Esa es la conclusión de un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Hamburgo y el Instituto Max Planck de Meteorología.
Las olas de calor marinas aparecen ya cada año en el Ártico y serán más habituales en un futuro próximo debido a las emisiones de gases de efecto invernadero, que están detrás del calentamiento global inducido por los seres humanos.
Esa es la conclusión de un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Hamburgo y el Instituto Max Planck de Meteorología (Alemania), y publicado en la revista Nature Communications Earth Environment.
Las condiciones del Ártico han cambiado desde el 2007
Oficialmente, se considera ola de calor marina cuando las temperaturas en la superficie del agua superan el 95% de los valores de los últimos 30 años durante al menos cinco días consecutivos.
El estudio apunta que las condiciones del Ártico han cambiado desde 2007. Entre ese año y 2021, las zonas marginales del océano más septentrional de la Tierra experimentaron 11 olas de calor marinas, que produjeron un aumento medio de 2,2 grados por encima de lo normal en la temporada estival y duraron una media de 37 grados.
Además, las olas de calor en el Ártico han aparecido todos los años desde 2015, según los investigadores. La ola de calor más potente hasta la fecha en esa zona del planeta se produjo en 2020. Duró 103 días y tuvo temperaturas máximas cuatro grados superiores a lo normal.
La probabilidad de que se produzca una ola de calor de este tipo sin la influencia de gases de efecto invernadero antropogénicos es inferior a un 1%, según el estudio, que indica: “Las olas de calor marinas anuales serán la norma”.
Menos hielo grueso
Por otro lado, los investigadores han demostrado por primera vez que las olas de calor se producen cuando el hielo marino se derrite temprano y rápidamente tras el invierno. Entonces, se acumula una cantidad considerable de energía calorífica en el agua cuando se alcanza la máxima radiación solar en julio.
“En 2007 comenzó una nueva fase en el Ártico”, indica Armineh Barkhordarian, experta en estadísticas climáticas de la Universidad de Hamburgo, antes de añadir: "Cada vez hay menos hielo más grueso y de varios años de antigüedad, mientras que el porcentaje de hielo fino y estacional aumenta constantemente".
Barkhordarian recalca: "No solo la pérdida constante de hielo marino, sino también el calentamiento de las aguas puede tener efectos negativos dramáticos en el ecosistema ártico”. Entonces, Las cadenas alimentarias podrían colapsar, las poblaciones de peces reducirse y la biodiversidad disminuir.
Las bacterias del fondo marino del Ártico están activas todo el año
El Ártico es frío y hostil a la vida, pero alberga una gran cantidad de microorganismos cuya actividad tiene un impacto significativo en la vida en nuestro planeta. A diferencia de las comunidades bacterianas del agua que se encuentra encima, las bacterias del sedimento del fondo marino en el Ártico apenas cambian con las estaciones. Probablemente se deba a que en el fondo marino se encuentran disponibles durante todo el año algunos alimentos difíciles de digerir, según otro estudio de reciente publicación del Instituto Max Planck sobre la composición y función de las bacterias en el lecho marino frente al archipiélago de Svalbard, durante períodos alternos de noche polar y sol de medianoche.
Fuente:
El Ártico ya tiene olas de calor marinas cada año por el cambio climático, 17 febrero 2024, La Vanguardia.
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