domingo, 7 de agosto de 2011

Fallas de obras hidráulicas: la tragedia de Ribadelago


En la España de la década de 1940, con el fin de satisfacer las crecientes demandas de energía en las grandes ciudades como Madrid, se hechó mano a aquellas zonas cuyos recursos naturales cumplían el perfil deseado.


Así se planificó el aprovechamiento hidroeléctrico de la cuenca alta del río Tera o salto Moncabril. El río Tera, inmediatamente aguas arriba del lago Sanabria, se divide en tres brazos: el Segundera, el Cárdena y el Tera propiamente dicho. Estos ríos descienden desde una altiplanicie situada por encima de la cota 1.600 metros hasta el nivel del lago, en un curso típicamente torrencial, salvando bruscamente el enorme escalón que los separa del lago, situado a 1.000 metros sobre el nivel del mar.


Para conseguir la reserva de agua se crearon una serie de embalses, recreciendo algunas lagunas existentes o antiguas colmatadas, una de ellas era Vega de Tera.

El proyecto se concreta en 1953, la construcción de la presa se inicia en junio de 1954 y finaliza en noviembre de 1956. Es inaugurada por el general Franco cuando las obras aún no han concluido. Un total de 1.300 hombres trabajaron en Vega de Tera en condiciones extremas. Se trataba de una presa de gravedad, de pantalla de hormigón aligerada con cotrafuertes de mampostería, de 33,5 metros de altura y 300 metros de largo, con una capacidad de 11 hectómetros cúbicos.

El día 9 de enero de 1959 cayeron lluvias torrenciales sobre toda la comarca de Sanabria. Los encargados de la presa estaban preocupados porque estaba al límite de su capacidad y necesitaban desembalsar agua. Pero el único modo de llegar hasta la compuerta para abrirla era pasando por una estrecha cornisa de cemento, sin sujección ni protección alguna, azotada por el viento y el agua, que además se encontraba helada (hacían -18 Cº bajo cero). Tras arduos esfuerzos se consiguió acceder a la compuerta, no se pudo abrir más de 25 centímetros.


Alrededor de la medianoche cuando los habitantes del pueblo de Ribadelago dormían en una noche fría, se produce el desbordamiento del embalse y revienta la presa de Vega de Tera abriendo una brecha de 140 metros en su estructura y liberando unos 8 millones de metros cúbicos de agua que arrasaron todo lo que encontraron a su paso. De los 28 contrafuertes de la presa, 17 fueron derribados.

El agua tardó unos 20 minutos en recorrer los 8 kilómetros que separaban a la presa de Ribadelago. Donde en algunas zonas el nivel del agua alcanzó los 9 metros de altura durante 14 minutos. El lago Sanabria absorvió el agua evitando una catástrofe mayor en los pueblos cercanos al río. De los 549 habitantes del pueblo 144 fueron arrastrados por el agua, solamente 28 fueron recuperados y dados oficialmente por muertos. 116 cuerpos en su mayoría niños jamás se encontraron.

Al oír el ruido del agua al bajar por el río algunos se salvaron refugiándose en el campanario del pueblo. Varios hombres perdieron la vida al tratar de recuperar sus ganados y efectos personales.

El 60 % de las viviendas fueron destruidas, desapareciendo también el 75 % de los animales. Tras conocerse la tragedia, llegaron a recaudarse importantes sumas de dinero en donativos, se jugó un partido de fútbol en beneficio entre el Real Madrid contra el Fortuna de Dusseldorf.

Franco recomendó la construcción de un nuevo poblado, entre los años 1959 y 1962 en una zona más sombría que la original y apartada de los pastizales y tierras de cultivo pero más seguro ante otras posibles catástrofes.

Se nombró al perito ingeniero Eduardo Torroja Miret, quien llevó a cabo una exhaustiva investigación sobre las causas de la falla de la presa Vega de Tera. Terminó su informe el mismo día de su muerte (fallece en 1961) apunta varias de las causas como posibles de la rotura de la presa: deficiente construcción en los materiales empleados, distintos comportamientos de contracción a muy bajas temperaturas del hormigón y el granito, fisuras en la presa, grandes precipitaciones de agua y nieve el día 8 y 9, los encargados de abrir la compuerta no pueden acceder a ella por el mal tiempo, solamente se abre 25 centímetros en la tarde del día 8, etc.

El juicio sobre la tragedia se celebró del 11 al 15 de marzo de 1963 en Zamora. La empresa Hidroeléctrica Moncabril (años más tarde fue absorvida por Unión Fenosa) fue condenada a pagar indemnizaciones. Al fallecer familias enteras y emigrar muchos vecinos parte de ellas jamás se pagaron. Los tribunales de Justicia condenaron al entonces director gerente de la empresa, a dos ingenieros y a un perito como responsables directos de las obras a un año de prisión menor por un delito de imprudencia temeraria. Recurrieron la sentencia condenatoria, el recurso fue admitido y fueron indultados.


Veamos el documental elaborado por los servicios territoriales de Castilla y León.



Fuentes: 

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