miércoles, 3 de julio de 2024

Hipocresía nuclear

Los profesionales que trabajan para las organizaciones nucleares conocen todas las características y pormenores de la energía nuclear, sus beneficios reales y supuestos y sus perjuicios. Sin embargo, deliberadamente tratan algunos aspectos y callan otros, según sus intereses. Es mejor indagar sobre lo que callan, que escuchar lo que dicen. En entrevista con Alejandro Fantino, Rafael Mariano Grossi, Director General del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) anunció el programa denominado Rayos de Esperanza.

Por Juan Vernieri

Dijo: “Hoy en día, millones de personas afectadas por el cáncer viven sin ninguna esperanza de recibir tratamiento. Estamos decididos a cambiar esta situación con la iniciativa Rayos de Esperanza”.

Según este muy conocido profesional de la energía nuclear, del cual dijimos en nota anterior, que es deplorable, triste y penoso ver a un argentino dirigiendo la organización internacional más hipócrita del mundo, manifiesta que el cáncer acaba con la vida de demasiadas personas, especialmente en los países en desarrollo.

La nueva iniciativa Rayos de Esperanza, se propone cambiar la situación que describe, apoyando la creación y ampliación de servicios de radioterapia, y medicina nuclear, centrándose en los más de 20 Estados Miembros del OIEA que carecen por completo de instalaciones para el tratamiento con radiación y en los que las tienen y deben ampliarlas.

Pone principalmente énfasis en África, donde el cáncer mata a más personas que el paludismo y la tuberculosis juntas. Manifiesta “Por eso, con motivo del Día Mundial del Cáncer de este año puse en marcha la iniciativa Rayos de Esperanza en la Unión Africana y por eso los primeros que participan en ella son países africanos”

Así hemos resumido sus declaradas intensiones sobre el cáncer en África, ahora veremos lo que calla:

En la provincia congoleña de Katanga, en el corazón de África, se encuentran minas con grandes concentraciones de uranio. De allí, de la mina Shinkolobwe, el Proyecto norteamericano Manhattan se surtió del uranio combustible de las devastadoras bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.

La población congoleña como tantas, afectada en la salud por las explotaciones de uranio, ha quedado relegada al silencio, ha sido olvidada. Se ha olvidado la vida, la dignidad de la gente, pero jamás los recursos a explotar.

Se extrajo uranio barato y se dejó en el país un legado de contaminación y destrucción incalculable.

Actualmente, es un área restringida, y la extracción y exportación de uranio fueron prohibidas. Lo que sucedió en esta mina se viene repitiendo durante casi 80 años prácticamente en todas. La gente que vive en sus alrededores solo ha conocido enfermedades, principalmente el cáncer, una pobreza perpetua y conflictos sin fin.

Shinkolobwe nunca recibió ni las evaluaciones ni la limpieza adecuada, tampoco se hizo un sellado correcto de la mina ni se investigó los efectos nocivos que ha tenido en la comunidad en general. Las minas abandonadas siguen enfermando a los pobladores.

Los problemas resultantes de los peligros radiológicos que presenta la producción del combustible nuclear, han sido objeto de estudios epidemiológicos y lo saben positivamente los nucleares, el cáncer de pulmón es con frecuencia resultado del trabajo de los mineros de uranio.

Los peligros radiológicos se deben principalmente a los radionucleidos en suspensión en el aire. El radón es un gas inerte, que entra y sale fácilmente de los pulmones con acumulación en el aparato respiratorio, donde se desarrolla la mayoría de los cánceres de los mineros.

Las operaciones mineras tales como perforaciones y explosiones de barrenos producen la suspensión en el aire de polvo que contiene nucleidos radiactivos, además del gas radón.

La publicitada iniciativa Rayos de Esperanza, se encamina a paliar la salud que previamente deterioró y continúa deteriorando con las explotaciones de las minas de uranio, pero solo parcialmente porque no es solo el cáncer el mal que alcanza a las poblaciones afectadas por la explotación del uranio.

Nuevas evidencias científicas de Estados Unidos han encontrado una estrecha relación entre la explotación del uranio y el incremento de nacimientos de bebés que padecen malformaciones genéticas graves.

¿No es irónico que se proponga usar la energía nuclear para combatir el cáncer, mientras se abandonan minas que siguen produciendo cáncer y otros males en las poblaciones próximas?

(Fuentes Boletines del OIEA y de Beyond Nuclear)

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