Catastro detectó al menos 95.805 piscinas en la provincia, aunque podría haber más. Llama la atención la cantidad en las zonas con más problemas hídricos, como Sierras Chicas. Piden cuidar el agua.
Por Edgardo Litvinoff
Si se tiene en cuenta la cifra declarada por la ciudadanía, más lo detectado por los sistemas satelitales de la Dirección General de Catastro, la provincia de Córdoba tiene 95.805 piletas instaladas en casas particulares, clubes o natatorios.
Si se tuviera en cuenta la última cifra oficial de habitantes en el territorio provincial (3.308.876 según el Censo 2010), resultaría que hay casi una pileta cada 35 habitantes.
Pero la cifra de la población de Córdoba estaría entre 3,7 y 3,9 millones de personas, según las estimaciones que deberían convertirse en certidumbre cuando se difundan los esperados resultados del Censo 2021. Algunos creen que se rozarían los cuatro millones.
Es decir que en Córdoba habría una pileta cada 38 a 42 habitantes, según ese rango.
Un dato para comparar: en España -según datos de Catastro de ese país, de agosto de 2022- hay una pileta cada 37 habitantes aproximadamente, tras un boom de instalaciones tras la pandemia. Algo parecido a lo que sucedió en muchos países.
Lo cierto es que, a medida que se acelera el aumento de temperaturas, las piscinas se convierten en artículos cada vez más habituales y menos suntuarios. Ni hablar de las piletas de lona, que no entran en el relevamiento.
Muchas en Sierras Chicas
Uno de los datos que llama la atención es que, después de la capital (con 30.281), la pedanía de Río Ceballos es la que le sigue en cantidad de piletas, con 6.243.
La pedanía abarca también a localidades como Salsipuedes, Unquillo, Mendiolaza o Villa Allende, entre otras.
En varias de esas localidades se prohíbe el llenado de piletas con agua corriente, con fuerte multas desde las cooperativas locales que manejan ese recurso.
Desde Catastro recalcan que la detección tiene un plan, que prioriza recorrer con mayor periodicidad aquellas zonas que tienen mayor crecimiento. Y este es uno de los casos, por lo cual allí está más actualizado el número. Por eso la cifra no es exacta. Además, los recorridos se hacen en diferentes momentos del año y puede que en muchos se mezcle la pileta con la vegetación. O si el agua no es clara, no se puede determinar como pileta.
Hay muchos factores que podrían variar la distribución con el correr del tiempo y la detección de más natatorios en otras zonas de la provincia.
También señalan que este relevamiento no incluye las piletas de lona, que son las que más desperdician agua.
Por lo general, los químicos ayudan a mantener todo el año las piletas más grandes, sin necesidad de volver a llenarlas completas en cada temporada.
Esa es la principal recomendación de autoridades públicas y de las empresas y cooperativas que distribuyen el recurso.
El impacto en el suministro
“En muchos lugares, pero en especial en Sierras Chicas y en parte de Punilla, los sistemas colapsan porque los consumos suben, pero también porque es la época en que la mayoría de la gente llena las piletas”, dice Pablo Wierzbicki, titular de la Administración Provincial de Recursos Hídricos de Córdoba.
Asegura que están en contacto con prestadores de servicio en Sierras Chicas, quienes comentan que recurren a cortes rotativos, por ejemplo de noche, para poder recuperar las cisternas. “Cortaban de noche porque veían que el consumo seguía sostenido a esas horas. Y a partir de eso recuperaban las cisternas, pero no tenían queja por corte de servicios en ningún lado. Lo que era un indicio claro de que seguramente se estaban llenando las piletas”, señala Wierzbicki.
El funcionario señala que “termina siendo una cuestión que impacta por la (falta de) solidaridad de la gente, que llena todas las piletas en la misma época. Si encima esto coincide con el calor y con la demora en la llegada de las lluvias, se dan problemas de suministro”.
De todas maneras, “no se trata de apuntar contra la gente que tiene piletas y está en su derecho de llenarlas. Pero tendrían que existir mecanismos de llenado de piletas con cisterna, en donde el agua se extrae de otro lado sin resentir el servicio. Y debe mantenerse el agua todo el año. Las piletas de lona son peores, porque llenan y vacían permanentemente. Y se deben llenar las piletas en otros momentos del año, no todos juntos”, dice.
Y concluye: “Tiene mucho que ver con una cuestión cultural en Córdoba. Al navegar por otras zonas del país con Google Earth se ve fácil, al comparar, la cantidad de piletas que hay en la zona serrana”.
Cuánto cuestan
En relación con el mercado de las piletas en Córdoba, Mauro Piccini (Induplast) calcula que en los últimos dos años se pueden haber instalado en la provincia entre 10 mil y 15 mil piletas.
Aclara que si bien hubo una gran demanda durante la pandemia, la venta tuvo un techo por la falta de productos y de insumos, como la resina. Asegura que en los últimos tiempos la demanda se desaceleró por la crisis: “La situación económica hizo que la gente se cuide más a la hora de tomar la decisión de instalar una pileta, y toman muchos recaudos con la financiación”.
Los precios para instalar una pileta varían actualmente entre 450 mil a 950 mil pesos en la gama menor, y entre 600 mil y 2,4 millones de pesos en la gama superior.
Fuente:
Edgardo Litvinoff, Crisis hídrica: cuántas piletas hay en Córdoba, 12 enero 2023, La Voz del Interior.
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