcado del efluente proveniente de la planta de filtrado y secado" de la
minera.
Información respaldada
Asimismo, Montenegro (presidente de la Fundación para la Defensa del
Ambiente-FUNAM) adiciona en su informe que pericias realizadas por Gendarmería
Nacional detallan que muestras de agua tomadas del canal DP2 muestran "un
alto contenido de cobre y sulfatos superando los límites establecidos por la
ley 24.051 de Residuos Peligrosos para el parámetro cobre", como así
también la presencia de cianuro en el agua.
En tanto, vale destacar que, según lo consignado en el
documento, en marzo de 2007 la propia Secretaría de Minería de la Nación reconocía en un
informe que Minera Alumbrera contaminaba. Se refirió entonces a los elevados
contenidos de metales en el canal DP2: "Las mediciones realizadas en Tarea
5 indican que el efluente de la planta de tratamiento de Minera Alumbrera
presenta concentraciones de SDT, sulfatos y molibdeno detectadas en el comienzo
del canal que superan los límites normados".
El organismo federal, postulaba también que "a lo largo
del curso y con el aporte del agua superficial y subterránea de la zona puede
observarse un notable incremento en las concentraciones de SDT, sulfatos,
hierro, manganeso, arsénico y boro, superando los límites establecidos por la
normativa aplicable. El impacto considerado es de carácter negativo, con un
fuerte grado de perturbación y un alto valor ambiental. La intensidad del mismo
resulta alta, de extensión regional, permanente y parcialmente reversible. El
riesgo de ocurrencia es cierto y el impacto se califica con un valor de 7, que
representa un impacto medio", describió en su momento.
“Clientelismo de empresa”
Lo planteado por Montenegro en su trabajo de investigación
ahondó, al mismo tiempo, en caracterizar el impacto social y ambiental generado
en el corto, mediano y largo plazo que conlleva la explotación de oro y cobre
por parte de La Alumbrera.
De este modo, puntualizó la destrucción irreversible de
ambientes nativos en el área de explotación, y afectación de ambientes
naturales próximos por eventual dispersión de partículas, y derrames ácidos
mineros. "Esto provoca una alteración en el pasaje de especies y genes, y
fragmentación de ambientes que previamente mostraban una cierta
continuidad", se precisa.
Advierte, paralelamente, que se produjo una "distorsión
e incluso destrucción de cuencas hídricas superficiales y subterráneas.
Eventualmente alteración de la regularidad hídrica (cantidad de agua disponible
por año y por estación) y clara modificación de la calidad del agua". De
acuerdo a las consideraciones expresadas por Montenegro (quien recibió el
Premio a la
Investigación Científica , otorgada por la Universidad de Buenos
Aires) minas como Alumbrera "contribuyen a destruir fábricas naturales de
agua. Los derrames ácidos mineros generan además nuevos modelos de calidad
hídrica cuya distorsión continúa por décadas incluso después del cierre formal
de la mina".
Al respecto, como datos estimativos, se señala que el
yacimiento consume cuatro millones de litros de agua por hora, es decir más de 65.000 litros de agua
por minuto. Según el Ente Nacional de Regulación de la Electricidad , la mina
consume el 25 por ciento de la energía eléctrica suministrada a la Región del NOA y el 87 por
ciento del consumo total de la provincia de Catamarca.
En lo que refiere a la contaminación del aire, el documento
agrega que la misma es producida por el uso de explosivos y el efecto del
viento sobre materiales que pueden ser arrastrados (por ejemplo dispersión de
arsénico, un "cancerígeno humano cierto" según la Agencia Internacional
de Investigación sobre el Cáncer, (IARC).
A su vez, recalca que los vehículos de Alumbrera consumen además
unos 33 millones de litros de gas-oil por año, cuya combustión descarga óxidos
de nitrógeno, aldehídos, hidrocarburos y metales pesados, entre otros
contaminantes primarios.
Montenegro sostiene que la actividad del yacimiento
posibilita la "generación de campos magnéticos y eléctricos en todo el
tendido de la línea de alta tensión entre El Bracho y La Alumbrera (220 Km ), lo que provoca un
aumento de 1,7-2,0 veces en el riesgo de que los niños contraigan
leucemia". En torno a dicho tópico, se expone que el IARC concluyó
recientemente que "la evidencia científica, en particular la evidencia
relacionada con la leucemia infantil, sugiere que los campos electromagnéticos
son posibles cancerígenos para los humanos, Categoría 2 B".
Finalmente, en el informe se recalca que con el
funcionamiento de la minera se favorecen procesos locales, regionales e incluso
nacionales de 'derrame' de recursos económicos en comunidades usualmente
postergadas por los gobiernos, "con lo cual se genera clientelismo de empresa.
Disminuye la libertad de expresión, y se facilita el ocultamiento de muertes
laborales, accidentes y niveles de contaminación. La asociación
empresa-gobiernos-proveedores agrava este proceso. Dos de los recursos más
perversos de las corporaciones mineras son capacidad de espera, y capacidad
económica para esperar. Su compleja trama de compras, ventas y fusiones les
permite además, como efecto colateral, diluir o por lo menos confundir sus
responsabilidades ante malas prácticas", concluye el documento.
Fuente:
Argenpress, 17/02/12, "Argentina. Informe Científico. La Alumbrera exportó la contaminación de Catamarca a Tucumán".
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