lunes, 30 de enero de 2012

Debe haber cárcel para quienes contaminan

Cuando escucho a gobernantes sostener que no hay contaminación ambiental por las explotaciones mineras como las que se quieren intentar en Famatina, me pregunto a quién quieren engañar.

por Antonio Gómez 

Cada vez que leo que la minería a cielo abierto no contamina me pregunto de dónde sale semejante información. Cuando escucho a gobernantes sostener que no hay contaminación ambiental por las explotaciones mineras como las que se quieren intentar en Famatina, me pregunto a quién quieren engañar.

¿Por qué no le van a decir eso a los niños de Abra Pampa, Jujuy, que en su gran mayoría sufren plombemia y saturnismo por la concentración de plomo en sangre? La cantidad de causas penales que me tocó iniciar por delitos ambientales causados por las explotaciones mineras que hacen dinero a base de la salud de los más humildes pueden leerse en nuestra página www.fiscaliagraltucuman.gov.ar/medio-ambiente/mineras-varias.

¿Cómo sabemos que es un delito ambiental? Fácil: la ley nacional 24.051 y su decreto reglamentario establecen los niveles de contaminación por encima de los cuales estamos cometiendo un crimen. Son delitos federales. Por ejemplo, en la causa penal que seguimos contra Minera La Alumbrera, cuando la cámara federal de Tucumán procesó a Julián 
Rooney, uno de los máximos directivos de la empresa, estaba acreditado en el expediente a través de la propia información dada por la compañía 
que se estaría volcando un promedio de mil kilos anuales de estroncio a la cuenca del río Salí-Dulce. ¿Recuerdan Fukushima?

Dicho en otros valores, La Alumbrera informó que volcó cadmio (entre muchos metales pesados) cien veces por encima de los valores permitidos por la ley penal ambiental. Volcó plomo en un valor excedido 50 veces; cobre, 69 veces; mercurio, 300 veces, y así sigue una larga lista de sustancias contaminantes que, día a día, se tiran hasta hoy en un canal que lleva todos estos desechos al dique El Frontal, en las termas de Río Hondo, Santiago del Estero. No debe olvidarse que toda esta carga se va depositando en los cursos de agua que llegan hasta Mar Chiquita, en Córdoba.

Puede preguntarse el porqué de tantas demoras judiciales con estos expedientes. Para hacer dinero en este mundo globalizado es imprescindible contaminar. Países como los de América latina abren sus brazos a estas inversiones multimillonarias. Aquí está el eslabón más débil: no hay cárcel para los que contaminan.

Antonio Gómez es Fiscal Federal de Tucumán.
Fuente:
La Voz del Interior, 29/01/2012, "Debe haber cárcel para quienes contaminan". Consultado 29/01/2012.

1 comentario:

  1. Se trata de Abra Pampa en la Puna Jujeña, condenados por la codicia capitalista de los empresarios y mineras, un desastre ambiental que aún no tiene responsables ni culpables, pero que la sufren miles de habitantes-Esta nota de un diario, confirma la existencia de un poderoso que intima al ser existente del lugar como la basura del colonialismo ambiental. Es que el habitante no tiene ni voz ni voto, ni goza de la protección de leyes de la Constitución Nacional. Es considerado como el esclavo, el idiota, el hazme reír, piojoso, lleno de enfermedades: convulsiones, mareos, vómitos, parálisis, demencia y deterioro neurológico. El objetivo del poderoso es deprimir al nativo , disminuir, disgregar, aplastar e invisibilizar. Tan solo por la importancia monetaria de los recursos naturales que existen en el territorio milenario. A fin, contribuye a la desertificación de la Puna mediante la contaminación química y la operación minera Con su fundamento menosprecia la vida de sus habitantes y se preocupa por la disminución de la natalidad ; y, con sagacidad y astucia se codea con corruptos y malsanos, y puede encubrir este acto ilegal. Entonces hay un responsable que obvia las leyes de salvaguardar la vida como el Art. 41 de la Constitución Nacional… gozan del derecho a un ambiente sano, equilibrado… y de la ley 26061 de protección integral de los derechos de la niña, niño,adolescente, familia. Este poderoso tiene nombre y apellido y se llama Estado Provincial Jujuy y bajo su manto desfilan los encubridores que son integrantes del poder ejecutivo provincial, judicial, legislativo, también diputados nacionales por Jujuy y senadores, y otros funcionarios públicos de la nación y de la provincia de Jujuy.

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